Los datos son alarmantes; durante el primer semestre de 2025 se detectaron 1.286 vídeos artificiales de abuso sexual infantil, siendo 1.006 de ellos clasificados como extremadamente graves por tratar violencia y abuso.
Los especialistas advierten que la tecnología ha alcanzado un nivel de realismo tal que los vídeos generados por IA son indistinguibles de material real y plantea un riesgo directo para los menores, especialmente para aquellos que usan redes sociales sin supervisión adulta.
¿Cómo ayudar a los menores frente a esta situación?
Esta escalada de riesgos digitales pone aún más en evidencia la importancia de iniciativas como la campaña Stop Monstruos de YMCA. La asociación lleva trabajando desde el 2023 con niños, niñas y jóvenes para conocer sus vivencias y encontrar la forma más eficaz de detener este grave problema que, en un 90%, tiene por víctimas a las niñas.
A raíz de las conversaciones y estudios realizados, han descubierto que prohibir los dispositivos electrónicos no es el mejor camino para prevenir los riesgos digitales, ya que puede generar frustración, enfado y distancia entre los menores y los adultos a cargo.
“Al percibir estas restricciones como un castigo en lugar de una medida de cuidado y seguridad, los menores pueden buscar maneras de eludirlas y es menos probable que compartan experiencias problemáticas que puedan vivir en internet”, explican desde la ONG.
Sin embargo, sí han visto que, para proteger frente a los riesgos del grooming y del abuso sexual, funcionan recursos como el que han puesto en marcha: HABLA, un método sencillo y efectivo para fomentar la seguridad digital. Este enfoque busca crear un entorno de confianza, donde los menores se sientan acompañados y seguros mientras navegan por la red y consiste en:
Hablar con tu hijo o hija sobre los peligros de internet.
Acordar normas claras de uso y comportamiento online.
Blindar las redes y dispositivos para protegerles.
Limitar el tiempo que pasan conectados, evitando la exposición excesiva.
Aprender a detectar, detener y denunciar cualquier conducta sospechosa.