El masaje con piedras calientes es una de las terapias más apreciadas dentro del ámbito del bienestar y la relajación.
Su origen se remonta a antiguas culturas orientales y americanas que utilizaban piedras volcánicas para aliviar dolores musculares y equilibrar la energía corporal desde el punto de vista holístico, lo que le ha valido para consolidarse como una de las terapias más solicitadas.
¿En qué consiste el masaje con piedras calientes?
El tratamiento se basa en la aplicación de piedras lisas de basalto, un tipo de roca volcánica que conserva el calor durante largos periodos de tiempo después de calentarlas en agua a una temperatura aproximada de entre 50 y 60 grados. Una vez consiguen esa temperatura, se colocan sobre puntos energéticos específicos del cuerpo, como la espalda, el abdomen, las manos o los pies.
El terapeuta, tal como explican en la escuela donde se imparte el curso de masaje con piedras calientes, combina la colocación estática de las piedras con maniobras de masaje tradicional, utilizando las propias piedras para realizar movimientos suaves, circulares o de presión sobre los músculos.
“El calor penetra profundamente en los tejidos, ayudando a relajar la musculatura, mejorar la circulación sanguínea y liberar tensiones acumuladas”, explican desde el Centro Exem.
¿Qué beneficios se han demostrado con este tratamiento?
En realidad, una de las ventajas de este tipo de tratamiento es que abarca tanto el plano físico como el emocional, alineando al paciente en el bienestar. ¿Cómo?
- Relajación profunda: el calor de las piedras produce un efecto calmante que reduce el estrés y la ansiedad.
- Alivio muscular: favorece la elasticidad y alivia contracturas o molestias musculares, especialmente en la espalda y el cuello.
- Estimulación de la circulación: el calor es capaz de dilatar los vasos sanguíneos, mejorando la oxigenación de los tejidos y la eliminación de toxinas.
- Equilibrio energético: desde la perspectiva de la medicina holística, las piedras ayudan a
- restablecer el flujo energético del cuerpo, contribuyendo al bienestar integral.
- Mejoran la calidad del sueño: el estado de relajación que se alcanza facilita un descanso reparador.
¿Qué se necesita para poder dar este tipo de masaje?
Formarse en esta disciplina requiere tanto conocimiento teórico como práctica manual. Existen cursos especializados que enseñan la anatomía y fisiología del cuerpo, las propiedades térmicas de las piedras, técnicas de calentamiento, colocación y manipulación, así como las contraindicaciones y medidas de seguridad.
La duración de los cursos varía, pero generalmente incluyen prácticas supervisadas para que el alumno adquiera destreza y sensibilidad en la aplicación de las piedras. Muchos profesionales de la estética, fisioterapia o terapias alternativas complementan su formación con esta técnica para ampliar su oferta de servicios y mejorar la experiencia del cliente.