Como una diplomacia de rehenes. Así ha sido catalogada la disputa entre Canadá y China, que ha llegado a su punto más álgido cuando se ratificó la condena a muerte de Robert Schellenberg.
Pero, además, a este hecho, se suma que el canadiense Michael Spavor, ha sido declarado culpable de espionaje y de realizar actos que ponen en riesgo la seguridad del pueblo chino.
Un conflicto diplomático que pone en jaque los acuerdos económicos
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Robert Schellenberg, ¿quién es y qué ha hecho?
Este ciudadano canadiense fue encontrado culpable de tráfico de drogas después de que, en 2018, intentara ingresar a China 223 kilos de metanfetaminas.
Aunque en el juicio del año 2019 se le impuso una peña de 15 años de cárcel, se solicitó desde el gobierno chino la repetición del proceso ya que consideraron que la sanción había sido poco severa y ejemplarizante.
El alegato para pedir dicha repetición, fue que Robert Schellenberg era parte de una red internacional, que planeaba inundar con una gran cantidad de drogas a la República Popular China.
Ante esto, el Tribunal Superior de Justicia estableció que la cantidad de metanfetaminas que le fue decomisada al ciudadano canadiense atentaba contra la salud del pueblo.
Después de lo que, según los juristas, ha sido considerado como un procedimiento plagado de irregularidades, el día 10 de agosto se apeló la sentencia interpuesta por los abogados de Schellenberg, por lo que se ratificó la sentencia a pena de muerte que se hizo pública en el 2019.
Algunos consideran que el caso de este ciudadano forma parte de un juego político y que está siendo tan severo debido a que se busca poner contra la pared al gobierno canadiense para tratar de obtener algunos beneficios comerciales.
De manera oficial no se tiene establecida la fecha en que se llevará a cabo la ejecución, pero según expreso el embajador canadiense en China, Dominic Barton, el veredicto forma parte de un plan muy bien orquestado por el pais asiático que tiene más visos políticos que jurídicos.
Otro nombre que se suma al conflicto: Michael Spavor
Por otro lado, China estableció que Michael Spavor, otro ciudadano canadiense, era culpable de espionaje y entrega ilegal de secretos de estado, por lo que debería pagar con 11 años de cárcel en uno de los llamados centros de reducación chinos.
Círculos diplomáticos y organizaciones de derechos humanos, que siguieron muy de cerca el juicio que juzgaría a este ciudadano, expresaron que no hay elementos ni pruebas ciertas que puedas, de forma probada, asumirse como actividades de espionaje.
Como se sabe, este empresario canadiense lleva dos años y medio de detención domiciliaria, tiempo durante el cual el Tribunal Chino recabó una serie de pruebas que responsabilizarían a Michael Spavor de ser un peligro inminente en contra de la seguridad del país.
El juicio se inició en el mes de marzo de este año y, durante su desarrollo, no se permitió la presencia de público ni de medios de comunicación. Fue el pasado 11 de agosto cuando se hizo pública el dictado de la sentencia condenatoria de 11 años de prisión que deberá empezar a cumplir el empresario.
Así mismo, deberá hacer frente a una multa de 50 mil yuanes y, una vez cumplida la totalidad de la pena, el reo será expulsado de inmediato de la República Popular China.
«Es poco probable que en la apelación se logren efectos positivos ya que al parecer, el hecho que dos importantes sentencias a ciudadanos canadienses, hayan sido emitidas con tan solo 1 día de diferencia, demuestra que se trata de un plan bien planificado, que nada tiene que ver con impartir justicia» comentan las autoridades canadienses.
Guerra diplomática
Canadá ha expresado que se encuentra profundamente preocupado por lo que ha considerado es una arbitrariedad para con sus ciudadanos. También dijo que los aliados internacionales de este país deberían unirse en una sola voz para pedir una revisión en los casos de Robert Schellenberg y Michael Spavor.
Se espera que, en los próximos dias, tanto Estados Unidos como la Unión Europea emitan un comunicado para lograr la reconsideración de las autoridades chinas en el caso de los dos ciudadanos imputados en una suerte de presión comercial internacional que podría servir para que el gobierno chino se replanteara la situación.
Sin embargo, el país calificó de irrespetuosos los comentarios del embajador canadiense, así como la del Primer Ministro y expresó que sus palabras son una clara demostración de querer inmiscuirse en asuntos internos de su país y su legislación, manifestando que su sistema legal nunca ha pretendido tomar rehenes como moneda de cambio y que se demostró jurídicamente que ambos ciudadanos canadienses son culpables.
Venganza roja: ¿será en realidad una forma de presión para evitar extradición?
Para el gobierno canadiense, ha quedado demostrado que el arresto y juicio de Schellenberg y Michael Spavor, corresponden a una retaliación política por parte de China.
Esto lo hacen para tratar de evitar que la justicia canadiense, extradite hacia Estados Unidos a la directora financiera de la empresa Huawei Meng Wanzhou, quien fue arrestada a Vancouver en diciembre del año 2018.
Washington señala a esta ciudadana como responsable de haber llevado a cabo un gigantesco fraude bancario al utilizar filiales de su compañía para negociar con países sobre los cuales pesaban sanciones.
Desde el arresto de Wanzhou, el gobierno chino calificó la acción como una medida para atemorizar a sus ciudadanos con el fin de evitar comercializar con países no autorizados por los Estados Unidos.
Esta disputa comercial inicialmente intentó resolverse por la vía diplomática, pero ahora, cuando tan solo faltan unos días para que Schellenberg sea ejecutado, se espera que Meng sea liberada para que pueda regresar a China en lo que ellos considerarían una importante victoria.
Es poco probable, no obstante, que la justicia canadiense ceda ante la presión de China ya que en ese país existe una separación de poderes de facto y un problema de carácter político no interviene en las decisiones de los jueces.
Ya el proceso de extradición hacia Estados Unidos de Meng Wanzhou se encuentra bastante adelantado y, en pocos días, podría ser enviada para ser juzgada por los delitos que se le imputan.