En un acto público, el presidente Vladímir Putin manifestó que Rusia había sido objeto de una serie de ataques verbales por parte de miembros de la comunidad internacional, quienes han calificado a su país como una amenaza.
Para el Kremlin todo se trata de un plan previamente orquestado con el fin de lograr que los diversos países del mundo cuestionen y condenen la gestión del presidente ruso.
Todo lo que se esconde tras las amenazas de Vladímir Putin
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Se arrepentirán como nunca quienes amenacen a Rusia
Durante un discurso que duró aproximadamente 10 minutos, Putin expresó que debido a que se han acrecentado los actos inamistosos contra su país, se ve en la necesidad de lanzar una advertencia al mundo.
“Cualquier nación que se convierta en un peligro inminente contra la seguridad rusa, se arrepentirá como nunca”.
Para Putin, el problema radica en que algunos países no permiten que otras naciones tengan puntos de vista diferentes a los propios, y se les hace muy fácil inmiscuirse en la política interna de Rusia. Puso como ejemplo lo sucedido en Venezuela o en Bielorrusia.
Incluso, sin señalar a nadie, expresó que la inteligencia de su país ha detectado que algunas naciones han puesto en práctica planes para ejecutar golpes de estado, así como asesinatos de funcionarios de alto rango de la política.
Asimismo, dijo que aunque en Rusia se comporta con modestia y trata de mantener buenas relaciones con todos, muchos consideran que estas buenas intenciones son debilidades.
Sin embargo, dejó claro que nada está más lejos de la realidad, ya que Moscú cuenta con la capacidad suficiente para hacer fuerza a cualquier amenaza, y la respuesta sería rápida, pero sobre todo contundente.
Rusia ha trabajado con vehemencia para tratar de ayudar al mundo a erradicar el Covid-19, pero no ha dejado de lado el desarrollo de nuevas armas que pueden ser usadas en cualquier momento para defender la soberanía del país.
También dijo que, aunque algunas naciones se han puesto abiertamente al lado de enemigos del pueblo ruso, todavía vociferan que lo hacen en nombre de la libertad. Esto, por supuesto, atañe directamente al gobierno de Joe Biden, quien ha expresado preocupación por una posible invasión del ejército ruso a Ucrania.
¿Cumplirá Putin sus amenazas?
Putin ha demostrado desde su llegada al poder que es un hombre frío y calculador para tomar decisiones. Por ejemplo, desplegó miles de tropas cerca de la frontera con Ucrania, justo en el momento en que un grupo de buques estadounidenses se desplazaban hacia el Mar Negro con el fin de realizar algunos ejercicios militares.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, de forma muy diplomática, solicitó que dichos buques desviaran su rumbo y abandonaran esas aguas. Sin embargo, días después, Putin dijo que los barcos de guerra deberían alejarse por su propio bien. Si algo tiene el líder del Kremlin, es ser un gran estratega militar que analiza muy bien todas sus acciones antes de dar un paso.
Para las fuentes de inteligencia, la posibilidad de una confrontación directa entre Rusia y Estados Unidos son reales, y todo dependerá de la forma como Joe Biden encare las amenazas expresadas por Vladímir Putin.
Sanciones impuestas por Estados Unidos
Está claro que las sanciones implementadas inicialmente por Donald Trump y refrendadas por Joe Biden han mermado a la economía rusa. Por ejemplo, la prohibición de que instituciones financieras estadounidenses realicen negocios con el Banco Central de Rusia ha generado un descalabro de sus finanzas.
Es por ello que se cree que Putin pudiese estar intentando lograr que, a través de sus amenazas, el presidente demócrata levante las sanciones que pesan sobre su país. Indudablemente, que el Kremlin ha jugado duro no solo con la amenaza de invasión a Ucrania, sino también con el encarcelamiento del opositor ruso Alexei Navalni.
En el primer caso, se piensa que a Moscú no le conviene un confrontación militar directa con su vecino país, ya que esto podría generar la unión de todas las corrientes que se encuentran dentro de ese país.
Por otra parte, se generaría una fatiga militar, ya que se tendría que luchar no solo contra el ejército regular ucraniano, sino también contra las guerrillas que seguramente presentarían oposición al ejército ruso.
En cuanto a Navalni, a pesar de haber sido apresado y condenado por hechos que no están totalmente claros, los rusos, hasta cierto punto, han tratado de mantener al opositor en una situación de seguridad para que su vida no corra peligro.
Ante esto, la Casa Blanca ha expresado que Alexei Navalni debería ser puesto en libertad de inmediato, y que Rusia no garantiza transparencia y equidad en la administración de justicia ante el caso que se le sigue al opositor.
Estas dos situaciones lo que demuestran es que de una forma poco ortodoxa el presidente Putin está tratando, de alguna manera, de estimular a que Estados Unidos se siente en una mesa de diálogo para conseguir que se levanten las sanciones.
Respuesta de Joe Biden
El gobierno de Joe Biden no ha demostrado ningún tipo de reacción con respecto a las amenazas de su homólogo ruso. Están convencidos de que la estrategia del Kremlin es enviar mensajes en vez de soldados, por lo que Estados Unidos no tienen establecido levantar las sanciones, por lo menos, a corto plazo.
Es inevitable que aumente la escalada de confrontación verbal entre Rusia y Estados Unidos y, aunque el presidente ruso ha expresado que lo que pretende la administración Biden es generar un control absoluto del dólar sobre otras monedas, no ha presentado ninguna prueba al respecto.
La única esperanza de reducir la escalada de tensión que existe entre las dos potencias es una cumbre bilateral que piensa organizar los Estados Unidos en un terreno neutral, con el fin de establecer acciones conjuntas para lograr un camino de paz.
Lo que debe tomar en cuente la Casa Blanca, son las palabras del presidente ruso de establecer una delgada línea roja en las relaciones con otros países que podrían llevar a que conocieran una cara del pueblo ruso que nadie quiere ver.