En octubre del año 2019, el ciudadano argentino Alberto Fernández fue elegido presidente. Pero jamás se imaginó que su mandato comenzaría con un bautismo de fuego ya que le tocó vivir la pandemia del coronavirus, lo que vino a romper cualquier pretensión de implementar su plan económico y social.
Alberto Fernández desde el primer momento, inició un gobierno cuestionado ya que su compañera de fórmula, es la tan controversial expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Un gobierno marcado por la pandemia y por la sompra Kirchner
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Gobierno de Alberto Fernández, un reto argentino desde el primer momento
El plan del primer mandatario era conseguir una estrategia para hacer factible la gran cantidad de promesas que hizo durante su campaña electoral.
Dentro de estas, garantizó la disminución de la pobreza, el aumento del empleo y la reactivación del aparato productivo. De igual forma prometió mantener e incluso aumentar la inversión social.
Sin embargo, nunca contó con la aparición de la pandemia y cómo ésta cambió en todos los aspectos el orden mundial. Esto le impediría llevar a cabo su plan económico para fortalecer la economía y sanear las finanzas.
De igual forma Alberto Fernández, debió hacer frente a una situación de default al no poder cumplir con el pago de los intereses a los tenedores de bonos. Esta situación, aumento la desconfianza de los inversionistas y generó una masiva fuga de capitales que suponía frustrar los esfuerzos económicos de su propuesta política.
Ante todo esto, el mandatario argentino se vio en la obligación de acudir a organismos multilaterales crediticios. Sin embargo, no fue capaz de concretar ningún préstamo ya que para ello debía reducir cualquier tipo de subsidio o ayuda social y a la vista de la crisis sanitaria iba a ser imposible.
Fernández instruyó a su Ministro de Economía, para que se reuniera con los tenedores de bonos y plantearles posibles soluciones para el pago de los dividendos atrasados. Esto con el fin de evitar, que lo llevaran a la corte de New York donde indudablemente, hubiese sido obligado a cancelar de manera inmediata a los inversionistas.
Prueba de fuego: las manifestaciones protesta
El presidente de Argentina fue sometido a una de las más duras pruebas cuando provincias tradicionalmente afectas a su partido de gobierno, comenzaron a manifestar su descontento ante su gestión.
Esto se debió, a que un gran porcentaje de la población, depende de la economía informal y como una medida preventiva contra el Covid-19, se ordenó una cuarentena radical que impedía que estas personas fuesen a trabajar.
Lo que enardeció aún más a los argentinos, fue el hecho que la administración del gobierno no hubiese establecido un plan de subsidios que permitiera que las personas carentes de recursos pudiesen garantizar sus gastos mínimos. Es decir, alimentación, salud, educación y transporte.
Estas manifestaciones, recordaron las acciones emprendidas por el pueblo argentino, en contra del presidente De La Rúa y que causaron un debacle, no solo desde el punto de vista económico, sino también político y social.
El temor del Kirchnerismo, es que pueda abrirse una grieta de inconformidad y molestia, que produzca un levantamiento popular y por consiguiente la salida del actual mandatario.
La gran disyuntiva que se presenta, es cómo lograr dinero fresco sin necesidad de recurrir a los impuestos o al endeudamiento.
Así mismo, otro hecho que causa profunda preocupación, es como mantener la satisfacción del pueblo, sin necesidad de tener que eliminar los subsidios, así como los programas de ayuda social.
Para muchos politólogos, no hay una salida ya que Argentina no resistirá por mucho más tiempo la contracción económica vivida en el último año sin poner en marcha las medidas económicas necesarias.
Es por ello que Alberto Fernández, tendrá que tomar acciones radicales de corte neoliberal ya que de no hacerlo, corre el riesgo de perder el control sobre su estructura política.
Tercera vía en Argentina
Cuando el año pasado se inició el actual mandato presidencial, se pensó que este debería seguir un concepto socialista o de corte popular. Como lo ha repetido infinidad de veces Alberto Fernández es totalmente contrario al capitalismo. Sin embargo, en los actuales momentos debe recurrir a algunas prácticas de esta corriente económica.
Es por ello que se cree que el presidente, tomará la determinación de continuar su gobierno basado en la premisa de una tercera vía. Es decir, un gobierno que permita el libre mercado, respeto a la propiedad privada y que de igual forma coopere con el bienestar de la población mediante un programa de ayudas sociales.
Sin lugar a dudas, este es el único medio con el que cuenta el presidente argentino para mantener equilibrada la balanza. De esta manera, no tendrá que enfrentarse al descontento popular, pero que tampoco tenga una pelea con empresarios e inversionistas.
En los últimos dias, la administración Fernández ejecutó una acción que dejo sorprendido a sus más cercanos colaboradores, cuando, en instancias internacionales, emitió un comunicado contrario a Venezuela específicamente, donde se solicitaba una investigación exhaustiva sobre la violación de los DDHH en ese pais.
Sombra de Mauricio Macri
Alberto Fernández intentó desde un primer momento, sostener un gobierno totalmente distinto al de Mauricio Macri.
Sin embargo, esto no dio resultado ya que el PIB en el primer trimestre del 2020 presento un desplome de casi 5% y el índice de desempleo, aumento un 18%. Según expresaron algunos economistas argentinos, esto fue porque se intentó hacer un gobierno populista que no se fue real en las metas establecidas.
Cuando Fernández asumió la presidencia, Mauricio Macri vaticinó que fracasaría en su intención de llevar a feliz término la economía del país. Al parecer no se equivocó.
Según estimaciones del PMI y del Banco Mundial, Argentina tendrá la contracción económica más alta de todo el continente, solo superado por Venezuela. Incluso, se cree que la reactivación del aparato productivo no sea capaz de ponerse en marcha sino hasta el segundo trimestre del 2021.
Sintetizando todo esto, el aumento del desempleo es inminente así como la pobreza. Es por ello que Fernández, deberá recurrir nuevamente a entes crediticios internacionales y cumplir las exigencias de estos, eliminando totalmente su plan económico.
Ante toda esta situación, Cristina Fernández permanece en total silencio aunque se espera que en los próximos dias, el presidente haga anuncios relevantes desde el punto de vista económico y político. Así mismo, la vicepresidenta deberá colaborar de alguna forma, para aumentar la ya cansada paciencia del pueblo argentino.