Cada vez más comunidades en España se plantean la instalación de placas solares en comunidades de vecinos como una forma de reducir costes energéticos y contribuir a la sostenibilidad.
Sin embargo, este tipo de decisiones requiere cumplir con ciertos pasos legales y organizativos establecidos por la Ley de Propiedad Horizontal (LPH). A continuación, explicamos cómo aprobar la instalación y qué beneficios económicos puede aportar al conjunto de vecinos.
Marco legal: la Ley de Propiedad Horizontal
La Ley de Propiedad Horizontal, reformada en 2019 para facilitar la implantación de energías renovables, establece que la instalación de sistemas comunes de aprovechamiento energético (como placas solares) puede aprobarse con el voto favorable de un tercio de los propietarios que, a su vez, representen un tercio de las cuotas de participación.
Esto supone una rebaja importante frente al régimen anterior, que exigía la mayoría cualificada. De esta forma, las comunidades pueden adoptar el acuerdo de instalación sin necesidad de unanimidad, siempre que se cumplan las condiciones de que el uso principal de la instalación sea colectivo y que el coste sea asumido por los propietarios que voten a favor, abonando su parte proporcional quienes posteriormente se quieran incorporar al sistema.
El procedimiento para conseguir aprobar la instalación pasa por la convocatoria de una Junta de Propietarios en la que se incluya expresamente en el orden del día el punto relativo a la instalación de placas solares.
A ella hay que llevar una propuesta técnica, elaborada por una empresa especializada con un presupuesto detallado que muestre el coste total de la instalación y las posibles subvenciones y, finalmente, un informe sobre el reparto del gasto y los ahorros que pueden preverse una vez esté en marcha.
Si se obtiene el voto favorable del tercio de los propietarios y cuotas de participación, el acuerdo quedará aprobado.
Desde ese momento, el administrador de la finca o el presidente deberán reflejar el acuerdo en el acta y tramitar los permisos necesarios (licencia de obra, comunicación previa al ayuntamiento, etc.).
El llamado autoconsumo compartido está incentivado por diversas ayudas, tanto estatales como autonómicas y municipales.
Entre ellas destacan los fondos europeos Next Generation, que ofrecen subvenciones que pueden cubrir entre un 30% y un 50% de la inversión, dependiendo del tipo de edificio y del tamaño de la instalación.
Además, muchas comunidades autónomas y ayuntamientos aplican bonificaciones del IBI o del ICIO durante varios años, lo que mejora aún más la rentabilidad.
Ahorro medio para una comunidad de vecinos
El ahorro que puede suponer la instalación de placas solares varía según el tamaño del edificio, la orientación, el consumo energético y el número de viviendas adheridas al autoconsumo compartido.
De media, una comunidad de vecinos puede conseguir entre un 30 y 60% de reducción en la factura eléctrica. La inversión se recupera en unos 8 años, dependiendo de las subvenciones, pero si hay algo que interesa, según explican desde Conexolar, es que las viviendas y comunidades que apuestan por su instalación, revalorizan las viviendas al mejorar la eficiencia energética del edificio.