A la 1:00 am del martes 9 de noviembre entró en vigor el alto al fuego y el inicio del acuerdo de paz firmado entre los gobiernos de Azerbaiyán y Armenia.
Según manifestó el Primer Ministro armenio, Nikol Pashinian, la firma de dicho acuerdo fue una de las decisiones más difíciles de su vida, pero lo hizo para lograr el mayor bienestar para su pueblo.
Todo lo que hay que saber sobre el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán
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Razones que motivaron el convenio de paz
El 27 de septiembre de este año se reinició un conflicto que data de 1990 y por el cual Azerbaiyán y Armenia reclaman propiedad sobre una extensión de territorio. Las razones fundamentales por las cuales se realizó la firma del tratado de paz son las siguientes:
Intermediación de Rusia
El Gobierno de Vladimir Putin siempre ha tenido como norte la unificación de las regiones con el fin de refundar un conjunto de naciones en una sola, como lo fue en el pasado la Unión Soviética.
Este proceso de anexión ha sido lento pero sostenido y Putin no podía permitir bajo ningún concepto que naciones que en un futuro formarán parte de este conglomerado de países estuviesen en guerra.
Por otra parte el conflicto podría convertirse en una guerra religiosa o santa entre musulmanes y ortodoxos. Esta situación podría generar solidaridad automática por un grupo de países islámicos, convirtiendo este conflicto en una guerra interminable.
Supremacía militar
El primer ministro de Armenia fue claro cuando manifestó que después de un profundo análisis de la situación militar, fue necesario firmar la paz. Como se sabe, Azerbaiyán tiene un mayor poderío y equipamiento militar y se dice que desde que comenzó la guerra en los años 90, de los 30.000 muertos que van hasta la fecha, 20.000 pertenecen a Armenia.
Otro hecho importante a destacar es que tras 6 semanas de cruentos y sangrientos combates, las fuerzas armadas de Armenia debieron replegarse. Por su parte, gracias al apoyo dado por el gobierno turco, Azerbaiyán cada día ganaba más terreno.
Imparcialidad de Rusia
Rusia siempre fue consecuente en la defensa de Armenia, apoyándola no solo desde el punto de vista militar y estratégico, sino también económico y político. Sin embargo, desde que se reinició el combate entre las dos naciones se ha mantenido neutral, ya que no quiere iniciar una guerra con Turquía.
Tanto es así, que la base militar rusa que se encuentra en Armenia mantuvo siempre una posición defensiva ante cualquier posible ataque, pero jamás inicio ningún combate en contra del ejército de Azerbaiyán.
Posición del pueblo armenio ante el acuerdo de paz
Uno de los puntos más álgidos del pacto firmado tiene que ver con la cesión de algunos territorios. Los avances y territorios conquistados por Azerbaiyán permanecerán bajo su dominio.
Por supuesto esto ha generado la molestia del pueblo armenio que ha llamado al Primer Ministro Nikol Pashinian, títere y traidor. Los ciudadanos de Armenia consideran a Nagorno Karabaj como una porción de territorio sagrado, ya que allí muchas personas de este país perdieron la vida en su defensa.
Así mismo, el hecho de permitir que ahora venga Azerbaiyán a imponer nuevas medidas políticas, sociales y religiosas, ha hecho que los ciudadanos armenios salgan a las calles a manifestar su repudio ante lo que consideran un acto de cobardía del Primer Ministro.
El presidente de la asamblea, Ararat Mirzoian, fue golpeado por una gran cantidad de manifestantes cuando se desplazaba en su vehículo cerca del parlamento. Fue tal la golpiza, que tuvo que ser llevado de emergencia al hospital más cercano. Mientras era atacado, los ciudadanos armenios le expresaban su repudio ya que era tan traidor como el Primer Ministro.
Consecuencias de las manifestaciones de Armenia a los planes integracionistas de Putin
La gran mayoría de los ciudadanos de Armenia consideran que el kremlin tiene mucha responsabilidad en la pérdida de Nagorno Karabaj. Ellos estiman que Vladimir Putin demostró actuar más por conveniencia política que por afinidad ideológica.
El gran problema que se presenta es que, al servir Rusia como mediador, debería garantizar la paz en Nagorno y permitir que Azerbaiyán tomase control de este territorio, pero es muy probable que comiencen a crearse células de guerrillas que podrán atentar en contra de las fuerzas militares de ocupación.
Si esto fuese así, podría generarse un conflicto interminable que, indudablemente, llevaría a la ruptura del proceso de paz y el reinicio de las hostilidades. Muchos miembros del ejército armenio han desertado en los últimos días y se cree que es con la intención de crear grupos paramilitares.
Esta situación hipotética, impediría que se obtuviese la tan anhelada paz en la región. De igual manera obligaría al gobierno de Vladimir Putin a intervenir militarmente, ya que las fuerzas de ocupación conformada no solo por ciudadanos de Azerbaiyán sino tambien por turcos, aprovecharían su superioridad bélica para acabar con las células de guerrillas y con las manifestaciones pacíficas que llevan a cabo los armenios.
Retirada de las fuerzas armenias
Una vez firmado el acuerdo de paz, se fijó un cronograma con el fin de establecer las fechas en que Azerbaiyán tome control de los territorios cedidos.
Para el día 15 de noviembre, se estableció que Armenia debía traspasar a Azerbaiyán la potestad sobre el distrito de Kalbajar y para el 20 de noviembre, el distrito Agdam sería desocupado por las tropas armenias.
Así mismo, el 1 de diciembre las fuerzas de paz rusas deberían tener el control total del corredor de Lachin para, posteriormente, entregarle a Azerbaiyán no solo esta franja, sino también el anhelado y disputado territorio de Nagorno Karabaj.
Dentro del mismo cronograma se estableció que Armenia debe colaborar, de manera permanente, con la seguridad del tránsito en la república autónoma Najichevan. Así mismo, las tropas rusas permanecerán durante 5 años en Nagorno Karabaj aún cuando esta región sea del dominio de Azerbaiyán.
Dicha presencia podrá ser prorrogada más allá de los 5 años, siempre y cuando las partes en conflicto así lo decidan.
Por su parte, expertos militares estiman que la paz en esa región durará muy poco ya que la mayoría de los habitantes de Nagorno son armenios cristianos. Ellos estiman que Azerbaiyán intentará imponerles la doctrina musulmán chiita.
En todo caso, los próximos días serán decisivos para conocer como asumen los pobladores armenios de esta provincia las nuevas directrices por parte de Azerbaiyán.