Este año 2020 ha sido definitivamente un año de sorpresas para el mundo. Han ocurrido muchas situaciones que han puesto en peligro la paz y la estabilidad del planeta.
No conforme con el avance indetenible del Covid-19, desde el 27 de septiembre los países de la antigua Unión Soviética, Armenia y Azerbaiyán comenzaron intensos combates. Esta situación no sucedía desde el año 1994, cuando fue declarado un cese al fuego.
Todo lo que hay que saber sobre el conflicto
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Razones de Armenia y Azerbaiyán
El conflicto se inicia con la disolución de la Unión Soviética y a raíz de la independencia de Azerbaiyán, momento en el que Nagorno Karabaj decidió unirse a la República de Armenia.
Esta situación fue negada de plano, pese a que la población de Nagorno, mediante un referéndum, había decidido que querían ser parte de la República de Armenia. A partir de este momento, comenzó una cruenta guerra para evitar la anexión.
Según se estima, hasta la fecha el conflicto ha dejado más de 30.000 muertos, de los cuales 25.000, según fuentes oficiales, son soldados de la República de Azerbaiyán y esto se logró gracias al apoyo de Rusia.
Al no lograr la tan anhelada adición a la República de Armenia, Nagorno Karabaj se transformó en un país independiente, aunque no es reconocido por la ONU. Este estado lleva por nombre, República de Artsaj.
Esta región en disputa tiene una mayoría de habitantes cristianos ortodoxos, que pertenecen a una de las corrientes del cristianismo de mayor antigüedad en el planeta. La Iglesia Apostólica Armenia, se caracteriza por ser una de las más extremas en cuanto a la adoración de Jesucristo.
Por su parte, la República de Azerbaiyán tiene una gran población turca que profesa el Islam. De hecho, mientras Nagorno Karabaj fue parte de este país se pretendió cambiar sus creencias.
Papel de Rusia y Turquía en el conflicto
Aunque con razones distintas, Rusia y Turquía han participado de manera directa en la guerra por Nagorno Karabaj. En el caso de Rusia, la intención es afianzar su patrón geopolítico en la región, ya que consideran que permitir que este lugar siga siendo parte de Azerbaiyán representaría un aumento de la presencia turca en la región.
Por otro lado, Turquía tiene razones estrictamente religiosas que están fundamentadas en desplazar la presencia del cristianismo e imponer el Islam. Para ello se valen de la República de Azerbaiyán.
Dicho de otro modo, Rusia apoya a Armenia y Turquía a Azerbaiyán, pero aún cuando estos países son aliados desde los puntos de vista económicos y comerciales, los intereses geopolíticos y religiosos pareciera que tienen mayor peso que cualquier otra cosa.
Recientemente declararon fuentes oficiales de Azerbaiyán que la única forma de lograr un alto al fuego es con la rendición absoluta de Armenia. Después de esto, se fijarían nuevas condiciones para sentarse a negociar el futuro de Nagorno Karabaj.
Conflicto regional que puede convertirse en internacional
Como se sabe, hasta la fecha no existe la posibilidad de un alto al fuego entre Azerbaiyán y Armenia y el resurgimiento del conflicto solo ha llevado a aumentar la cantidad de muertos y heridos entre ambos bandos.
Por su parte, las Naciones Unidas, desde hace más de 25 años, ha intentado resolver por la vía diplomática el problema. Sin embargo, esto ha fracasado ya que todas las negociaciones de paz llegan a un punto muerto. Y es que, según el derecho internacional, Nagorno Karabaj le pertenece a Azerbaiyán.
Así como Rusia y Turquía se han puesto de lado de sus respectivos aliados, otras naciones como China y Corea del Norte, podrían intervenir si su aliado Vladimir Putin, solicitara su apoyo.
Por otro lado, el hecho de que el gobierno turco haya decidido involucrarse directamente, deja la puerta abierta para que la OTAN pueda también participar en una posible guerra de mayor envergadura.
Es importante recordar que para muchos, Turquía es miembro fundamental para la alianza de la OTAN por lo que cuenta con el respaldo de la Unión Europea si la integridad turca se viese amenazada.
Aunque se formó un grupo conocido como Minsk cuya finalidad es buscar la vía pacífica al conflicto, las organizaciones internacionales no han podido encontrar una solución.
Por su parte, Francia y Estados Unidos han buscado desde hace más de 20 años, contribuir al cese al fuego definitivo. Sin embargo, no se ha logrado nada y básicamente se debe, a que durante las conversaciones de paz, tanto Armenia como Azerbaiyán, deberían respectivamente ceder en algunos puntos políticos, religiosos e incluso sociales.
Para analistas internacionales, Rusia ha contribuido al estancamiento de las conversaciones de paz y esto se debe a la gran cantidad de armas que donó a la República de Armenia.
¿Es posible una salida pacífica?
Existe una gran animadversión entre el pueblo armenio y Azerbaiyán, esto se fundamenta básicamente en que los armenios culpan a esa nación de haber conspirado para realizar un genocidio que causó la muerte de más de 1 millón de cristianos entre los años 1915 y 1923.
Por su parte, el pueblo turco que hace vida en Azerbaiyán cree que es necesario lograr la conversión de los infieles y que todo aquel que no decida cambiar su fe es enemigo del Islam. Esto para muchos, podría ser considerado una guerra santa que no ha podido ser apaciguada en los últimos 26 años.
Además, las grandes inversiones en armas que se han hecho, hace que sea muy difícil que esta guerra pueda terminar en corto tiempo.
Es importante recordar, que tanto el presidente de Azerbaiyán, Llham Aliyev y el de Armenia, Armen Sarkissian, son férreos dictadores y esgrimen como bandera política una profunda concepción nacionalista.
Es por esto que se estima que ninguno de los dos piense ceder en sus pretensiones y es muy probable que en los próximos días, la guerra se intensifique. Así mismo, ambos mandatarios se encuentran en un momento de muy baja popularidad por lo que mantener el conflicto vivo, les permite unificar a sus respectivos países con un discurso patriótico.
Lo que si es cierto, es que antes del mes de noviembre, los Estados Unidos se mantendrán al margen de esta guerra por lo que esto podría generar una mayor ventaja a Azerbaiyán y su gran aliado Rusia.