Los concentradores de oxígeno son dispositivos médicos diseñados para suministrar oxígeno suplementario a personas con enfermedades respiratorias que dificultan la correcta oxigenación del organismo.
Su función es esencial para mejorar la calidad de vida de pacientes con patologías como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), fibrosis pulmonar, insuficiencia respiratoria o apnea del sueño, entre otras.
Solo en España, se cuentan en millones de personas las que sufren alguna de estas patologías respiratorias.
Cómo funciona un concentrador de oxígeno
A diferencia de las bombonas tradicionales, los concentradores no almacenan oxígeno comprimido, sino que extraen el oxígeno directamente del aire ambiente tal como explican desde la empresa especializada Alquila tu Oxígeno. El dispositivo filtra el aire, separa el nitrógeno y entrega al paciente un flujo continuo o intermitente de oxígeno con una pureza que suele rondar el 90-95 %.
Este proceso se realiza mediante un sistema de tamices moleculares, que permiten una generación constante de oxígeno, además, sin necesidad de recargar el equipo, lo que representa una ventaja tanto práctica como económica para los pacientes.
Su uso regular contribuye significativamente a mejorar la oxigenación sanguínea, lo que se traduce en aspectos como la reducción de la disnea, la mayor capacidad para realizar actividades cotidianas, un mayor descanso y calidad de sueño y, sobre todo, una disminución de la fatiga.
“Los médicos suelen prescribir la oxigenoterapia domiciliaria para pacientes con niveles bajos de saturación de oxígeno, lo que ayuda a mantener la función celular y a prevenir daños en órganos vitales”, explican.
Innovación: Movilidad y adaptación al día a día
Uno de los avances más importantes en los últimos años ha sido la aparición de los concentradores de oxígeno portátiles, más ligeros y silenciosos que los modelos tradicionales.
Estos equipos permiten al paciente mantener su autonomía y movilidad, pudiendo desplazarse, viajar o realizar actividades al aire libre sin interrumpir su tratamiento.
Funcionan con baterías recargables y suelen ofrecer varias horas de autonomía, lo que facilita la integración del tratamiento en la rutina diaria. De esta manera, el paciente no queda limitado a su hogar y puede seguir llevando una vida activa.
La oxigenoterapia, cuando se adapta adecuadamente al ritmo de vida de cada persona, deja de ser una limitación y se convierte en una aliada para respirar mejor y vivir con más calidad.