Cuando se producen daños en una vivienda, ya sea por un accidente doméstico, un fenómeno meteorológico o un siniestro más grave, es fundamental contar con una valoración objetiva y profesional que determine el alcance real de los desperfectos y su causa. Solo de esa forma se pueden poner en marcha los mecanismos necesarios para arreglarlo y saber quién tendrá que hacerse cargo.
En ese punto entra en juego la figura del perito para daños en vivienda, un técnico especializado en la valoración material de los incidentes que actúa como intermediario entre el propietario, la aseguradora y, en algunos casos, los tribunales.
¿Cuándo se necesita un perito?
Generalmente, se recurre a un perito en dos situaciones. La primera de ellas es cuando interviene el seguro y, la segunda, cuando no se está de acuerdo con la valoración del propio seguro.
En primer lugar, si el propietario tiene contratada una póliza de hogar, la aseguradora suele enviar a su propio perito para inspeccionar la vivienda y elaborar un informe técnico. Este documento determinará qué daños están cubiertos, su valor económico y la indemnización correspondiente.
Tras esta primera valoración, si el propietario no está de acuerdo con ella, puede contratar a un perito independiente que defienda sus intereses y realice una valoración alternativa.
“También puede ser necesario en situaciones sin cobertura aseguradora, por ejemplo, en conflictos entre vecinos, obras mal ejecutadas o compraventas de inmuebles con defectos ocultos” explican desde Gabinete Jurídico Pericial apelando a su experiencia.
¿En qué se basa el trabajo del perito?
El perito realiza una labor minuciosa que va más allá de una simple inspección visual.
Su trabajo se estructura en varias fases que pasan por visitar la vivienda para hacer una inspección de los daños, tomar sus medidas, fotografiarlos y hacer las preguntas pertinentes in situ con el que luego realizar un análisis técnico que define cuál fue el origen de los daños y la valoración real de los mismos.
La elaboración de ese informe pericial recoge las causas del siniestro, la descripción detallada de los daños, el presupuesto de reparación y, si procede, las responsabilidades de las partes implicadas.
Hay que tener en cuenta que, en muchos casos, el perito actúa como mediador entre el asegurado y la compañía para facilitar un acuerdo justo y evitar litigios.
Según explican, los siniestros más comunes están relacionados con daños por agua o eléctricos, daños estructurales, incendios, fenómenos atmosféricos o actos vandálicos.