El certificado energético es un documento oficial en España que informa sobre la eficiencia energética de un inmueble. Establecido como obligatorio en varios casos por la normativa vigente, este documento clasifica los edificios en una escala que va desde la letra A (más eficiente) hasta la G (menos eficiente), según su consumo de energía y emisiones de CO₂. La certificación es necesaria tanto en operaciones de compraventa como en alquileres de viviendas o locales comerciales.
Muchas personas buscan obtener un certificado energético barato sin comprometer la validez ni la calidad del mismo. Para ello, es importante acudir a técnicos habilitados que estén registrados en los organismos correspondientes de cada comunidad autónoma. Estos profesionales, que pueden ser arquitectos, ingenieros o técnicos especializados, deben realizar una visita presencial al inmueble para evaluar características como la orientación, los materiales constructivos, los sistemas de climatización y el aislamiento térmico.
El procedimiento para obtener este informe de calidad energética es relativamente simple. Comienza con la solicitud del servicio a un técnico cualificado, quien programa una inspección del inmueble. Durante la visita, se toman mediciones y se recopila información relevante sobre los elementos que influyen en el consumo. Luego, el profesional utiliza un software autorizado para calcular la calificación del edificio. Una vez finalizado el informe, este debe ser registrado oficialmente en la plataforma correspondiente del gobierno autonómico. Solo con ese registro la evaluación es válida legalmente.
Tiene una validez de diez años, salvo que se realicen reformas significativas que puedan modificar el rendimiento del inmueble. En ese caso, se recomienda actualizar el informe para reflejar las nuevas condiciones. “También puede renovarse antes del vencimiento si se desea mejorar la calificación tras implementar medidas de eficiencia, como el cambio de ventanas, mejoras en el sistema de calefacción o incorporación de energías renovables”, comentan en Certificaplus.
Además de ser un requisito legal en operaciones inmobiliarias, este análisis tiene varias ventajas prácticas. En primer lugar, ofrece información objetiva sobre el consumo de eficiencia en un inmueble, lo que permite a propietarios e inquilinos tomar decisiones informadas. También puede ser un argumento de valor en el mercado, ya que las propiedades con mejor calificación resultan más atractivas por sus menores costes de mantenimiento.
Otra utilidad es que incluye recomendaciones personalizadas para mejorar el rendimiento. Aunque estas sugerencias no son obligatorias, resultan útiles para planificar reformas o inversiones futuras. Muchas comunidades autónomas y ayuntamientos ofrecen subvenciones para quienes decidan implementar estas mejoras, especialmente si se busca avanzar hacia un consumo más sostenible.
Cabe destacar que el precio de este documento puede variar según la superficie del inmueble, su ubicación y la urgencia con la que se solicite. Por eso es recomendable comparar presupuestos entre distintos profesionales registrados, siempre verificando que ofrezcan un servicio completo que incluya visita al inmueble, elaboración del informe y su registro oficial. Elegir únicamente en función del precio sin considerar la experiencia del técnico o la calidad del informe puede generar inconvenientes a la hora de presentar la documentación en trámites de venta o alquiler.
Disponer del certificado energético no solo permite cumplir con una obligación legal, sino que también aporta información valiosa sobre el estado del inmueble. A medida que la eficiencia gana relevancia en la planificación urbana y la política ambiental, contar con este documento actualizado resulta cada vez más necesario. Es una herramienta accesible, útil y con beneficios tanto para propietarios como para futuros ocupantes.