España cuenta con 3,25 millones de empresas económicamente activas; de ellas, 2,94 millones son pequeñas y medianas (0-249 personas empleadas), es decir, el 99,1 % del total y más de 65 % del PIB nacional. Además, este tejido genera 11.355. 853 puestos de trabajo, el 61 % del empleo nacional.
Una digitalización irregular que se topa con nuevas obligaciones Este “motor” económico se enfrenta en 2025 a un gran reto: la digitalización obligatoria.
La Ley 18/2022 “Crea y Crece” obliga a emitir factura electrónica entre empresas de forma escalonada a partir de la publicación de su reglamento, prevista para este año. Sin un gobierno sólido de la tesorería y de los datos, la digitalización puede convertirse en un nuevo foco de riesgo operativo.
Sin embargo, en 2023, solo 61,4 % 2 de las compañías de 10 o más empleados alcanzaba un nivel básico de intensidad digital, lejos del objetivo europeo del 90 % para 2030.
Liquidez: el talón de aquiles recurrente de miles de empresas
El otro problema que típicamente enfrentan las pequeñas y medianas empresas españolas es la tensión de caja. Según el Observatorio de Morosidad de CEPYME, el período medio de pago (PMP) rebasó los 84 días en el primer trimestre de 2024; el 55,7 % de las facturas se abonó fuera de plazo, 24 días por encima del límite legal de 60 días. El coste financiero que esto supone para la pyme se disparó a 2.930 M€.
“Digitalizar los circuitos administrativos sin controlar el cash-flow es como cambiar de coche sin mirar si tiene combustible. Las pymes necesitan tecnología, sí, pero sobre todo criterio financiero para transformar datos en decisiones”, señala John Belalcazar, fundador y director de Impulsa CFO.
Director financiero bajo demanda: el aliado “part time” que evita un fichaje inasumible
Contratar un director financiero senior con dedicación completa puede resultar inabordable para micro y pequeñas empresas; los salarios superan con frecuencia los 80.000 € anuales.
El modelo CFO as a Service (financiero externo de dedicación variable) permite planificar tesorería y optimizar el circulante para recortar la dependencia de pólizas de crédito, diseñar la hoja de ruta digital (ERP, e-invoice, Business Intelligence) y asegurar la integración con bancos, AEAT y proveedores, cumplir la nueva normativa evitando sanciones de hasta 10.000 € y aportar visión estratégica en precios, financiación y expansión sin sumarle estructura fija a la empresa.
“Aunque todavía poco implantado en España, este modelo —muy común en países anglosajones— permite que startups, pymes y micropymes accedan a planificación financiera, control y visión estratégica del nivel de una gran empresa, sin asumir los costes de un equipo interno. Pagan solo por lo que necesitan y cuando lo necesitan”, añade Belalcazar.