El 7 de julio de este año, el presidente de Haití Jovenel Moïse fue asesinado en su vivienda cuando un grupo armado le atacó con varios disparos. Ya han pasado más de dos meses de este hecho y, en ese país caribeño, todavía hay muchas preguntas y pocas respuestas.
La investigación judicial no avanza y, para terminar de complicar la situación, el fiscal general de Haití ha solicitado al juez que conoce la causa que emita una orden de aprensión en contra de del Primer Ministro, Ariel Henry, por nexos con el magnicidio.
Una complicación añadida a la investigación y para Haití
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Bel-Ford Claude, un fiscal que busca justicia
El Fiscal General está encargado de la investigación del asesinato en contra del presidente de Haití y, después de haber realizado diversas diligencias para castigar a los culpables tanto intelectuales como materiales, ha encontrado pruebas que dan un giro a las investigaciones.
Durante un análisis hecho a uno de los números telefónicos con el que se comunicaba uno de los supuestos asesinos, se encontró que el Primer Ministro, habría llamado a éste por lo menos en tres ocasiones durante finales de junio y principios de julio.
Una de estas llamadas fue de siete minutos de duración y se realizó la madrugada del 7 de julio cuando Ariel Henry se encontraba hospedado en el Hotel Montana en Puerto Príncipe, aun cuando debería estar muy lejos de ese lugar atendiendo asuntos oficiales.
Cumpliendo el protocolo de las leyes de ese país, se invitó al alto funcionario a acudir a las oficinas de la fiscalía con el fin responder algunas preguntas referentes al resultado del análisis telefónico, pero este habría dicho que no estaba interesado en ser interpelado.
Posteriormente, fue citado de manera formal para ser entrevistado para que pudiese explicar qué relación tenía con uno de los presuntos asesinos, en este punto se comunicó con Bel-Ford Claude, recordándole que él era el Primer Ministro y que no se debería dudar de él.
Ante esta situación, el fiscal acudió a las oficinas del juez Garry Orélien – quien es el presidente del tribunal donde se gestiona el caso – , y solicitó «prohibirle salir del territorio nacional por vía aérea, marítima o terrestre debido a la seria presunción relativa al asesinato del presidente”.
Ante esto, el jurista expresó que comenzará a hacer uso del tiempo legal para realizar la investigación, en este caso cuenta con tres meses para llamar a declarar a todos los testigos del caso, sin importar el cargo que ocupen dentro de la estructura del estado Haitiano.
Ariel Henry, un Primer Ministro puesto en duda
Este político Haitiano, quien el 5 de julio de este año fue seleccionado para ocupar el cargo de Primer Ministro de Haití debido al asesinato del presidente, aunque su nombramiento tuvo que ser pospuesto hasta el día 20, cuando asumió formalmente sus funciones.
Después de los funerales de Jovenel Moïse, prometió luchar por mantener la estabilidad política de su país y, de igual manera, garantizó que los culpables de la muerte del primer mandatario pagarían por haber arrebato la vida de este insigne ciudadano.
Sin embargo, parece que esas palabras se las llevó el viento ya que, al recibir la invitación a acudir a la fiscalía, dijo que ninguna maniobra o ninguna amenaza lo alejarán de su misión primordial: proporcionar el mayor beneficio posible a los ciudadanos haitianos.
De igual manera, manifestó que existe un plan orquestado en su contra que busca separarlo de sus funciones y esto es llevado a cabo por un grupo de personas que solo buscan crear una crisis política y social para acceder al poder sin importar los medios para ello.
Ante una solicitud hecha por la Oficina de Protección de Ciudadania de Haití, en la que se le exigía su renuncia, expresó que no existen causas justas que lo obliguen a separase de la responsabilidad que el pueblo le dio y que piensa seguir llevando adelante sus funciones.
Ante las palabras del Fiscal General, Bed-Ford Claude en las que manifestó que hay suficientes elementos de convicción que vinculan al Primer Ministro con el magnicidio, la respuesta de Henry fue suspender a este de su cargo por estar incurso en una conspiración.
Desestabilización política en Haití
Después de un debate entre las principales fuerzas opositoras de Haití y el partido de gobierno, se llegó a un acuerdo de mantener un gobierno de transición, que pueda realizar elecciones presidenciales, libres y democráticas en el año 2022.
De igual manera, se planteó que se escogerían a 33 representantes de los diversos sectores de la sociedad civil para que puedan redactar una nueva Carta Magna que se ajuste más a las necesidades y realidades del pueblo haitiano y que logren el fortalecimiento del estado.
Ahora, el hecho que el fiscal general revelara pruebas que vinculan a Ariel Henry con la muerte del presidente de ese país, pone en duda que dicho acuerdo se mantenga, por lo que es probable que comience otro proceso de crisis política y económica en esa nación.
Algunas organizaciones no gubernamentales han pedido a la comunidad internacional que retiren el apoyo político al Primer Ministro alegando que ha utilizado el poder de su cargo para entorpecer las investigaciones que adelantaba Bel-Ford Claude.
La actitud de Henry demuestra claramente que en esa nación no existe la independencia de poderes.
En otras circunstancias, debería haber acudido a la invitación que le hizo el representate de la fiscalía y aclarar qué relación existe entre uno de los presuntos asesinos de Moïse y su persona, así como porque se encontraba tan cerca del lugar de los hechos.
Grave equivocación
La acción llevada a cabo por Ariel Henry, desde todo punto de vista es una grave equivocación jurídica y política, que respalda la acusación hecha por Claude además su actitud forma parte de las interrogantes que rodean el misterioso asesinato del presidente.
Al concluir las investigaciones se sabra si de todos los que ocuparon el cargo de primer ministro durante el gobierno de Jovenel Moïse, Ariel Henry fue la mejor decisión o si por el contrario se trató de un error que le costó la vida al mandatario haitiano.