Un grupo de aproximadamente 6 sicarios, ingresó el pasado 7 de julio en la residencia del presidente de Haití, Jovenel Moïse, con el fin de dar muerte al mandatario.
En un hecho todavía confuso también fue herida su esposa Martine Moïse, que fue llevada a un hospital cercano para luego ser trasladada por aeroambulancia hasta la ciudad de Miami en Estados Unidos.
Todo lo que hay que saber sobre la situación en Haití
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Magnicidio
Jovenel Moïse nació en el año 1968 y fue un reconocido empresario que se inició en el campo político en el año 2015, siendo designado en el 2016, como primer mandatario de Haití.
Sus detractores decían que este manejaba un gobierno populista y que después de ser elegido como presidente la situación en el país se había hecho mucho más difícil, ya que no solo se padecía una profunda crisis económica y social, sino que también se había dado pie a una confrontación de carácter político.
El joven presidente habría sido amenazado de muerte por grupos extremistas que lo hacían responsable del aumento de la pobreza en la nación, así como de los problemas de índole económica.
A raíz de estas amenazas, Moïse debió redoblar su seguridad e incluso ya había comenzado a limitar sus salidas de la residencia presidencial. Según se informó, su anillo de seguridad estaba a cargo de más de 50 hombres, pero, al parecer, estos fueron burlados por los sicarios, quienes lograron asesinar al mandatario.
Los días de Jovenel estaban contados, ya que la oposición política y un grupo de empresarios de Haití estarían fraguando un golpe de estado, debido a que su mandato había concluido el 21 de febrero y pretendía continuar en el poder hasta 2022.
El magnicidio ha conmocionado a todo el país, ya que, si bien es cierto que el joven empresario y político no gozaba del total apoyo del pueblo haitiano, su muerte solo vaticina un aumento en la crisis por la que ha atravesado el país durante los últimos 20 años.
Mercenarios profesionales
Según las primeras investigaciones llevadas a cabo, quienes perpetraron el asesinato del presidente Jovenel Moïse eran mercenarios extranjeros que hablaban español entre ellos.
Estos asesinos habían presentado credenciales como agentes de la DEA y, según habían informado a los organismos de seguridad del país, necesitaban reunirse con el primer ministro para establecer políticas de lucha contra las drogas.
Hasta ahora se están analizando los vídeos de seguridad y, según se estima, dichos mercenarios pudieron haber huido hacia República Dominicana, aunque esto aún no se confirma.
Haití el país más pobre del continente americano
Esta nación caribeña lidera los niveles de pobreza en América, las desigualdades sociales y económicas aumentan cada día, haciendo que la población sucumba ante la miseria.
A esto se le debe sumar que la gran mayoría de los políticos que aspiran a llegar a la primera magistratura, lo hacen amparados en promesas electorales populistas que son muy difíciles de cumplir.
Jovenel Moïse, por ejemplo, habría garantizado que al finalizar su mandato el pueblo haitiano saldría de la pobreza, sin embargo, según las últimas estadísticas, los niveles de pobreza extrema aumentaron considerablemente y el sistema sanitario colapsó debido al coronavirus.
Los enfrentamientos entre bandas armadas, robos y secuestros son habituales en Puerto Príncipe. Asimismo, el aparato productivo es casi inexistente y los niveles de escolaridad han descendido drásticamente debido a que muchos hijos deben salir a la calle a buscar empleo con el fin de ayudar a la precaria economía familiar.
Haití tiene el menor PIB de toda América, y es tal la aguda crisis por la que pasa actualmente, que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas manifestó su profunda preocupación porque este país termine convirtiéndose en un estado fallido.
Continuidad del Estado
Después de la muerte de Jovenel Moïse, el gobierno quedó a cargo del Primer Ministro Claude Joseph, quien expresó que, aunque el país lamenta profundamente lo ocurrido, se deben asegurar todas las medidas para darle continuidad al Estado.
Manifestó también que la población debe permanecer en calma y quedarse en sus hogares. Asimismo, se tomaron medidas para tratar de capturar a los posibles responsables del magnicidio, por lo que se ordenó cerrar la frontera con República Dominicana, así como reforzar la vigilancia en todo Haití.
Hasta el momento, el llamamiento a la calma a la población no ha surtido ningún efecto sino que, por el contrario, los ciudadanos han salido a las calles a intentar saquear los pocos negocios que aún funcionan, lo que ha llevado a sacar al ejército para que coopere con la policía en el mantenimiento del orden.
De igual manera, Claude Joseph ha declarado estado de sitio y el director de la policía nacional, Leon Charles, ha manifestado que no se permitirá que nadie, aprovechando la conmoción que vive el país, pueda llegar a transgredir las leyes.
Se espera que en los próximos días las autoridades electorales del país se reúnan con el fin de establecer una fecha para los próximos comicios, en los que pueda escogerse a quien sustituirá al asesinado mandatario.
Reacción internacional ante el magnicidio
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió el pasodo 8 de julio para tratar de establecer políticas que permitan hacer frente a lo que el secretario general, Antonio Guterres, calificó como un acto aberrante.
Por su parte, la Organización de Estados Americanos ha condenado el asesinato de Jovenel Moïse y, en un comunicado firmado por Luis Almagro, manifestó que no apoyará ningún tipo de gobierno que nazca de la violencia o de cualquier hecho que pueda debilitar la estabilidad institucional de Haití.
En tanto, los Estados Unidos y la Unión Europea coincidieron que deben realizarse elecciones inmediatas en ese país, pero que deben ofrecerse las garantías suficientes para que todos los actores electorales se enfrenten en igualdad de condiciones.
La devaluación que existe en Haití es tan solo superada por Venezuela, por lo que se espera un cambio profundo de la comunidad internacional con el fin de tratar de estimular la economía y que los haitianos puedan salir de la crisis político económica que vienen arrastrando desde hace muchos años.