Venezuela se convierte en el primer país después de Cuba, en utilizar la vacuna contra el covid de nombre Abdala. Según manifestó el dictador cubano Miguel Díaz Canel, dicha vacuna representa el sacrificio de su pueblo en favor de los más pobres de la tierra.
Por su parte, Nicolás Maduro ha expresado que se estima que con las pseudo vacunas, el 70% de la población debe estar vacunada para el mes de septiembre, por lo que para principios del 2022 el país tendrá un gran nivel de inmunidad.
Todo lo que hay que saber sobre el proceso de vacunación que se está llevando a cabo en Venezuela
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Sin autorización de ninguna entidad médica reguladora
El único estudio con los que se cuenta y que respalda el desempeño de la vacuna cubana denominada Abdala es, precisamente, la información que da el régimen cubano.
Hace tan solo unos días, la industria farmacéutica de la isla hizo público los resultados de la tercera fase de la vacuna y manifestaron que, al colocar la primera dosis, la persona logra un 62% de inmunidad. En tanto al aplicarse la segunda dosis, esta puede incrementarse a un 85% y, colocándose la tercera, se logra una protección de un 92%.
Según el régimen cubano, la vacuna es una de las más avanzadas del mundo debido a su alto nivel de efectividad. Lo que es poderosamente sospechoso, es que los resultados no han sido avalados por ningún ente regulador.
De igual manera las revistas científicas más prestigiosas del planeta se niegan a emitir ningún tipo de comentarios con respecto al desempeño de la Abdala, ya que, según expresan, carecen de fuentes fiables.
En tanto, la Asociación de Investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas expresó que la vacuna cubana carece de credibilidad y que su desempeño debe ser considerado como dudoso.
De igual manera se expresaron los miembros de la Academia de Medicina de Venezuela, quienes manifestaron que la vacuna no cumple con los estándares internacionales de seguridad, incluso dejaron claro que es una irresponsabilidad aplicarla a la población venezolana.
Para la comunidad científica internacional el medicamento denominado Abdala no es más que un candidato a vacuna y no una vacuna como tal.
Una de las más grandes preocupaciones que ha desatado este proyecto de inmunización, es que no se conoce que efectividad puede tener contra las formas graves y asintomáticas del covid, un dato considerado de suma importancia para poder conocer cuál sería la reacción que tendrían aquellas personas que padecen el coronavirus sin saberlo.
Vacuna del sistema COVAX
Como todo en Venezuela, las vacunas del sistema COVAX han desaparecido del país. Inicialmente el dictador Maduro se encargó de vacunar a los miembros cercanos a su cúpula, entre los que destacaban políticos, militares y familiares.
Para ello se utilizó la vacuna Sputnik V, y, aunque había garantizado que el sistema COVAX se encargaría de llevar a ese país una nueva cantidad de dosis, recientemente expresaron que como el gobierno estadounidense los tenía sancionados, todos los pagos hechos estaban bloqueados, por lo que no recibirían las dosis acordadas.
De igual manera, el dictador venezolano dijo que un grupo de países ricos se han unido para sabotear el proceso de vacunación de la revolución y que, gracias a los hermanos cubanos, se logrará la tan ansiada inmunización del pueblo.
Venezuela es un país que cuenta con 28 millones de habitantes y, hasta la fecha, tan solo se han recibido 3,5 millones de vacunas chinas y rusas, por lo que quedarían sin vacunar, aproximadamente, unos 26 millones de personas.
Según la vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez, el gobierno de La Habana habría donado un lote importante de vacunas, todo esto con el fin de continuar con el plan masivo de vacunación que adelanta el gobierno.
Recientemente se supo que Venezuela firmó un contrato con Cuba, a través del cual la nación suramericana recibiría 12 millones de la dosis Abdala en los próximos meses.
Desorden sanitario
En Venezuela no tomaron la previsión de guardar las dos dosis de vacunas rusas o chinas necesarias para completar el proceso de inmunización, por lo que ahora muchas personas que se colocaron la primera inoculación no cuentan con la segunda para completar la protección.
El gobierno se está planteando utilizar la Abdala cubana como vacuna sustitutiva o segunda dosis de refuerzo de las chinas o rusas. Esto, según los médicos venezolanos, es una de las más grandes locuras que puede intentar el régimen, puesto que no saben cómo podría ser la reacción al mezclar dosis con distintos componentes y que son de diferentes fabricantes.
Inicio de la vacunación en Venezuela con Abdala
El régimen de Nicolás Maduro expresó que comenzaría a realizar un programa de vacunación masivo en las llamadas ciudades chavistas. El pasado 29 de junio, comenzó en Ciudad Tiuna, un conjunto de edificios que inicialmente fue desarrollado por Hugo Chávez y posteriormente concluido por Nicolás Maduro.
El gobierno ha expresado que es un logro y un acierto, el haber recibido un lote importante de vacunas cubanas y que si COVAX logra desbloquear los pagos que supuestamente ya se han hecho, podría recibir todo lo necesario para inmunizar a más de la mitad de la población.
Hasta la fecha, en Venezuela cuentan con 293.866 casos de coronavirus acumulados y 3.392 fallecidos. Pero, para el Colegio Médico del Distrito Capital, esta cantidad podría ser muy superior y el gobierno no quiere dar cifras reales ya que esto podría ser utilizado por sus detractores para afirmar que Maduro no ha sabido manejar la pandemia.
Ante la aplicación masiva de Abdala en el país, la comunidad médica internacional se encuentra a la expectativa de saber cuáles podrían ser las posibles reacciones de este medicamento, así como su desempeño cuando es mezclado con las vacunas Sputnik V de Rusia y Vero Cell de China.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud, así como la Organización Panamericana de la Salud, se mantienen en silencio y, según han expresado los miembros del IVIC, sería muy importante que estos dos entes rectores del mundo y el continente, puedan indicar si Abdala es realmente una vacuna o si, por el contrario, es una estrategia propagandística más, de parte del régimen dictatorial cubano.