Después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo vivió una guerra silenciosa que nunca ocurrió y que mantenía en constante nerviosismo a toda la raza humana. Esto se debía al enfrentamiento entre los Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, hecho que se conoció como Guerra Fría.
En la actualidad se ha presentado una situación similar, pero a diferencia de la primera Guerra Fría, que se encontraba basada en ideologías políticas, esta tiene sus cimientos en una guerra de carácter comercial que busca, además, un liderazgo de los países involucrados, es decir, Estados Unidos y China.
Motivos que hacen temer una nueva Guerra Fría
Contenido del artículo:
Orígenes del conflicto entre China y Estados Unidos
A mediados de los años 70, mientras los Estados Unidos mantenía una confrontación con la antigua Unión Soviética, el presidente de China de esa época, Denw Xiao Ping, impulso una serie de reformas económicas que permitieron mejorar el aparato productivo de su país y le abrió las puertas comerciales a diversas naciones del mundo.
De manera paulatina pero sostenida, China comenzó su etapa de cambio y desarrollo económico, comercial y tecnológico. Todo esto, lo llevó a convertirse en un proveedor seguro y logró llegar a ser el principal competidor comercial de los Estados Unidos.
China comenzó a manejar con mano férrea los modos de producción del estado y, las empresas de capital privado, eran y son todavía tuteladas por el estado. Esto trajo como consecuencia una simbiosis entre el Partido Comunista Chino y el aparato productivo de esta nación.
Así mismo, China ha llegado a inundar innumerables mercados con sus productos, que aunque para muchos son de calidad dudosa, son mucho más económicos. Todo esto llevó a los Estados Unidos a emitir leyes antidumping para proteger la producción interna estadounidense.
Por otra parte, China se ha atrevido a llegar a mercados que eran tradicionalmente de los Estados Unidos, lo que ha causado una tensión desde el punto de vista económico y comercial, que según piensan algunos analistas internacionales, podría llegar a generar una confrontación bélica.
Catástrofe mundial en puertas
Como se ha dicho muchas veces, el Covid-19 ha cambiado totalmente el orden económico mundial y la recuperación del planeta en este sector será muy lenta y traerá consigo grandes sacrificios por parte de los ciudadanos.
Para empresas especializadas en análisis económicos, el conflicto comercial que existe entre China y los Estados Unidos complicará aún más la situación financiera del mundo y todos seremos los grandes perdedores si estas dos naciones no logran ponerse de acuerdo.
Quizás, el hecho que llama peligrosamente la atención del mundo es la capacidad bélica que tienen ambos países, así como la actitud radical o en algunos casos visceral, de sus respectivos mandatarios.
Cada día la relación entre Washington y Pekín empeora, por lo que no es descabellado creer que la tan temida Tercera Guerra Mundial se inicie por una confrontación entre estas dos potencias.
Debe recordarse que tanto Estados Unidos como China, mantienen posiciones ideológicas y políticas distintas, por lo que esto podría incidir en llevar a la llamada Guerra Fría a una confrontación real.
Durante su participación en la asamblea anual de la ONU, el presidente Donald Trump expresó que el gobierno de Xi Jinping debería ser sancionado.
Esto se debe a que los chinos son los responsables de contagiar y propagar por el mundo el Covid-19. Así mismo, responsabilizó al gobierno chino por todas las muertes ocurridas en los Estados Unidos.
Sin embargo, el presidente Xi Jinping no se ha expresado directamente con respecto a estas acusaciones y mencionó en una entrevista virtual, que su gobierno no piensa de ninguna manera entablar una guerra, ni fría ni caliente, con los Estados Unidos o con cualquier país del mundo.
Preocupación de la Organización de las Naciones Unidas
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó el 21 de septiembre su gran preocupación por la rivalidad existente entre Washington y Pekín.
Para Guterres, la situación incide directamente sobre la estabilidad mundial y esto puede ser un peligroso ejemplo que lleve a algunos países a parcializarse de lado y lado, lo que podría propiciar una confrontación bélica de grandes dimensiones.
Incluso dijo que el mundo se encuentra sumergido en una nueva Guerra Fría, ya que las dos mayores economías del planeta se disputan la supremacía no solo económica, sino también tecnológica, pudiendo llevar esto a un plano geoestratégico y militar.
Para reforzar las palabras del secretario general, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que no se puede permitir que el mundo quede a merced de la guerra entre estos dos países y que de alguna manera la comunidad internacional debe hacer algo para tratar de aliviar las tensiones que existen.
Aunque es muy pronto para establecer la reacción de las naciones participantes en la asamblea general de la ONU, el secretario general espera recibir de parte de los países del mundo un respaldo total que haga entender a Donald Trump y Xi Jinping que el camino de la confrontación no es el indicado y que deben considerar a las otras naciones al momento de tomar decisiones que pueden incidir en la estabilidad del planeta.
Joe Biden y su relación con Pekín
Se estima que indistintamente de quien sea electo presidente en noviembre, la fortaleza norteamericana seguirá buscando los elementos que la lleven a mantener el liderazgo como potencia en el mundo.
Por otra parte, si Estados Unidos suaviza su posición ante el avance chino, este país podría aprovechar la situación y conquistar nuevos mercados e incluso desplazar empresas estadounidenses tradicionalmente favoritas en el gusto de los consumidores.
Joe Biden ha evitado profundizar en sus declaraciones con respecto al gobierno chino y, cuando se ha referido a la confrontación existente, lo hace para mencionar que existen otros caminos del tipo diplomático que pueden permitir la permanencia de ambas potencias en el mercado mundial.
Es por ello que muchos analistas estiman que si el candidato del Partido Demócrata llegase a ocupar la presidencia de los Estados Unidos, las tensiones entre China y este país se terminarían.
En todo caso, esto no es más que retórica política ya que no se trata de un problema económico propiamente dicho, sino que tiene que ver con el aspecto ideológico y la necesidad de China de imponer el comunismo en el mundo y el deseo de los Estados Unidos, de evitar que esto ocurra.