Cuando comenzaron a aparecer las primeras vacunas contra la Covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que en primera instancia deberían vacunarse al personal sanitario, personas en residencias y mayores de 60 años.
Sin embargo, en Suramérica, por distintas razones, la situación ha sido contraria a lo recomendado. Han prevalecido los intereses políticos y económicos, antes que resguardar la salud de las personas que son consideradas población de alto riesgo.
Todo lo que hay que saber sobre las irregularidades en la aplicación de la vacuna contra la Covid-19 en Suramérica
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Suramérica región de desigualdades
Como se sabe, en la actualidad no existe ninguna empresa farmacéutica que pueda suplir la cantidad necesaria de vacunas contra el coronavirus que se requieren en todo el mundo.
Algunos países han iniciado la primera etapa de inmunización dando prioridad a un grupo específico, sin embargo, en 5 regiones de Suramérica este proceso ha estado salpicado por irregularidades.
Perú
El pasado 15 de febrero se hizo público un escándalo en Perú, al conocerse que 467 personas habían sido vacunadas cuando el gobierno ni siquiera había dado a conocer la compra del medicamento.
Se estima que la gran mayoría de los inoculados trabajaban en instituciones del estado y, para tratar de callar las voces de protesta, algunos han expresado que se ofrecieron como voluntarios durante los ensayos de la vacuna china de Sinopharm.
Sin embargo, la realidad es mucho menos poética ya que quedó demostrado que el expresidente Martín Vizcarra, las ex ministras de salud y la de relaciones exteriores, lograron vacunarse antes que cualquier peruano.
Ha sido tal el escándalo, que se ha demostrado que miembros de la iglesia católica y poderosos empresarios habían logrado inyectarse antes de que en Perú se iniciara el proceso con el personal sanitario.
Esto ha generado una crisis institucional de tal grado, que 16 funcionarios de la actual administración de gobierno fueron obligados a renunciar y, según expreso la jefa del gabinete ministerial Violeta Bermúdez, todos los que se vacunaron y que se encontraban en funciones de estado han dejado de formar parte del equipo de gobierno.
Argentina
En este país se originó una polémica ya que se hizo evidente el tráfico de influencias para colocar la vacuna contra el patógeno. Se dice que las vacunaciones eran VIP y que los primeros beneficiados fueron altos funcionarios del gobierno, sus familiares y empresarios cercanos al ejecutivo.
Ha sido tal el nivel de descaro, que las jornadas se realizaban dentro del Ministerio de Salud, bajo la mirada complaciente del exministro Ginés González García, quien fue obligado a renunciar a su cargo.
Antes de inyectar a la llamada población de riesgo, es decir, ancianos, personal sanitario y policías, gracias a los contactos y buenos amigos, un grupo de privilegiados recibieron la inoculación.
Incluso, el plan nacional de vacunación en el que se utiliza el medicamento ruso Sputnik V, tiene como prioridad los adultos mayores de 70 años, pero ya se sabe que muchos alcaldes y militantes del partido de gobierno con edades menores a los 40 años, recibieron la dosis de dicha vacuna.
Ante todo esto, se ha presentado una denuncia penal en contra del ex ministra de la salud ya que, con su actitud, dictaminaba quién debía morir y quién debía vivir.
Chile
Este país estableció un calendario de vacunación en el que se dio prioridad al personal sanitario, mayores de 60 años y enfermos crónicos. No obstante, hace algunos días se supo que 37.306 personas recibieron la dosis sin pertenecer a los grupos prioritarios.
Por su parte, el departamento de estadísticas e información de salud de Chile dijo que 9.023 personas vacunadas eran menores de 40 años y 9.071 eran personalidades famosas y funcionarios públicos de alto rango.
En este país se está aplicando las vacunas de Pfizer o Sinovac y, según el gobierno, la meta es que para finales del primer semestre de 2021 se haya vacunado al 80% de los habitantes. Sin embargo, al parecer esto no será posible ya que no se ha adquirido la cantidad suficiente de dosis para inocular a toda la población.
Brasil
Lo que es considerado una burla para los brasileros, se conoció gracias a un familiar que grababa cuando a su abuela de 90 años se le aplicaba una inyección en su brazo. La realidad es que la jeringa estaba vacía y fue de esta manera como engañaron a un grupo de ancianos haciéndoles creer que eran inoculados.
Así mismo, las vacunas que llegaron no coinciden con las cantidades requeridas a los fabricantes y, por ello, hasta la fecha, solo se ha podido inyectar al 3,3% de la población.
Se estima que se han aplicado tan solo 5,8 millones de dosis, lo que es una cantidad ínfima, si se toma en consideración que Brasil cuenta con 212 millones de habitantes.
En este país están inoculando la vacuna china Sinovac, así como la AstraZeneca y según la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, el gobierno de Jair Bolsonaro se ha sentado a negociar con Pfizer la venta de algunas dosis pero, al parecer, este laboratorio se niega a hacerse responsable de los posibles efectos adversos a esta vacuna, por lo que el presidente de Brasil dijo que sería irresponsable aplicarla a sus compatriotas.
Venezuela
Nicolás Maduro como todo dictador, se ha preocupado por proteger a quienes lo mantienen en el poder. Contrario a las recomendaciones de la OMS, ha decidido comenzar el proceso de vacunación con los diputados y miembros de sus gobiernos.
Según el mandatario, se debe vacunar en primera instancia a los diputados debido a que son ellos quienes realizan más trabajo de calle y tienen mayor posibilidad de contagiarse. También ha manifestado que posteriormente se harán jornadas para vacunar a los efectivos militares y, por último, al personal sanitario y ancianos o adultos mayores.
Como se sabe, en la Asamblea Nacional se encuentran familiares directos del dictador y ya se conoció que ellos han recibido la vacuna Sputnik V. Lo grave del caso es que, hasta la fecha, Venezuela no ha pagado los 18 millones de dólares que debe por concepto de las primeras dosis recibidas y, en caso de no hacerlo, los grupos más vulnerables quedarán sin ser inmunizados, con la tan ansiada vacuna.