Tras conocer el proyecto de Auara, una empresa social que dirige sus pasos a proyectos que faciliten la llegada del agua potable a comunidades donde es un bien de lujo, contactamos con Antonio Espinosa de los Monteros, CEO de Auara.
Este arquitecto de 25 años ha apostado por cambiar, con la empresa, la vida de personas más que necesitadas. Con experiencia en proyectos sociales como voluntario durante años, sabe lo que quiere y ahora, con esta empresa social, busca conseguirlo. Se ha rodeado de un equipo heterogéneo entre trabajadores, voluntarios y embajadores.
Éstos últimos, caras conocidas que, bajo el hashtag #CrisisdelAgua y #Auara, tratan de hacer también visible no sólo el proyecto sino también concienciar y educar sobre la importancia del mismo.
Háblanos de cómo surge la idea de Auara y el modelo de empresa social con el compromiso de no repartir dividendos
La idea de la empresa social surge de lo social y después llega a la empresa. Quiero decir que la primera idea que tuvimos fue la de desarrollar proyectos de agua en lugares necesitados. Después de involucrarnos personalmente en distintos proyectos sociales en Perú, Camboya o Etiopía, y de conocer de primera mano lo que significa la falta de acceso a agua potable en estas comunidades decidimos que “teníamos que hacer algo”.
Nada más volver de uno de los viajes a Etiopía, donde estuve construyendo un hospital con la ONG Amigos de Silva, un día tomando unas cervezas con Pablo Urbano, amigo desde el colegio, comenzamos a hablar del tema del agua. Él estaba trabajando de voluntario en una empresa social aquí en España. Entonces, juntamos la idea de los proyectos de agua con la idea de la empresa social y decidimos “montar nuestra empresa social de agua”. Queríamos montar una empresa que dedicara todos sus dividendos a proyectos sociales de agua. Y si queríamos hacer proyectos de agua, nos pareció que lo más lógico era vender eso mismo: agua.
Vuestro objetivo es, a través de una empresa social, ayudar a llevar agua potable a miles de personas que, hoy en día, no tienen acceso
Eso es. La falta de agua potable en el mundo es una realidad que muchas veces nos es ajena en lugares como España, pero a nivel mundial es un problema que afecta a 700 millones de personas. Eso es la población de Europa entera. Y las implicaciones que tiene esta falta de agua van más allá de lo que puede parecer. El agua sucia es la fuente de hasta el 80% de las enfermedades en las comunidades más pobres. Sin agua no hay higiene. Sin agua no hay alimentos. Sin agua, muchas veces, no hay educación, porque los niños son los encargados de recolectarla, muchas veces a grandes distancias de sus casas, y no tienen tiempo para ir al colegio… El agua afecta a todos los aspectos de la vida, y sin ella es imposible el desarrollo.
Parece obvio que, para conseguir agua potable, se venda agua mineral. Es un círculo prácticamente cerrado pero, ¿por qué agua y no otro producto que pueda resultar más rentable a la hora de ponerlo en el mercado?
Nos pareció que vender agua significaba generar una relación de empatía muy fuerte. Cuando bebemos agua es porque tenemos sed. Es uno de los actos más primarios y naturales que existen. Por eso, de alguna forma, cuando tienes sed, bebes Auara, y sabes que esa acción tiene un impacto sobre otras personas del mundo que también tienen sed, pero que lo tienen mucho más difícil que nosotros porque no pueden comprar una botella de agua o abrir un grifo en cualquier momento, estableces una conexión más profunda que si te hubieras comprado, que se yo, un seguro o un móvil.
En Auara hay trabajadores y voluntarios con perfiles muy distintos pero que forman un engranaje para vuestra empresa de lo más efectivo. ¿Cómo surgió ese equipo?
Es una especie de nebulosa heterogénea que está funcionando muy bien. En Auara hay personas trabajando que han pasado un proceso de selección como en otras empresas y han entrado a cubrir necesidades concretas. También tenemos voluntarios que se presentaron con su entusiasmo y ganas de aportar cosas al proyecto y que han ido adquiriendo distintas responsabilidades y haciendo un trabajo espectacular. Estamos los que comenzamos con el proyecto, que somos como voluntarios también a día de hoy, ya que tenemos el compromiso de no cobrar sueldo de Auara hasta que la empresa demuestre ser rentable. Y luego un montón de colaboradores en distintas áreas que nos van aportando su gota de agua también. Como digo, es una especie de nebulosa de personas con situaciones y grados de implicación distintos, pero haciendo siempre un gran trabajo. Es un grupo curioso, hay gente menor de 30 años o mayor de 50. Nada intermedio. Mezclamos juventud y experiencia, y la verdad es que el ambiente es inmejorable.
Una de las principales apuestas fue también por botellas sostenibles, con diseño, pero que formaran parte del cambio que queréis realizar con respecto a los materiales y al petróleo. ¿Puedes explicarnos mejor en qué basáis esta política también de sostenibilidad de envases?
Se basa en dos pilares fundamentales:
Por un lado, la innovación en materiales sostenibles. Auara es la primera marca de agua en Europa que fabrica sus botellas con un 100% de plástico reciclado (R-Pet), que no proviene directamente del petróleo sino de dar una segunda vida al PET.
Por otro, está la innovación en formatos. Hemos desarrollado una botella de base cuadrada que es más eficiente para el transporte, y con ella buscamos limitar el impacto medioambiental de la logística.
Creemos que la innovación en materiales tiene que ser nuestra línea de actuación prioritaria, y queremos ser una marca siempre vanguardista en la introducción de iniciativas que reduzcan el impacto ambiental en este sentido. Hay mucho, muchísimo que hacer en cuanto a sostenibilidad y creemos profundamente en ello.
Auara es la primera marca de agua en Europa que fabrica sus botellas con un 100% de plástico reciclado
Auara no dona los beneficios a ninguna ONG sino que gestiona, directamente, los proyectos que pone en marcha. Actualmente, según aparece en vuestra web, tenéis los ojos puestos en dos proyectos en Camboya y Benín.
Sí, tratamos de aportar todo lo que podemos en cada proyecto. Nuestro proceso consiste en seleccionar socios locales de confianza (experiencia demostrable, transparencia, compromiso de permanencia y seguimiento…) y trabajar proyecto a proyecto con ellos para sacarle el máximo partido a cada euro invertido. No se trata de donar los beneficios a una organización de forma genérica. Nos cuesta mucho ganar cada euro vendiendo agua, así que nos preocupamos en invertirlo de la forma más eficiente posible. Además, disfrutamos mucho de los proyectos y sus procesos. Es el motivo por el que comenzamos con esta empresa social, y creo que es fundamental que la venta de agua y los proyectos estén muy conectados. Así sabemos por qué hacemos las cosas. Por qué trabajamos duro cada día.
Háblanos de los objetivos a medio y largo plazo de Auara
Los objetivos que nos hemos marcado para 2020 son:
- Asegurar el acceso a agua potable a 50.000 personas.
- Evitar el empleo de 10 millones de litros de petróleo en Plástico (PET).
- Invertir 2,5 millones de € en proyectos sociales.
- Reutilizar el plástico de 90 millones de botellas.
- Concienciar sobre la #crisisdelagua.
Y hay un objetivo que sustenta a todos estos. Demostrar que una empresa social como Auara puede ser competitiva en un mercado tan difícil como el del agua mineral, y convertirla en una marca de uso y consumo cotidiano, en una alternativa para el día a día. No se trata de ponerla de moda y conseguir algo muy fugaz, sino de tener un impacto grande en el largo plazo.