Para muchos, el nombre de Mohsen Fakhrizadeh era totalmente desconocido, solo en los círculos íntimos del presidente de Irán era conocido, ya que era el científico encargado de llevar a cabo el programa nuclear.
Desde las últimas semanas, su nombre se ha convertido en sinónimo de conflicto ya que fue atacado por elementos desconocidos que le causaron la muerte y, a raíz de ello, Irán ha responsabilizado a organismos de seguridad occidentales, como los asesinos del científico nuclear.
Asesinato de Mohsen Fakhrizadeh
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¿Qué ocurrió realmente?
El viernes 27 de noviembre, en un hecho considerado como confuso, el científico nuclear iraní Fakhrizadeh fue asesinado. Esto sucedió cuando se encontraba camino a una reunión en las afueras de Teherán.
Este científico ocupaba el cargo de jefe del Centro de Investigación de Nuevas Tecnologías y, según fuentes de inteligencia estadounidenses, era considerado la máxima autoridad en cuanto al programa nuclear de Irán.
Estas mismas fuentes indican que fue este científico quien motivó a su país a incumplir acuerdos previamente establecidos entre la Agencia Internacional de Energía Atómica e Irán. Dicho de otra forma, era la cabeza pensante detrás del posible desarrollo y producción de armas atómicas.
En todo caso, su muerte vino a representar un duro golpe a las intenciones del régimen de Hasán Rohaní de liderar la carrera nuclear en el mundo.
Aunque en el intercambio de disparos, 3 de los atacantes del científico fueron abatidos por sus guardaespaldas, la guardia republicana de Irán ha señalado a Israel como el responsable de la planificación y ejecución de este atentado.
Lo delicado en este caso es la forma como se llevó a cabo la operación que produjo la muerte de Mohsen Fakhrizadeh, ya que fallaron las medidas de seguridad que el régimen de Irán habría utilizado para protegerlo.
Por su parte, voceros del Ministerio de la Defensa de la República Islámica de Irán, calificaron la muerte del científico nuclear como un acto terrorista por parte de fuerzas oscuras enemigas. Así mismo, prometieron una acción contundente para, de alguna forma, no dejar sin justicia la muerte del tan respetado hombre de la ciencia.
Acusaciones de Israel contra Mohsen Fakhrizadeh
Para el Mosad, agencia de inteligencia israelí, el general de brigada Mohsen Fakhrizadeh no era tan solo miembro del cuerpo de la guardia revolucionaria islámica, también era el encargado de llevar a cabo un plan conocido como Esperanza.
Dicho plan, tiene como finalidad desarrollar bombas atómicas haciendo creer al mundo que el programa nuclear de Irán es de carácter pacífico, cuando en realidad lo que se pretende es construir gran cantidad de estas bombas.
Durante una investigación realizada por el Mosad, se logró comprobar que el científico asesinado era jefe de un área llamada proyectos especiales y que, desde el año 2018, era la máxima autoridad nuclear de Irán.
Es por ello que el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó que Mohsen Fakhrizadeh estaba realizando actos que ponían en riesgo la seguridad no solo de Israel, sino también de todas las naciones del mundo.
Aunque no existen pruebas fehacientes que determinen que desde Israel se programó y ejecutó el atentado en contra del científico nuclear, Irán los responsabiliza.
Esto porque en las últimas semanas Israel habría expresado preocupación puesto que se había comenzado a inyectar gas hexafluoruro de uranio en las centrifugadoras iraníes, lo que representa un paso importante para la construcción de bombas atómicas.
Según el Ministerio de Defensa de Irán, esta acusación por parte de Israel es un invento con el fin de justificar el ataque y asesinato del eminente hombre de la ciencia.
Por su parte, Israel no ha emitido ningún tipo de respuesta oficial al respecto y los Estados Unidos han manifestado que sus organismos de seguridad están tratando de determinar qué fue lo que realmente sucedió ya que los hechos son turbios y las pistas no señalan a ningún responsable.
Respuesta de Irán
El Ayatola Ali Jamenei expresó públicamente su indignación con respecto al asesinato del científico nuclear y exigió un castigo definitivo para todos aquellos que sean encontrados culpables.
De igual forma hizo una temeraria acusación en la que expresó que los servicios de inteligencia de Irán se encuentran minados de agentes infiltrados por parte de servicios de espionaje extranjeros.
Por esta razón, deben ser entrenados nuevos equipos para depurar dichos organismos. De esta forma, podrá hacerse frente al ataque israelí y se evitará que dentro del organismo puedan volver a ocurrir traiciones.
Es innegable que este asesinato pone en entredicho la fortaleza del régimen ante el mundo, ya que no hay lógica que explique, cómo un país que se ufana permanentemente de poseer uno de los mejores organismos de inteligencia del mundo, permite que el líder del programa nuclear sea asesinado por 4 extranjeros a plena luz del día.
Aunque voceros oficiales de la República Islámica de Irán no han hecho ningún pronunciamiento al respecto, el Ministro de la Defensa sí expresó que su país no buscaría una venganza, y que se centraría en seguir desarrollando la energía nuclear con fines pacíficos, porque de esta forma se le estaría rindiendo un homenaje a Mohsen Fakhrizadeh.
Expectativa en el mundo
Para los organismos de seguridad israelíes, sauditas y estadounidenses, a pesar de las palabras conciliadoras del Ministro de la Defensa de Irán, es innegable que esa nación piensa responder con violencia por la muerte del científico nuclear.
En este sentido, las embajadas de estas naciones en el mundo se han puesto en alerta para tratar de prevenir cualquier tipo de ataque.
Irán necesariamente debe dar una respuesta contundente, puesto que en caso de no hacerlo, perdería respeto entre sus principales aliados lo que debilitaría su posición en el medio oriente.
En tanto, esto será una prueba de fuego para el gobierno de Joe Biden ya que si, tal como se estima, los iraníes realizaran un acto terrorista a gran escala, los Estados Unidos podrían verse seriamente afectados así como sus socios más cercanos.
Esto obligaría a Biden a dejar a un lado su papel conciliador y actuar de forma categórica en contra de Irán, lo que le garantizaría un conflicto bélico de proporciones incalculables.