Opera prima del escritor Sergio Flores, una novela que arranca en el año 2000 con las primeras grandes pandemias y finaliza en enero de 2021 con el Covid19.
Aborda la complicada situación científica y humana que vivimos, desde la realidad de uno de esos científicos que busca soluciones y también conocer la realidad de lo que sucede. Alguien a quien le cuesta creer la información oficial, siempre confusa, contradictoria y que fue de los primeros en avisar hace 20 años de que todo lo que hoy está pasando ocurriría. Estamos pagando solo los efectos, perfectamente previsibles, de la globalización, la contaminación y la extracción indiscriminada de recursos naturales.
La novela en cuestión es hija del confinamiento y la desesperación, es el recurso utilizado para poder llevar con dignidad los interminables tiempos muertos a los que nos ha condenado esta pandemia.
El autor es uno más de esos miles de autónomos dedicado al sector turístico que tuvo que ver con desgarro como el trabajo y las inversiones de años de esfuerzo, acababan en el cubo de la basura, ante el abandono de las instituciones. Ilusiones y esperanzas de que todo acabara pronto y que el Sarcov2 terminaría siendo un mal sueño fueron dando paso al peso de la contundente realidad, quedo mucho por llorar.
Pero en lugar de resignarse y llorar lo sucedido a sus 58 años decidió dar un giro a tanta negatividad y darle un sentido positivo, cumpliendo el gran sueño de su vida, escribir una novela.
Un sueño tantas veces empezado y nunca terminado por las ocupaciones del día a día, ahora ya no había excusa y después de 8 meses de intenso trabajo en documentación y redacción, ha podido culminar la obra.
Sinopsis
En aquel ya lejano 2002, frente a los que quisieron enterrar el SARS como una epidemia más de las que se sucedían de forma natural, aparecieron los primeros gritos disidentes que alertaron de un cambio de ciclo en la frecuencia y gravedad con la que virus desconocidos azotaría a la humanidad. Organismos como la Organización Mundial de la Salud o la Organización de Naciones Unidas, se hicieron eco de estas investigaciones y lanzaron la voz de alarma, perdiéndose su grito en el vacío.
El protagonista, Alex Monbru, fue uno de aquellos científicos valientes que no se dejaron intimidar y alzaron su voz advirtiendo del preocupante futuro que se vislumbraba. Algunos colegas suyos fueron silenciaos, otros desacreditados y otros desaparecieron sin más o murieron causa de extraños accidentes. Había una línea roja que estaba prohibido cruzar, ellos no tuvieron miedo y siguieron buscando la verdad.
Alex transita esta historia al desnudo, mostrando junto a sus sobresalientes capacidades científicas su profunda humanidad y la intensidad de sus emociones. Una vida intensa, cargada de vivencias que a su paso retrata las diferentes formas de amar, desde el sentimiento más tierno al más apasionado y brutal. Nadie aquí esconde el deseo de sexo más animal al que no le cuesta mentir y prefiere llamarlo de amor.
Todos eran conocedores del apocalipsis que llegaba y del costo que supondría en vidas, pero nadie hizo nada para intentar evitarlo. Prefirieron seguir ausentes, ignorando los gritos de auxilio que llegaban desde todos los estamentos sanitarios y científicos. No son extrañas y oscuras conspiraciones, son solo la consecuencia lógica, la cruda realidad de un mundo que prefiere invertir en armas para matar que en ciencia para sanar.
La madre Tierra herida y desesperada, exigía un tributo de sangre por tanto daño y desprecio recibido. Valiéndose del más pequeño e insignificante de sus habitantes preparaba su terrible venganza. Mientras que el Homo Sapiens continúa suicidándose como especie y camina con paso firme y decidido hasta el final de sus días, destrozando ecosistemas, contaminando el aire, vertiendo veneno en ríos o enterrando en plásticos el mar. Un mundo roto por la desigualdad que para aplacar la codicia de unos cuantos necesita el hambre, la desesperación o la muerte de los demás.
Quise hacer un libro capaz de hacer sentir y pensar pero también reír y llorar, que fuese capaz de transmitir amor y compasión, sin dejar de creer que otro mundo mejor es posible y está en nuestras manos conseguirlo. Capaz de trasladar al lector a través de personajes de cristal que naufragan a diario intentando andar sobre el mar.
BIOGRAFIA
Un corazón roto que transita la vida tan preocupado por todo y por todos que a veces se olvida de vivir. Alguien tan torpe que soplo sabe dar amor. Un padre sin hijos que cada noche noche entra en sus cuartos para contarles un cuento, darles un beso de buenas noches y arroparlos. Un hijo sin padre (Ramón), pero con madre. Un amante cansado de sentir el frio por las noches de dormir solo
Mi madre (Pepa) me pario en casa, a los pies de su cama, en un precioso lugar llamado Ronda y desde que salí de sus entrañas siempre he sentido frio.
Desde que tengo uso de razón imagino cuadros y libros. Eso no me hace ni mejor ni peor que tu, si acaso diferente.
