“Una de las mentes más brillantes, con extraordinarias credenciales y una lealtad inquebrantable a la constitución”. Así describió Donald Trump a la jueza conservadora Amy Coney Barrett, cuando confirmo su designación para el Tribunal Supremo.
El anuncio del presidente ha sido recibido con beneplácito por parte de gran cantidad de personas, quienes consideran que es la persona indicada para cubrir la vacante de la fallecida juez Ruth Bader.
Importancia de esta designación para el futuro de los Estados Unidos
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Amy Coney Barrett
Para muchos estadounidenses Amy Coney es todo lo contrario a la juez Ginsburg, ya que se trata de una ferviente católica conservadora que a sus 48 años de edad ha demostrado ser una mujer de firmes convicciones y propósitos en temas álgidos para la opinión pública.
Es madre de 7 hijos y entre ellos se encuentran dos adoptados, uno de nacionalidad haitiana y otro con síndrome de Down. Amy, que hasta la fecha ocupaba el cargo de juez federal en la corte de apelaciones, es considerada por muchos una de las jueces más ecuánime.
Sin embargo, organizaciones de derechos civiles como LGBTI, estiman que la juez Barrett no debería llegar al Tribunal Supremo ya que no garantiza el equilibrio de los derechos de las minorías.
Posición de Amy Coney en cuanto al aborto, tenencia de armas y derecho de los migrantes
Por ser una católica practicante, Amy es totalmente contraria al aborto y muchos piensan que si llega a ser ratificada por el senado, desde su escaño impulsará reformas sustanciales en este punto.
Aunque ella expresó recientemente que es respetuosa del legado de la fallecida juez, se piensa que en temas cruciales como los derechos de los inmigrantes, la pena de muerte y la tenencia de armas, serán la bandera que llevará a cabo durante su permanencia en el Tribunal Supremo.
Por otra parte, Amy Coney se ha declarado una ferviente defensora del derecho a portar armas. Es por ello que se cree, que pueda haber cambios sustanciales que respalden a todos aquellos que desean poseer y portar armas de fuego, en los Estados Unidos.
En cuanto a los derechos de los migrantes, se cree que su corriente de pensamiento es similar a la del presidente Donald Trump. Es por ello que definitivamente, se inclinará la balanza a favor del mandatario si este decide apelar al Tribunal Supremo para lograr impulsar y establecer leyes que permitan regular la presencia de inmigrantes en el país.
Como se recordará, los jueces tienen carácter vitalicio en el Tribunal Supremo estadounidense y tienen el poder de cambiar leyes que pueden influir en el desarrollo de la nación.
Impacto político de la decisión de Donald Trump
De confirmar el senado estadounidense la postulación como magistrada del Tribunal Supremo de la jueza Barrett, el presidente Donald Trump habrá logrado un éxito inigualable y es mantener en el supremo 6 jueces conservadores y 3 progresistas.
Esto junto con la mayoría de republicanos en el senado, le garantiza al presidente Trump en caso de ser relegido, un poder absoluto como muy pocas veces se ha visto en la historia de los Estados Unidos.
Por su parte, si Joe Biden se convierte en el nuevo mandatario, tendrá una situación bastante difícil para gobernar. Esto se debe a que sus ideas consideradas por muchos estadounidenses progresistas o modernas, libertarias y socialistas, encontrarán una férrea oposición en el supremo. Así mismo, el senado se transformará quizás en uno de sus principales enemigos.
Esto demuestra que la decisión de postular a la jueza Barrett, ha sido sin lugar a dudas una de las acciones políticas más inteligentes del presidente Trump durante su mandato.
Garantía del voto católico
Por ser Amy una católica practicante, muchas personas se identifican con ella. Se cree que al llegar a ser parte del equipo de trabajo del presidente Trump, garantiza una mayor cantidad de votos de católicos a su favor.
Aunque muchos estiman que es precisamente en este sector religioso donde el primer mandatario tiene mayor debilidad, la sola presencia de Barrett y su lucha encarnizada en contra del aborto, generan nuevas simpatías que pueden ser determinantes el día de las elecciones presidenciales.
Es casi un hecho, que el senado ratifique a Amy Coney como nueva magistrada y seguramente desde el momento que asuma su escaño, comenzará una cruzada con el fin de impulsar cambios y mejoras en leyes que tradicionalmente son consideradas por los católicos como un tabú.
Posición de Joe Biden ante postulación de la jueza Amy Coney
Biden y la jueza manejan diferentes enfoques no solo en el ámbito político, sino también en lo que respecta al ámbito social e incluso religioso.
El candidato demócrata recientemente solicitó al senado que no debería realizarse ningún tipo de ratificación sino hasta después de las elecciones ya que considera que es importante dejar que el pueblo se exprese el próximo 3 de noviembre.
Joe Biden sabe que la juez Amy Barrett es un hueso duro de roer y su presencia en el supremo, le garantizará una enemiga acérrima en caso de ganar las elecciones presidenciales.
El Tribunal Supremo de los Estados Unidos, tenía mayoría conservadora desde 1972 y con la llegada de Barrett la corte quedaría con dicha mayoría. Es decir, que definitivamente las leyes que pudieran promulgarse durante los próximos años, tendrían esta visión por lo que en este sentido, Biden sabe que el efecto generacional podría ir mucho más allá de su mandato.
De igual manera el candidato demócrata piensa que en caso de resultar ganador, su relevo estaría en manos de su compañera en fórmula, Kamala Harris, que tiene ideas mucho más modernas y también podría enfrentarse a la futura magistrada.
Dicho de otro modo, Donald Trump con esta designación está garantizando aligerar su camino en un posible segundo mandato y pensando a su vez en entorpecer la gestión de Biden como posible presidente.
Por su parte, la mayoría del senado republicana ha expresado que el 12 de octubre comenzarán las audiencias para evaluar la candidatura de la jueza Amy y tendrán tan solo 30 días para confirmarla como nueva magistrada.
Esto sin duda, sería otro logro del presidente Trump ya que hasta la fecha nunca en la historia de los Estados Unidos, un juez ha sido ratificado para el Tribunal Supremo tan cerca de las elecciones presidenciales.