A los 87 años de edad y debido a un cáncer de páncreas, falleció uno de los jueces más icónicos del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Se trata de la magistrada Ruth Bader, que desempeñó dicho cargo desde que en 1993 el expresidente Bill Clinton la postulara, es decir, durante 27 años.
Entre tanto, la vacante que deja, le da una oportunidad soñada a Donald Trump debido a que podría nombrar como sustituta a una persona que pudiese inclinar la balanza de la justicia a su favor.
Importancia del fallecimiento de la magistrada
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Vida de Ruth Bader Ginsburg
Ruth se convirtió en un icono para personas de todas las razas y edades. Para muchos es considerada la mayor representación del sector progresista de los Estados Unidos. Según la historia del país, fue la segunda mujer designada como juez en el Tribunal Supremo.
Así mismo, gracias al voto de Ruth, se lograron importantes avances en temas de carácter social como el matrimonio igualitario y el derecho al aborto, por solo mencionar algunos.
Esta jueza nacida en el año 1933 e hija de un inmigrante judío/ruso, tomó como bandera de lucha los derechos de los ilegales o inmigrantes. Siempre se caracterizó por defender a las minorías y aunque pasó por las universidades de Harvard y Columbia donde fue, primero estudiante y después docente, su verdadera vocación era la lucha por los derechos civiles.
Su nombramiento a los 60 años como magistrada del Tribunal Supremo despertó mucha suspicacia ya que se creía, que por su estrecha relación con colegas conservadores, terminaría apoyando la discriminación de género.
Durante estos 27 años Ruth demostró a todos que estaban equivocados, ya que no solo permitió grandes avances en la lucha contra las discriminaciones de género y raza, sino que también trató de establecer un marco jurídico que permitiese a los inmigrantes tener mejores oportunidades dentro de los Estados Unidos.
Incidencia política de la muerte de Ruth Bader
La lamentable muerte de la magistrada, prepara el escenario para una lucha a sangre y fuego entre Republicanos y Demócratas. Para algunos expertos en derecho constitucional, esto podría generar una ventaja del presidente Trump sobre Biden en las próximas elecciones, si logra escoger a un nuevo magistrado del Tribunal Supremo que de alguna manera respalde sus políticas.
Esto se debe a que cuando se produce una vacante en el máximo tribunal, el presidente del país tiene la autoridad para proponer un juez, sin embargo, este debe ser aprobado por el senado y en este caso, los Republicanos tienen mayoría de senadores.
Los magistrados ocupan sus cargos de manera vitalicia y, el fallecimiento de la jueza Ruth, deja un espacio para que pueda incorporarse un jurista que sea conservador y que pueda inclinar la balanza a favor de esta tendencia.
El Tribunal Supremo está constituido por 9 jueces y con la presencia de Ruth, eran 4 de la corriente progresista y 5 de tendencia conservadora. Es decir, para tomar decisiones relacionadas con asuntos importantes, tales como, el derecho a la salud, el derecho al aborto o los derechos de los inmigrantes, era posible que la balanza se inclinara a favor de una tendencia u otra.
Sin embargo, el voto de Ruth era decisivo en casos calificados como complejos. Esto se debía al poder de persuasión que tenía la fallecida jueza sobre los otros miembros del Tribunal Supremo.
Posición de Donald Trump
Durante el mandato del presidente Trump, se realizaron dos importantes nombramientos en el Tribunal Supremo que permitieron a los Republicanos consolidar aún más el poder en la máxima instancia judicial.
Los jueces Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh son quizás el mayor logro jurídico de Donald Trump durante su presidencia. Sin embargo, la muerte de la jueza a tan solo dos meses de las elecciones, le permite al presidente aumentar la cantidad de magistrados conservadores.
Incluso, muchos votantes se sentirían identificados con el juez que propusiese el primer mandatario y esto le haría acortar la ventaja que tiene Biden sobre él.
Se estima que en los próximos días el primer mandatarios de los Estados Unidos, tome decisiones importantes con respecto a quien debe suceder a la jueza fallecida y seguramente lo que más pesará a la hora de tomar la decisión, definitivamente, será la lealtad que el nuevo magistrado pueda tener hacia él.
El presidente Trump tomará indudablemente la ventaja de contar con 53 senadores Republicanos, contra 47 demócratas. Es por ello, que indudablemente hará valer su posición conservadora y permitirá que al Tribunal Supremo llegue un juez que tenga pensamientos políticos e incluso sociales, similares a los que el maneja.
Decisión política trascendental
Para muchos analistas políticos, el proceso de reemplazo de la jueza Ruth, constituye si se quiere una de las pruebas más difíciles por las que tiene que pasar el Partido Republicano.
Esto se debe, a que aunque muchos difieren de las decisiones de Trump, se cree que los senadores deberán ser leales con el partido y apoyarán cualquier postulación que él haga.
Lo que no se sabe hasta la fecha, es si el sustituto de Ruth Bader será escogido antes del 3 de noviembre o después de esta fecha. Se estima que todo dependerá del capital político que esta acción pueda generar.
Esto se debe, a que si el presidente Trump pierde las elecciones, de igual manera tendría el tiempo suficiente para proponer un magistrado del ala conservadora sabiendo que este sería ratificado por la mayoría de los Republicanos.
El primer mandatario estadounidense ha manifestado durante su campaña presidencial que protegerá el derecho a portar armas, así como la prohibición del aborto y esto tan solo podrá lograrlo si cuenta con el respaldo de magistrados que sean adeptos a sus ideas.
En todo caso, los Estados Unidos en pleno recuerda la difícil relación entre el presidente Trump y la magistrada fallecida. Incluso que ella calificó a Trump de farsante, comentario que utilizó el presidente para pedirle a la juez su renuncia.
Por supuesto, esto no sucedió, pero quedó como un reto personal para el primer mandatario el ampliar la mayoría conservadora en el tribunal más importante del país.
Así mismo, según declaraciones de Clara Spera, nieta de la jueza. Ruth expresó pocos días antes de morir, que deseaba vivir para ver al nuevo presidente asumir el poder, esto deja claramente en evidencia la aversión política que sentía en contra del presidente Trump.