El interiorismo comercial desempeña un papel crucial en la decisión de compra de los consumidores, ya que influye directamente en sus emociones, comportamientos y percepciones del producto o servicio ofrecido.
A través de elementos como la psicología del color, las tendencias estéticas y la ordenación del espacio, disciplinas que se incluyen en el marketing comercial, se busca crear entornos que fomenten la permanencia, la comodidad y, en última instancia, la compra.
Psicología del color
“El color es una de las herramientas más potentes en el diseño de espacios comerciales” explican desde Marketing Jazz.
Los colores evocan emociones específicas y pueden modificar el estado de ánimo de los clientes de manera casi inconsciente.
El rojo estimula la urgencia y puede aumentar el apetito, por lo que es común en cadenas de comida rápida. El azul transmite confianza y seguridad, siendo habitual en tiendas tecnológicas o bancos. El verde se asocia con lo natural, la salud y el equilibrio, siendo ideal para tiendas ecológicas o de productos orgánicos. El amarillo llama la atención, transmite optimismo y se emplea para destacar promociones o zonas específicas del local.
La elección del color debe estar alineada con el mensaje de la marca y el perfil del cliente objetivo.
Tendencias en interiorismo comercial
Las tendencias actuales en interiorismo comercial apuestan por la sostenibilidad, la personalización y la experiencia inmersiva.
Cada vez es más frecuente el uso de materiales reciclados, iluminación LED y mobiliario multifuncional, lo que transmite un compromiso con el medio ambiente y mejora la percepción de la marca.
Además, los espacios buscan contar historias, conectar emocionalmente con el consumidor y ofrecer experiencias memorables. Las tiendas ya no solo venden productos, sino sensaciones: desde aromas personalizados hasta música cuidadosamente seleccionada.
También se observan espacios híbridos que mezclan venta con cafetería, galería de arte o área de descanso, generando una estancia más prolongada y relajada que favorece la compra por impulso.
Ordenación del espacio y distribución
La disposición del espacio comercial es otro factor clave que influye directamente en el comportamiento del consumidor. Un local bien organizado guía al cliente a través de un recorrido lógico y fluido, destacando los productos clave e incentivando el descubrimiento.
La técnica del «layout» o planificación del espacio tiene como objetivo optimizar el tráfico de personas, aumentar la exposición a productos y facilitar la compra. La colocación de productos a la altura de los ojos, la creación de zonas calientes (de mayor afluencia) y frías (menos transitadas), o el uso de señalización visual clara, son estrategias que contribuyen a mejorar la experiencia de compra.