Con toda la ilusión y la fuerza se celebró la inauguración de este festival que suma miradas y afectos. La sala Plató de Cineteca fue el ámbito ideal para esta presentación oficial e informal de este festival que construye fortalezas donde algunos necios podrían ver debilidades… que comienza, un año más, sin confirmación de ni una sola fuente de financiación…
Este año se exhiben 38 películas de 19 países, 5 continentes abordando temas como infancia, relaciones intergeneracionales, migraciones, refugiados, violencia, integración, gastronomía, interculturalidad, etc. seleccionadas entre 314 películas de 57 países. Y los directores continúan llegando para participar cada día de actividades: presentaciones, reuniones de directores, coloquios, talleres para centros de estudio.
El actor y penalista Manuel Gonzalo comenzó la presentación con un homenaje a Daniel Viglieti, artista y luchador cultural que nació en Uruguay pero cuya voz se proyectó por toda América Latina y que falleció hace sólo unos días.
El festival es uno de los pocos que ha logrado sobrevivir a la crisis económica porque su objetivo no es otro que sensibilizar y propone una estructura novedosa y comprometida donde participan personas de diferentes países en cada instancia, promoviendo especialmente la participación de la mujer. Sea en la selección, calificación de inscripciones, o en los jurados y una competición, cuyo premio monetario cada año depende de la confirmación de inestables financiadores…
Es importante destacar que hoy, cuando se han vivido una y otra vez situaciones violentas, cuando las generalizaciones están servidas y disentir parece punible, se piense lo que se piense; este festival sirve de herramienta de reflexión y punto de encuentro.
Y así llegan a esta décimo tercera edición, para ver buen cine que de otra manera no llega a España, convocando la mayor cantidad de miradas posible sobre temas como las migraciones, refugiados pero también, acercándose al diálogo intergeneracional, violencia de género, juventud, encuentros intergeneracionales o hechos que afectan a la memoria colectiva.
“Hace 2 días atacaron a una compañera de la organización, en un barrio del centro de Madrid, cuando venía de imprimir el guión de la inauguración del festival. No queremos que pasen estas cosas. Las grandes ciudades deben desarrollar herramientas para que nadie, nadie; sea extranjero o nacional, tenga necesidad de robar, que los vecinos reaccionen solidariamente, sin selfies previos y sin miedo, que en el centro de salud te atiendan con inmediatez luego de la agresión, en vez de obligarte a hacer fila. Porque antes de llegar a la policía hay una serie de procesos que se deben cumplir y derechos que se deben garantizar” afirma la Coordinadora del Festival, Amparo Gea. “Seguro alguno dirá que no es bueno generalizar a partir de un caso particular, así que me remito a las estadísticas. Mientras los cambios no traigan transparencia, seguirá sucediendo. Mientras los políticos de turno, cada vez más envejecidos, o las nuevas generaciones, nos den portazos o menosprecien una y otra vez a quienes trabajamos cada día sin buscar crédito político, mientras sólo reciban amiguetes, seguirá sucediendo”.
El festival, que comenzó en pleno puente de la Almudena (porque son las fechas que se le han otorgado por parte de la sala) y con otro festival en la sala contigua; en las mismas fechas del Festival de cine de Huelva, coincidiendo con el festival de Cine Europeo de Sevilla, está teniendo éxito de público.
El XIII Festival Cinematográfico Internacional el Ojo cojo continuará hasta el 19 de noviembre en Madrid con proyecciones en Cineteca Matadero (entrada GRATUITA) y Casa de América (4€).