No deja de resultar curioso que lo que unos califican de vida ideal, represente para muchos otros todo lo contrario. Y es que, en la actualidad el concepto de aventurero puede variar mucho dependiendo de quien lo defina. Mientras que los más cosmopolitas definen aventurero como aquella persona que desarrolla algún tipo de actividad física en un entorno natural, para los que habitan en este tipo de entornos, es decir, los entornos rurales, los aventureros son aquellos que habitan en las grandes urbes y que día tras día soportan atascos, contaminación y constantes esperas para lograr aquello que necesitan. Ambas posibilidades son igual de dignas y ambas tienen pros y contras. Sin embargo, cada vez con más frecuencia se escucha hablar de la España vaciada, de todos esos entornos rurales que se han ido quedando vacíos con el paso de los años. “Los entornos rurales tienen mucho más que ofrecer de lo que la mayoría se imaginan. El problema es que en la actualidad disponemos de muchas más cosas materiales de las que realmente son necesarias para vivir, algo que hace que muchos vean estos entornos como lugares de grandes carencias, sin pararse a pensar en lo mucho que pueden ofrecer y aportar a nuestra salud” comentan desde La Vallicuerra, la mejor opción para disfrutar de un entorno inigualable de la forma más tradicional.
Y es que, con frecuencia, muchos de esos cosmopolitas deciden hacer una escapada a un entorno con el que poco o nada tienen que ver, en busca de esa aventura que les haga desconectar de su rutina diaria, y en muchos casos también, buscando enseñar a los más pequeños cosas que jamás se hubieran podido imaginar si no fuera porque las han podido comprobar con todos sus sentidos. La ausencia de tráfico rodado hace que el oído se agudice y descubra los sonidos de la naturaleza, el ulular del viento, el discurrir de las aguas, el canto de los pájaros. El olfato descubre olores para él desconocidos y que decir del tacto, nada más agradable que la sensación de frescura experimentada al cobijarse bajo la sombra de un árbol centenario o del abrazo que cualquier campo proporcionará al tumbarse sobre él. Sin duda, todo un descubrimiento para aquellos que jamás antes lo habían experimentado.
En España existe una amplia variedad de entornos y lugares de elevado valor ecológico, pero no se puede negar que “si lo que se busca son frondosos bosques de verdes árboles, entonces habrá que dirigirse al norte del país, y que mejor lugar que Asturias, en el que los Picos de Europa constituyen un entorno singular de elevado valor ecológico, proporcionando a todos sus visitantes una infinidad de opciones que van desde el senderismo hasta las rutas en bicicleta, pasando por la visita a diversos museos como puede ser el caso del Museo de la minería en Mieres” comentan desde La Vallicuerra.
Y es que, en pleno siglo XXI, si algo abunda son los aventureros.