Pocos son los que, hoy en día, no saben que el amianto no solo es perjudicial sino que hay que optar por retirarlo. Más allá de las campañas de las administraciones públicas, son muchos los particulares que, en un momento dado y por la particularidad del material, construyeron alguna parte de sus viviendas con ello.
Sin embargo, en España aún queda mucho por retirar. Para comprender la verdadera urgencia de hacerlo, es necesario comprender por qué es tan perjudicial.
El amianto, también conocido como asbesto por los profesionales, está formado por una serie de minerales fibrosos que se eligieron en la construcción y la industria debido a sus propiedades resistentes al calor y al fuego hace décadas.
Sin embargo, a lo largo de los años, se ha descubierto que la exposición a este material presenta graves riesgos para la salud y, de ahí, que sea necesario planificar con profesionales la retirada de amianto.
¿Cuáles son las dolencias asociadas a la exposición a este material?
Para empezar, no se puede hablar de este material sin dejar claro que los grandes perjudicados son los pulmones.
Una de las principales dolencias registradas por la exposición continuada es la asbestosis, una enfermedad pulmonar crónica provocada por la inhalación de las fibras de este material.
Pero no es la única. Mesotelioma, cáncer de pulmón, garganta o esófago son solo algunos de los nombres de enfermedades que están íntimamente relacionadas en sus afectados por su proximidad con construcciones de amianto.
“Aunque ya se han hecho campañas, no hay que dejar de hacerlas. El amianto es perjudicial para la salud. Está comprobado y cada año sigue cobrándose víctimas. Es vital seguir insistiendo en que no hay que esperar más para quitarlo” explican desde DMM Demoliciones, empresa especializada en la retirada de amianto en Madrid.
¿Cuáles son los pasos para su retirada?
En primer lugar, es importante que los especialistas realicen una evaluación que identifique las áreas y gestione adecuadamente su planificación. En ningún caso debe hacerse sin que sean empresas certificadas para tal efecto para poder cumplir con las regulaciones y normativas tanto de la retirada como de la posterior destrucción por parte de las empresas encargadas.