Diciembre es una época llena de magia y un buen momento para una corta escapada por Europa cuando tienes un presupuesto ajustado o no quieres ir demasiado lejos.
Sin embargo, hay destinos muy económicos para los estándares europeos que suelen estar fuera del radar de los viajeros. Muchos de estos lugares son Patrimonio de la Humanidad y cuentan con precios relativamente bajos en cuanto a alojamiento, atractivos turísticos, transporte, restaurantes y bebidas.
Freetour, plataforma online líder de reserva de tours gratuitos y visitas guiadas por todo el mundo, propone una lista de algunas de las ciudades más baratas de Europa para disfrutar de tus próximas vacaciones:
Vilna, Lituania
Esta ciudad de 500.000 habitantes es conocida como la joya barroca del Báltico. Aunque es la capital del país, es muy compacta y tiene el encanto de un pueblo, ya que se puede llegar fácilmente caminando a casi todos los lugares de interés.
A través de la Puerta de la Aurora se llega a un pintoresco casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad, que consta de cientos de callejuelas estrechas, una impresionante mezcla de edificios góticos, renacentistas, barrocos y clásicos. Su diseño medieval y su entorno natural le otorgan una atmósfera marcadamente rural.
Una de las calles más concurridas es Pilies Gatve, lugar que acoge la mayor parte de los eventos festivos de la ciudad y donde se pueden probar platos típicos baratos cuya base principal es la patata, como cepelinai (patatas rellenas) y kugelis (lasaña). Un menú en restaurantes locales cuesta entre 4 y 6 euros.
Algunas visitas imprescindibles son la Plaza del Ayuntamiento, la iglesia de Santa Ana y la Iglesia Ortodoxa del Espíritu Santo. Para disfrutar de excelentes vistas, no hay mejor lugar que el Castillo de Gediminas, construido sobre la cima de una pequeña colina en la parte antigua de la ciudad.
Además, Vilna alberga la antigua sede de la KGB (la policía secreta de la URSS), convertida en un fascinante museo dedicado a las víctimas del genocidio y las detenciones que tuvieron lugar durante la ocupación de Lituania por la Unión Soviética.
Precio medio de una habitación de hotel (2 personas): 38€.
Riga, Letonia
Esta ciudad cosmopolita de calles empedradas es la más grande de los Países Bálticos y la que concentra el mayor número de edificios modernistas del mundo. El flamante art nouveau, la arquitectura gótica y las construcciones de madera dominan su paisaje urbano, motivo por el que el centro histórico de Riga está declarado como Patrimonio de la Humanidad. Además, fue Capital Europea de la Cultura en 2014.
Al estar fuera del circuito del turismo de masas, es una ciudad tranquila y acogedora, con un casco antiguo perfecto para perderse en un fin de semana. Entre los sitios de interés se encuentran la Plaza Rätslaukumssta o plaza del Ayuntamiento, con atractivos edificios como la Casa de los Cabezas Negras y los Tres Hermanos.
Otras visitas imprescindibles son el mercado central, el Monumento a la Libertad y el Parque Bastejkalns. Para obtener las mejores vistas de la ciudad, se puede acceder al mirador de la torre de la televisión letona o al campanario de la iglesia de San Pedro.
La capital letona se vuelve aún más vibrante en Navidad, especialmente en los mercadillos de la plaza Līvu y Doma laukums, envueltos por el aroma del pan de jengibre y el vino caliente. Además, con menos de 10 euros se puede disfrutar de una buena comida, mientras que el transporte público para llegar del aeropuerto a la ciudad cuesta sólo 2 euros.
Precio medio de una habitación de hotel (2 personas): 35€
Kiev, Ucrania
Con más de 3,5 millones de habitantes, es la séptima ciudad más grande de Europa y una de las más antiguas del continente. Conocida como la ciudad de las cúpulas doradas, tiene impresionantes catedrales, monumentos históricos, iglesias ortodoxas y edificios antiguos de tonos pastel.
Kiev está repleta de rincones interesantes como el Monasterio de las Cuevas (o Pecherska Lavra), un enorme complejo religioso con catacumbas declarado Patrimonio de la Humanidad, y la estatua de la Madre Patria, que alberga bajo sus pies uno de los museos más completos sobre la Segunda Guerra Mundial. Muy cerca de él se encuentra la estación de metro más profunda del mundo, Arsenalna.
Algunas de las cosas imprescindibles que hacer: sumergirse en Khreshchatyk, la calle principal de la ciudad, disfrutar del ambiente alrededor de la céntrica plaza de la Independencia (Maidán) y montarse en el funicular que lleva al Monasterio de San Miguel. Además, las mejores vistas de la ciudad se pueden obtener desde el campanario de la iglesia de Santa Sofía o desde la colina de la catedral de San Andrés.
La rica gastronomía ucraniana, que incluye platos como borscht y vareniki, se puede degustar en restaurantes como Puzata Khata por menos de 1,5 euros. El transporte en la capital es aún más barato: un billete de metro o bus cuesta 0,25 céntimos de euro y un taxi desde el aeropuerto principal (30 km) no suele costar más de 12 euros.
Precio medio de una habitación de hotel (2 personas): 37€.
Cracovia, Polonia
La segunda ciudad más grande de Polonia es un destino ideal para los amantes de la historia, los castillos y las casas de cuento de hadas. Siguiendo la Ruta Real desde el casco antiguo de Cracovia se encuentra una arquitectura única que incluye calles empedradas, iglesias góticas, el castillo de Wawel -la antigua residencia de los reyes de Polonia- y una de las plazas medievales más grandes de Europa.
Cracovia cuenta con interesantes museos y galerías y una gran variedad de cafeterías y bares con precios muy asequibles: puedes encontrar pintas de cerveza y platos tradicionales como salchichas polacas, zapiekanki y pierogi por 2 euros.
Algunos de los lugares más turísticos son la mina de sal de Wieliczka y el distrito judío de Kazimierz, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este barrio fue uno de los escenarios principales de la película ‘La lista de Schindler’ y alberga grandes murales y coloridas obras de arte callejero. Además, si deseas conocer más a fondo la historia del Holocausto, un corto viaje en autobús te llevará al campo de concentración de Auschwitz, situado a unos 40 km de Cracovia.
Precio medio de una habitación de hotel (2 personas): 46€.
Budapest, Hungría
Otra de las capitales más baratas de Europa se encuentra sobre la orilla del Danubio. Budapest es una ciudad que luce espectacular tanto de día como de noche y ofrece un gran número de planes gratuitos o muy económicos en cualquier época del año.
Entre ellos, contemplar su famoso Parlamento de estilo neogótico, disfrutar de las vistas de la ciudad iluminada desde el mirador del Bastión de los Pescadores, visitar el monumento Zapatos en el Danubio o cruzar el Puente de las Cadenas hasta el castillo de Buda.
La calle más importante del centro de Budapest, Váci Utca, es una de las vías peatonales más famosas de Europa y alberga el popular mercado de Navidad de Vörösmarty, abierto al público hasta principios de enero. Además, en el casco antiguo hay una gran cantidad de cafeterías históricas donde puedes degustar menús típicos por menos de 5 euros, incluyendo platos tradicionales como sopa goulash de carne o el guiso húngaro pörkölt.
También vale mucho la pena visitar la Basílica de San Esteban, la Avenida Andrássy, llena de edificios monumentales y palacios, o relajarte en alguno de los grandes balnearios de agua termal, que cuentan con precios muy asequibles.
Precio medio de una habitación de hotel (2 personas): 47€.
Cesky Krumlov, República Checa
Situada a unos 175 kilómetros al sur de Praga, esta pequeña ciudad checa de 14.000 habitantes es un destino poco conocido, pero se trata de uno de los lugares más románticos de Europa y de los más populares en la República Checa.
Visitar su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, supone una experiencia cultural inigualable. El casco antiguo incluye el pintoresco barrio de Latrán -con impresionantes fachadas y calles medievales-, la iglesia de San Vito, varias galerías como la Egon Schiele y un imponente castillo sobre el río Moldava.
El castillo de Cesky Krumlov, formado por un complejo de decenas de palacios y edificios monumentales, ha sido escenario de varias películas y cuenta con uno de los teatros barrocos mejor conservados del mundo.
Entre otros lugares imprescindibles para visitar se encuentran el Museo de la tortura, el puente Lazebnicky y la Plaza del Ayuntamiento, con elegantes casas de colores y detalles góticos y renacentistas. Durante la época navideña la plaza se envuelve de un encanto especial con el encendido de luces y un mercadillo con puestecitos de gastronomía típica en los que sirven vino caliente y otras bebidas populares. Además, en los restaurantes de cocina tradicional puedes disfrutar de una comida completa y de alta calidad por menos de 10 euros.
Precio medio de una habitación de hotel (2 personas): 55€