Durante su campaña presidencial, el actual mandatario de los Estados Unidos, Joe Biden manifestó que su política internacional sería muy diferente a la llevada a cabo por el entonces presidente Donald Trump, demostrando que se puede hacer otro tipo de diplomacia que no tiene que ver con la violencia.
Sin embargo, la dinámica internacional lo ha llevado a enfrentarse con una serie de situaciones, que lo hacen vivir contantes desafíos dentro de la agenda exterior y al parecer la administración Biden no se encontraba preparada, para asumir tales retos o por lo menos no esperaban que ocurriesen de forma simultánea.
¿Cómo afrontar los retos internacionales?
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Corea del Norte y la crisis nuclear que puede llegar
Según un informe presentado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), ente internacional que regula el uso de energía atómica, el régimen de Kim Jong-un habría reactivado el funcionamiento de los reactores nucleares con el fin producir y enriquecer plutonio para construir bombas nucleares.
Esta acción, indudablemente, sería una clara provocación al gobierno de los Estados Unidos y, aunque durante el mandato del republicano Donald Trump se realizaron reuniones bilaterales donde se establecieron reglas del juego para el uso de plutonio con fines bélicos, esto parece que fue olvidado por el régimen norcoreano ante el nuevo mandatario.
En el año 2018, el gobierno de Kim decidió cerrar el uso de los reactores nucleares. Según algunos analistas, buscaba en realidad que fuesen levantadas las sanciones en contra del régimen. Ahora, 3 años después, se reinicia el proceso de fabricación de elementos radiactivos con intenciones de crear bombas nucleares.
Toda esta situación hace que Joe Biden se enfrente a la posibilidad que Corea del Norte se encuentre fabricando una gran cantidad de misiles nucleares, lo que compromete no solo la paz y seguridad de los Estados Unidos, sino tambien del mundo entero.
Ante todo esto, la administración demócrata no ha demostrado una política exterior coherente con la gravedad de los hechos a la luz de los más críticos. Pareciera que lo que se busca es evitar los conflictos bélicos y esta situación ha sido percibida por los norcoreanos como una muestra de debilidad por parte del gobierno Norteamericano.
Sin lugar a dudas el gran desafío para Biden emprender una acción que evite el fortalecimiento nuclear de Pionyang, sin caer en una confrontación bélica con ese país, por otro lado, no puede olvidar que los grandes aliados de Kim Jong son China y Rusia, acérrimos enemigos de la casa blanca.
Afganistán: una salida precipitada con material abandonado
La administración Biden consideroóque lo más conveniente para su país era terminar la larga guerra que mantenía con las fuerzas rebeldes de Afganistán, ahora bien parece que no se tomaron las medidas pertinentes y no solo se perdió todo lo logrado durante los 20 años de lucha, sino que tambien se fortaleció el aparataje militar talibán.
Es importante recordar que, después de la salida de las tropas estadounidenses de suelo afgano, se dejó abandonado gran cantidad de material bélico, entre los que se incluyen aeronaves, tanques, armas de fuego de corto y largo alcance, así como otro tipo de equipo militar que pondrá en una situación privilegiada al nuevo gobierno radical.
Dentro de la política exterior que lleva en este momento la Casablanca, es necesario que incluya un proceso de comunicación fluido con sus socios y amigos con el fin de explicar posibles consecuencias sobre el destino de gran cantidad del equipo militar en territorio afgano.
Otro escollo a superar a nivel diplomático es el plan que tienen los rebeldes afganos de instaurar lo que ellos han denominado un gobierno legítimo. Ante esto, habrá que ver cómo hará el presidente Biden para mantener una relación diplomática con un régimen que fue durante muchos años adversado por su país, y cómo aplicar sanciones sin que esto pueda verse visto como un ensañamiento por parte de los Estados Unidos a los Afganos
Por su parte, los talibanes han comenzado una estrategia con el fin de mostrar a la comunidad internacional una imagen conciliadora que habrá que seguir de cerca.
América Latina: varios frentes que atender
América Latina es el patio trasero de los Estados Unidos. Estratégicamente hablando, esta parte del continente es vital para el gigante del norte y es por ello que todos los mandatarios estadounidenses han implementado políticas serias y coherentes con el fin de mantener la seguridad y control en la región.
Lamentablemente, en la última década, los regímenes dictatoriales de izquierda han pretendido disfrazarse de democracia y se han apoderado de un grupo importante de países. El caso más emblemático es indudablemente Venezuela y, a pesar de la lucha que emprendió Donald Trump, no se lograron efectos positivos .
En todo caso la administración demócrata esta jugando con fuego ya que la izquierda se extiende rápidamente por Latinoamerica, generando una situación de peligro para todo el continente a menos que se haga un cambio de rumbo diplomático.
La disyuntiva en la que se presenta Biden es seguir los mismos pasos que mantuvo su antecesor en contra de los regímenes totalitarios o cambiar a acciones más suaves, entre las que tendría que incluir el levantamiento de las sanciones, así como el restablecimiento total de las relaciones diplomáticas
Futuro de la diplomacia estadounidense
Es innegable que el gran error que está cometiendo Joe Biden es tratar de alejarse lo más posible de las políticas diplomáticas de Trump, sin importar que esas acciones estén causando un grave daño a la imagen de su pais en el mundo, lo que podría ser aprovechado por los enemigos de esa nación.
Es necesario un cambio de rumbo para lograr que los Estados Unidos puede ser visto nuevamente como la nación poderosa que luchaba permanentemente contera el terrorismo y no como muchos lo consideran un pais en franca decadencia.