La pastelería sirio-libanesa es una joya culinaria que destaca por su exquisita fusión de sabores, sus raíces históricas profundas y sus ingredientes emblemáticos. Con una historia que se remonta a civilizaciones antiguas y una influencia que abarca desde lo otomano hasta lo persa, este tipo de repostería ha desarrollado una identidad culinaria única y reconocible en todo el mundo.
En su base se encuentran componentes naturales y especias cuidadosamente seleccionadas que dan vida a una amplia variedad de dulces y postres. Algunos elementos indispensables son la masa de hojaldre, el agua de azahar y el agua de rosas. El agua de azahar, obtenida de la destilación de flores de árboles frutales como el limonero o el naranjo amargo, aporta un sabor sutil y profundo. Por su parte, el agua de rosas, también destilada de pétalos de rosas, es muy aromática y se emplea con frecuencia en la cocina.
Otros ingredientes característicos son la miel, los frutos secos como almendras, nueces y pistachos, las especias como la canela, el cardamomo y el anís. Estos elementos no solo aportan sabor y aroma, sino que también reflejan la riqueza de la tierra y las tradiciones arraigadas en la región.
Los sabores tienen equilibrio entre la dulzura y los aromas exóticos. Desde los clásicos ma’amoul, pequeños pasteles rellenos de dátiles, nueces o pistachos y aromatizados con agua de azahar, hasta el baklawa, con sus capas delicadas de hojaldre o pasta filo rellenas de frutos secos y bañadas en miel, cada bocado es una experiencia única y deliciosa.
Además, algo que realmente la distingue es su meticulosa elaboración y presentación elegante. Cada postre es una obra de arte culinaria, donde se cuida cada detalle desde la selección de ingredientes hasta la decoración final. Es conocida por su variedad y versatilidad, ofreciendo desde postres más tradicionales y clásicos hasta creaciones más modernas que combinan técnicas tradicionales con influencias contemporáneas.
Otro aspecto destacado es su papel en la cultura y la sociedad. Estos dulces no solo son parte de celebraciones y festividades, sino que también son símbolos de hospitalidad y generosidad. Compartir un postre sirio-libanés es compartir una parte de la historia y la identidad de la región, creando lazos y momentos inolvidables alrededor de la mesa.
“Nuestras recetas saben a Oriente Medio, con sus frutos secos, sus especias y porque no, por su magia lo que hace que nuestros baklawas y salados lleguen al corazón antes que el paladar”, comentan en Pastelería Sham.
La pastelería sirio-libanesa se destaca sobre las demás por su rica historia, sus ingredientes de calidad, sus sabores irresistibles y su importancia cultural. Es una expresión auténtica de la herencia culinaria de la región que continúa cautivando y deleitando a las personas. Un legado gastronómico que trasciende fronteras y conquista paladares en todo el mundo