Tras uno de los inviernos más cálidos desde que se tienen registros. La primavera parece haber entrado con fuerza y no parece que vaya a alejarse demasiado de lo que los expertos, y también la población, esperan de ella.
Y es que, son muchos los que reconocen en la primavera la estación ideal. Con temperaturas cálidas que no ahogan y que hacen que estar al aire libre sea como recibir una caricia por todo el cuerpo, a la par que supone una recarga de energía.
Sin embargo, España es un país de contrastes, existiendo grandes diferencias entre el norte y el sur, no solo en lo relativo a la cultura, la gastronomía o el carácter de las personas, sino también en lo relativo al clima.
Y es que, podría asimilarse la primavera del sur al verano que disfrutan los de la franja cantábrica, algo que hace que estos últimos no salgan jamás de casa sin al menos una chaquetita que echarse a los hombros, y que los empuja a afirmar que el norte tienen nueve meses de invierno y tres de primavera. Algo que, sin lugar a dudas, también tiene sus ventajas, como poder conciliar el sueño con facilidad durante todo el año o no tener que estar recluidos en casa debido a las elevadas temperaturas.
Sin embargo, y tal y como indican desde Toldos Espasol, “son muchos los que se engañan creyendo que el sol de primavera no es tan dañino como el del verano. Evidentemente la radiación durante estos meses primaverales es menor que durante los del verano, pero protegerse de ella es igual de importante”.
Y es que, el hecho de que los días dispongan de más horas de luz y unas temperaturas más agradables lleva a muchos a exponerse más de la cuenta sin protección alguna, lo que acaba pasando factura en forma del clásico resfriado primaveral.
El consejo de los expertos es claro, disfrutar del exterior, pero hacerlo siempre tomando las medidas adecuadas de protección. Pero, ¿sabes cuáles son las medidas de protección mínimas que se deben tomar?
Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, el uso de protector solar ante los primeros rayos es imprescindible, solo de esta forma uno se sabrá realmente protegido, y como en verano, habrá que renovar su aplicación cada tres horas.
La segunda de las pautas es evitar que los rayos incidan directamente sobre la cabeza, ya sea mediante la utilización de gorras, sombreros, parasoles, sombrillas o toldos, no importa lo que se utilice, lo importante es que los rayos no incidan directamente.
Simple, ¿verdad? Pues ahora, ¡a disfrutar del sol!