Los piercings y los tatuajes son formas de expresión personal que permiten a muchas personas plasmar su identidad y estilo de manera única.
Cuidar las perforaciones y tatuajes no es complicado, pero sí requiere atención y responsabilidad.
Este tipo de arte corporal no solo embellece, sino que también conlleva un proceso de sanación que debe respetarse para evitar problemas. Con los cuidados adecuados, se podrá disfrutar del resultado por años, transformando una experiencia puntual en un recordatorio permanente de individualidad y estilo. Tomarse en serio estos cuidados es un acto de amor propio y respeto por el cuerpo.
Al hablar de piercing y tatuajes, es importante comprender que ambos implican una ruptura en la barrera natural de la piel, lo que los hace vulnerables a infecciones si no se cuidan adecuadamente. Ya sea un pendiente en la oreja, un piercing en el ombligo o un tatuaje elaborado en el brazo, la atención post procedimiento es esencial.
Esto incluye limpiar el área afectada con productos recomendados por el profesional, evitar la exposición a agentes contaminantes y prestar atención a cualquier signo de inflamación o irritación para actuar de inmediato.
Cuidados necesarios para piercings
- Higiene diaria: Lavar el área con agua tibia y un jabón antibacterial suave. Es necesario evitar tocarlo con las manos sucias.
- Evitar cambios tempranos: No es recomendable cambiar las piezas de los piercings hasta que el proceso de cicatrización esté completo, lo que puede tomar semanas o incluso meses según la ubicación.
- Protección contra el agua: todo pasa por dejar de lado piscinas, jacuzzis o el contacto prolongado con agua para prevenir infecciones durante las primeras semanas.
- No manipular en exceso: Girar o mover la pieza constantemente puede dañar el tejido en proceso de cicatrización.
Cuidados esenciales para tatuajes
Tal como lo indican en Krises Tattoo, “tanto al hacerse piercings como para tatuajes, hay ciertas prácticas que es mejor evitar y otras que se recomiendan”
- Limpieza inicial: se recomienda lavar el área con agua tibia y jabón neutro unas horas después de haberse tatuado o perforado y aplicar una crema cicatrizante recomendada por el profesional.
- Evitar la exposición al sol: Durante las primeras semanas, es clave proteger el tatuaje de la radiación solar, ya que podría desvanecer los colores y afectar la cicatrización.
- Ropa cómoda: Usar prendas sueltas que no froten o irriten la zona tatuada o perforada.
- Prohibido arrancar costras: la mejor decisión es que las costras caigan naturalmente, ya que forzarlas puede generar cicatrices permanentes o pérdida de tinta.