El pasado 19 de junio, el estado de Tamaulipas sufrió una serie de hechos violentos en los que 15 personas fueron asesinadas en ataques perpetrados por grupos criminales.
Como se sabe, la ciudad mexicana de Reynosa, perteneciente a este estado, es una de las más violentas de América y se encuentra controlada en su gran mayoría por bandas criminales y cárteles de la droga.
Todo lo que hay que saber sobre la última masacre llevaba a cabo en México
Contenido del artículo:
¿Cómo ocurrieron los hechos?
Aunque los enfrentamientos entre los cárteles de la droga han sido habituales en Tamaulipas, lo sucedido el sábado es algo totalmente inédito ya que, según expresaron algunos testigos de la masacre, quienes atacaban a las personas parecían estar de cacería o en una práctica de tiro al blanco.
Aproximadamente a las 12:30 del mediodía, tres camionetas que llevaban por lo menos 12 hombres fuertemente armados, llegaron hasta la zona residencial de Reynosa y siendo las 12:45, comenzaron a disparar contra una vivienda ubicada en la Colonia Almaguer.
Posteriormente se dirigieron hasta la Colonia Obrera, asesinando a dos personas que se encontraban en una esquina, tras lo cual y después de alcanzar la Colonia Bienestar, acabaron con una familia completa conformada por dos mujeres y un hombre.
A las 13:40 la policía inició la persecución de los asesinos, dándoles alcance a la salida del puente fronterizo Pharr. Allí se enfrentaron organismos de seguridad y delincuentes, dejando como saldo la muerte de uno de los asesinos y la detención otro.
Después de un trabajo de investigación realizado por los organismos policiales de Reynosa, se pudo llegar a la captura de 4 personas sindicadas de haber cometido parte de los asesinatos.
Guerra de cárteles
Según expresó el gobernador de Tamaulipas, Francisco García, analistas criminales de esa dependencia gubernamental establecieron que los atacantes conformaban una célula de extrabajadores de los cárteles del golfo, del noreste y los zetas.
Aunque el presidente López Obrador dijo que las últimas investigaciones demuestran que los ataques se trataron de una confrontación de cárteles, lo que no queda realmente claro, es por qué atacaron a personas inocentes que no tenían ninguna vinculación con bandas criminales.
Asimismo, tampoco se explica por qué se detuvieron a robar una camioneta que era de un valor inferior a la que utilizaban los delincuentes para desplazarse. Parecía más bien que los atacantes estaban cumpliendo un ritual o prueba de iniciación, ya que no se justifica el asesinato de tantas víctimas civiles.
Además, en ningún momento los miembros de la célula se atacaron entre ellos, sino que lo hicieron de forma despiadada con las personas que se encontraban en la calle en ese momento.
Uno de los testigos dijo que los atacantes, indudablemente, tenían formación en el manejo de las armas y actuaban en perfecta sincronía, como si se tratase de un grupo comando.
Asimismo, según un informe de la fiscalía, las personas muertas no tenían ninguna relación entre ellos adicional a que pertenecían a distintos barrios.
En tanto, el gobernador de Tamaulipas manifestó que el gobierno de López Obrador debe asumir su responsabilidad, ya que este es un delito de carácter federal y no estatal.
Para algunos pobladores de este estado, la persona menos indicada para hablar de justicia es, precisamente, García, ya que en la actualidad esta investigado por la fiscalía federal por lavado de dinero y delincuencia organizada.
Abrazos y no balazos
La estrategia que prometió emprender el presidente de México fue “Abrazos y no balazos”. Esto con el fin de detener el avance de los cárteles de la droga, ya que desde su llegada al poder, la capacidad de fuego de estas organizaciones se ha incrementado.
Incluso, han llegado al punto de realizar grandes masacres, como la vivida el 22 de enero de este año, en la que fueron calcinadas 19 personas en el municipio de Camargo.
Es innegable que las personas sienten miedo y eso quedó demostrado en días posteriores al suceso, pues las calles de Reynosa estuvieron en completa soledad, mientras, los organismos de seguridad del estado parecen estar perdiendo la guerra contra la violencia.
Aunque López Obrador expresó que la fiscalía mexicana se encuentra haciendo investigaciones y que ese cobarde ataque no quedará impune, la gran mayoría de los habitantes de las zonas fronterizas coinciden en expresar que la situación se le escapó de las manos al presidente.
También dicen que, a menos que asuma una posición distinta, los cárteles de la droga terminarán por obligarlos a abandonar sus hogares, convirtiéndolos en un grupo de desplazados.
El primer mandatario ha asegurado que los índices delictivos han bajado enormemente durante su gobierno, pero el que un grupo de delincuentes miembros de los cárteles más poderosos se paseen sin ningún tipo de temor por una ciudad como Reynosa, demuestra, sencillamente, que estos no tienen temor a la justicia mexicana.
Organismos de seguridad tras los asesinos
El ejército mexicano y la guardia nacional han conformado un comando unificado para tratar de dar con el paradero de todos los responsables de la muerte de los 15 civiles asesinados.
Los organismos de seguridad han realizado operativos en varios sectores de Tamaulipas y han establecido puestos a las salidas de las ciudades y carreteras en los que revisan todos los vehículos que transitan por el lugar.
Hasta el pasado 24 de junio, tan solo se habían logrado ubicar los vehículos que utilizaron para la masacre y, aunque capturaron a varios sujetos, estos no pudieron ser vinculados con los homicidios, por lo que la fiscalía ordenó que fuesen liberados.
En tanto, López Obrador ha garantizado enviar a la zona un grupo especial, conformado por hombres de diversos organismos, para que apoyen las labores de investigación y patrullaje. La idea es que, a la mayor brevedad posible, puedan ser enviados a la cárcel los sujetos que causaron la masacre.
La situación es extremadamente complicada ya que que no hay señales de que López Obrador pretenda cambiar su política de seguridad, por lo que si las organizaciones criminales sienten que su poder es mayor que el del estado, México seguirá siendo sacudida por la violencia, no solo en estados fronterizos como Tamaulipas sino en la propia capital de la república.