Quien da con un taller de confianza, tiene un tesoro. Los talleres son uno de los sectores que peor fama tienen cuando la realidad es que son las excepciones contadas las que han dado mala fama a un gremio en el que suelen trabajar profesionales vocacionales que buscan siempre la mejor solución para sus clientes.
“De nuestra profesionalidad depende que nuestros clientes vuelvan, por lo que no se puede hablar del gremio cuando solo hay contadas ocasiones de piratas” explican desde el sector.
¿Cuáles son los mandamientos de los talleres?
Gencar Automoción, un taller mecánico en el Raal, los explica:
- Ante todo, transparencia: es necesario explicar a cada cliente cuál es la avería o la necesidad de su vehículo en ese momento concreto.
- Presupuesto que se corresponda con la realidad del servicio: nada de sustos ni incrementos posteriores. El presupuesto debe darse del servicio demandado. En caso de que hubiera algún cambio, es necesario avisar antes de nada.
- Ser claro con lo que hay que hacer. Es necesario informar de cuál va a ser la pieza a cambiar, el líquido a rellenar…etc. Siempre que se da información, el cliente está tranquilo.
- Dar un plazo de entrega del vehículo: es necesario tener claro que el coche es herramienta de trabajo de mucha gente. Es necesario dar un plazo de entrega lo más aproximado posible a la realidad para poder permitir organización.
- En caso de presupuesto aprobado, ir pidiendo las piezas: en los últimos tiempos es complicado recibir rápido según qué recambios, de ahí que, si el presupuesto ha sido aprobado, sea recomendable hablar con los proveedores para saber cuánto tardará en recibirse en el taller. Así se puede agendar la entrega con el cliente.
- Colaborar con planes de financiación si es posible: en ocasiones la factura mecánica no es barata. Si es posible ofrecer alguna línea de financiación puede ser un buen momento para hacerlo.
- Mostrar las piezas retiradas: esta costumbre, muy arraigada en talleres más antiguos, parece caída en desuso en otros. Es obligatorio dar la pieza retirada al cliente y que sea éste el que decida si se la lleva o si se queda en los residuos a tratar del taller.
- Garantía: las reparaciones y piezas tienen una garantía que hay que ofrecer a quien ha confiado en los servicios.
- Atención personalizada: cada cliente es un mundo y necesita más o menos explicaciones. Un profesional es capaz de disipar todas sus dudas con información.
- Ofrecer un buen servicio de postventa en caso de ser necesario.
