Desde el año 1953 el gobierno federal de Estados Unidos no autorizaba la ejecución de una mujer y, en esta ocasión, ha correspondido a Lisa Montgomery ese dudoso honor.
Sin embargo, el pasado 11 de enero, gracias a un recurso interpuesto por sus abogados así como a la presión ejercida por los grupos en contra de la pena de muerte, se logró la suspensión de manera momentánea de la ejecución de Lisa Montgomery.
Lisa Montgomery, de víctima a asesina
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Crimen
Esta mujer se hizo famosa por la manera tan despiadada en que llevó a cabo el asesinato de Jo Stinnett, considerado uno de los crímenes más aterradores en los últimos años.
Todo comenzó cuando Lisa se obsesiona con ser madre, decidiendo, de alguna manera, que el hijo que esperaba Stinnett tenía que ser para ella. Es por ello que ideó un astuto plan haciéndose pasar por amante de los animales e incluso fingió estar embarazada para ganarse la amistad de su víctima.
A lo largo de las semanas Lisa se comunicaba de forma constante con Jo, hasta el punto de decirle que quería comprar varios de sus perros para antes de la llegada de su supuesto hijo.
Fue por ello que programó una cita entre ambas en Missouri, con la intención de supuestamente comprar unos cachorros que Stinnett estaba vendiendo. Una vez que se encontraron, aprovechando un descuido, abordó a su víctima a quien primero golpeó para luego estrangularla con un trozo de cuerda.
Luego de asesinar a Jo, Lisa tomó un cuchillo y le abrió el útero para sacarle al bebé que tenía 8 meses de gestación.
Sucedió que un vecino que pasaba por el lugar, vio la puerta de la casa de Jo abierta y, al ingresar, la vio muerta con el vientre totalmente abierto. De inmediato, dio parte a las autoridades de la localidad, quienes rastrearon los últimos correos electrónicos recibidos por la víctima, pudiendo llegar a la casa de Lisa Montgomery.
Una vez abordada por los oficiales policiales, manifestó que la niña que se encontraba en su casa era su hija. Sin embargo, con una simple verificación, inmediatamente los policías se dieron cuenta que mentía, por lo que la apresaron.
De victimaria a víctima
Tanto los abogados de Lisa Montgomery como la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos establecieron que más que una asesina, es una víctima del destino, ya que durante su niñez y juventud vivió una serie de abusos que la llevaron a convertirse en una enferma mental.
Al parecer, la madre de Lisa desde muy niña la sometió a todo tipo de abusos físicos, psicológicos y sexuales. En el caso de estos últimos, los padrastros la violaban de manera sistemática, ocasionándole todo tipo de torturas.
Por ejemplo, la amarraban a una silla y la golpeaban hasta que perdiera el conocimiento. Incluso le orinaban encima para despertarla. Según las investigaciones, Lisa no conoce realmente cuantos hombres llegaron a violarla, ya que su madre la obligaba a prostituirse por licor y comida.
De igual manera, fue obligada a casarse con un hermanastro con quien tuvo 4 hijos, pero estos vivieron poco tiempo con Montgomery, ya que los niños a medida que crecían eran separados de su madre para llevarlos a sitios por ella desconocidos.
Una vez que Lisa fue esterilizada, su esposo la forzada nuevamente a prostituirse hasta que un día por fin logró huir. Sin embargo, ella siguió con la idea de querer tener un hijo, situación que la obsesionó durante años.
Gracias a internet, logró ver una foto de Jo Stinnett, la cual la estimuló posteriormente a idear el plan para quedarse con su bebé.
Trastornos diagnosticados
Estando en prisión, Lisa pudo ser evaluada concienzudamente por un grupo de especialistas y allí se estableció que su madre consumió alcohol durante todo el embarazo por lo que Montgomery era víctima del síndrome alcohólico fetal.
Así mismo, se pudo comprobar que debido a las palizas brutales que recibió durante su niñez y adolescencia, sufrió de un daño cerebral irreversible. Otra de las patologías comprobadas fue síndrome de estrés postraumático, ya que su madre la obligaba a desnudarse, la amarraba, le colocaba cinta adhesiva en la boca y la lanzaba en la nieve.
Toda está situación llegó a producir que Lisa padeciera de trastorno bipolar disociativo. Es decir, mentalmente no está en condiciones de separar la realidad de la ficción.
Debate
La suspensión de la ejecución de Lisa Montgomery abrió un largo debate entre personas que consideraban que el crimen que cometió no tenía ningún tipo de justificación y aquellos que pensaban que el gobierno de Estados Unidos fue negligente ante todos los abusos sufridos por esta mujer y que la llevaron a convertirse en una persona mentalmente inestable.
Algunas investigaciones realizadas por los abogados defensores establecieron que, al parecer, la acusada había acudido en varias ocasiones hasta la policía de Oklahoma, lugar donde vivía.
Allí Lisa de alguna forma quiso formalizar una denuncia sobre la situación por la que estaba pasando. Sin embargo, no fue tomada en serio por los oficiales ya que no recibió ningún tipo de apoyo.
Uno de los eventos que Lisa recuerda con mayor terror, es cuando su madre pagaba deudas de drogas, comida e incluso de reparaciones que se hacían en la vivienda, ofreciéndola a ella.
Ante este caso, muchos estadounidenses estimaron que la condenada a muerte debería ser más bien enviada a una institución hospitalaria, donde pudiese cumplir su condena y donde de alguna manera se tratara de dar apoyo psicológico.
Por su parte, quienes conocieron a Jo Stinnett creen que su agonía debió ser extremadamente dolorosa ya que fue asfixiada con una cuerda mientras era golpeada repetidamente para acelerar su muerte.
Esto, según algunos, no puede quedar impune. Además, Montgomery demostró una inteligencia excepcional para engañar a la víctima, ganándose su confianza para luego cometer tan horrendo crimen. Para la fiscalía que lleva el caso, esto solo hace ver que la acusada se encontraba en su sano juicio cuando cometió el asesinato.
En todo caso, la ejecución habría sido suspendida momentáneamente por un tecnicismo legal. Sin embargo, el miércoles 13 de enero siendo la 1:18 de la mañana hora del este de los Estados Unidos, Lisa fue sometida a una inyección letal que le causó un paro cardiorrespiratorio ocasionándole la muerte.
La condenada a muerte no quiso emitir ningún tipo de declaración y, según los asistentes al acto de ejecución, en su cara se veía tranquilidad y no arrepentimiento por el crimen cometido.