La dislexia es una Dificultad Específica de Aprendizaje (DEA) de origen neurobiológico, que se manifiesta por problemas en la precisión y fluidez al reconocer palabras escritas, así como en las habilidades de decodificación lectora y deletreo. Estas dificultades se deben a un déficit en el componente fonológico del lenguaje, y se presentan de manera inesperada, dado que otras habilidades cognitivas se desarrollan con normalidad y la instrucción lectora es adecuada.
Se estima que alrededor del 10% de la población mundial padece, lo que equivale a más de 4,6 millones de personas en España y aproximadamente 800,000 niños en el sistema educativo español. Es la dificultad específica de aprendizaje más común a nivel global. Sin embargo, solo el 33% de los niños que la padecen recibe la atención profesional necesaria para abordar sus necesidades educativas.
Detección temprana
La detección temprana es crucial para ofrecer el apoyo adecuado y minimizar el impacto del trastorno en el aprendizaje y la autoestima del individuo. Los primeros signos pueden aparecer en la infancia, generalmente cuando comienzan a aprender a leer y escribir. Pueden incluir dificultades para aprender el alfabeto, problemas para recordar palabras y dificultades para relacionar sonidos con letras.
Los profesionales de la salud en diferentes centros médicos y la educación juegan un papel vital en la identificación temprana. Los maestros y educadores a menudo son los primeros en notar signos de dificultades para leer. La observación de patrones como la confusión de letras similares, la inversión de letras y números, y la lentitud en el reconocimiento de palabras pueden ser indicios. Además, los padres también pueden estar atentos a señales como la frustración frecuente con tareas, o la falta de interés para leer.
Tratamiento
Se centra en proporcionar estrategias y herramientas que ayuden a las personas a superar sus dificultades de lectura y escritura. A menudo, un enfoque integral que combine diversas técnicas y recursos resulta ser el más efectivo. Algunas de las intervenciones más comunes incluyen:
- Intervención educativa: Los programas están diseñados para ayudar a los estudiantes a mejorar sus habilidades de lectura y escritura. Suelen utilizar métodos de enseñanza multisensoriales, que involucran la vista, el oído y el tacto, para reforzar la conexión entre sonidos y letras. Los enfoques como el Método Orton-Gillingham y el Enfoque de Lectura Basado en la Fonética son ejemplos de técnicas que se utilizan en la intervención educativa.
- Terapia del lenguaje: Los terapeutas del lenguaje pueden trabajar para mejorar su capacidad de procesamiento fonológico, que es fundamental para el reconocimiento de palabras y la ortografía. La terapia del lenguaje puede incluir ejercicios para fortalecer la conciencia fonológica, así como actividades que ayudan a mejorar la fluidez al leer.
- Adaptaciones en el aula: Pueden ayudar a los estudiantes a acceder al contenido académico de manera más efectiva. Estas adaptaciones pueden incluir la reducción de la cantidad de lectura requerida, el uso de materiales auditivos o electrónicos, y la provisión de tiempo adicional para completar tareas.
- Apoyo psicológico: La dislexia puede tener un impacto emocional significativo en los niños, quienes pueden sentirse frustrados o desanimados por sus dificultades de aprendizaje. El apoyo psicológico y el asesoramiento pueden ayudarlos a desarrollar una actitud positiva hacia el aprendizaje y a manejar el estrés asociado con sus dificultades.
Importancia de la familia
El apoyo de la familia es esencial en el tratamiento. Los padres pueden desempeñar un papel crucial en la implementación de estrategias en el hogar y en la creación de un entorno de apoyo positivo. Fomentar la lectura en casa, utilizar juegos educativos y establecer una rutina diaria pueden ayudar a reforzar las habilidades de leer y escribir.
“Educar a los padres sobre la dislexia y sus estrategias ayuda a que puedan defender mejor las necesidades educativas de sus hijos y trabajar eficazmente con los profesionales de la educación”, comentan en Clínica Médica Fuengirola.
La dislexia es un trastorno del aprendizaje que presenta desafíos significativos en la lectura y escritura, pero con una detección temprana y un tratamiento adecuado, las personas afectadas pueden superar muchas de las dificultades asociadas con el trastorno. La intervención educativa, la terapia del lenguaje, las adaptaciones en el aula y el apoyo psicológico son componentes clave en el tratamiento. El apoyo familiar y la colaboración entre padres, maestros y especialistas son fundamentales para el éxito de las estrategias de tratamiento. Con el enfoque adecuado, las personas pueden desarrollar habilidades sólidas y alcanzar su máximo potencial académico y personal.