Invertir. Cuando se lee este verbo, automáticamente, se piensa en dinero. Bolsa, fondos, depósitos, criptomonedas y…por qué no decirlo, metales o materias primas para los más avanzados.
Sin embargo, pocas veces se piensa en el mobiliario como inversión. Las subastas van llenándose cada vez más de piezas únicas que lucen como nuevas pero que, para ello, han tenido que pasar por talleres como Rechi Ladecor para que las restauren y dejen perfectas.
¿Por qué apostar por este tipo de bien mueble?
- Valor sentimental: este tipo de mobiliario es especial. Su diseño, calidad y materia prima nada tiene que ver con lo que actualmente está en tendencia en las principales tiendas de mobiliario. hacerse con una pieza que recuerde la antigua residencia familiar o que haya pertenecido a la familia durante generaciones es un verdadero tesoro.
- La calidad: la calidad del diseño y materia prima que tienen algunos muebles ancestrales nada tiene que ver con la cultura low cost y de rápida construcción de hoy. Los ebanistas de entonces dedicaban meses a tallar relieves en algunos armarios y mobiliarios y eso les dota de algo único.
- Abarata costes: conseguir muebles de alta calidad no es barato. Sin embargo, la factura puede bajar si lo que se hace es restaurarlos. Disponer en alguna vivienda de este tipo de producto desde luego hace lucir de forma única. Apostar por profesionales de la restauración es clave para conseguir mejorarlos.
- Rentabilidad: si finalmente se decide vender el mueble, el que esté bien conservado y restaurado hará que incremente su valor en subastas o en el mercado de coleccionistas. Se trata de ofrecer productos únicos y que luzcan en perfectas condiciones y, en eso, hacen de los restauradores los mejores aliados.
- Estilo de restauración: lacados, barnizados, decapé, mobiliario naval…depende del estilo que se necesite, el profesional aplicará una u otra técnica. No es lo mismo lacar una puerta moderna que hacerlo en un escritorio antiguo.
Todo un mundo por descubrir que promete sorprender a quien apueste por él. Para conseguir, si no se disponen de piezas en herencia, de alguno, basta con ir a las ferias de segunda mano, a los mercadillos rurales o incluso a las subastas.
