Cuando se habla de Segovia se hace de una provincia que, durante siglos, ha ido mostrando al visitante su riqueza histórica, sus monumentos y su oferta cultural.
Ubicada en la comunidad autónoma de Castilla y León, se encuentra a poco más de una hora de Madrid, lo que facilita a todo el turismo el acceso a su capital. Su belleza medieval la convierte en un destino ideal tanto para turistas nacionales como internacionales. Los visitantes pueden admirar su famoso acueducto romano, pasear por sus calles de piedra y descubrir sus plazas llenas de historia. Además, ofrece un sinfín de actividades para todo tipo de curiosos, desde recorridos históricos y culturales hasta escapadas a los pueblos que la rodean.
Para disfrutar plenamente de la estancia, se recomienda buscar un alojamiento en Segovia capital, ya que permite estar cerca de los principales puntos de interés. Hospedarse en el centro ofrece la comodidad de tener a pocos pasos monumentos icónicos como el Alcázar, la Catedral y el propio Acueducto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Además, desde el centro se puede acceder fácilmente a una gran variedad de tours y actividades culturales que se organizan durante el año, como “Segovia: decus Romae”, un evento que revive las tradiciones y la cultura de la antigua Roma a través de recreaciones, desfiles y exposiciones, ofreciendo una experiencia única para todos los visitantes.
En la Real Casa de la Moneda se encuentra el Centro de Interpretación del Acueducto, un espacio moderno e interactivo que utiliza tecnología multimedia para guiar al visitante por el fascinante recorrido de más de 15 kilómetros del acueducto romano, considerado el mejor conservado del mundo. Este centro explora la relación de la ciudad con el agua, hilo conductor que permite conocer en profundidad la historia, ingeniería y el papel fundamental que este acueducto ha jugado desde su construcción en el siglo I d.C.
El Acueducto en sí, compuesto por más de 160 arcos en su tramo urbano, es una obra maestra de la ingeniería romana. Con una altura máxima de 28 metros en la Plaza del Azoguejo, esta imponente estructura fue construida sin ningún tipo de mortero, ensamblando bloques de granito que permanecen firmemente unidos gracias a un ingenioso sistema de equilibrio y peso. Este monumento no sólo suministraba agua desde la Sierra de Guadarrama, sino que también se ha convertido en un símbolo de la identidad y un atractivo turístico de gran valor cultural y ancestral.
El Alcázar es una parada imprescindible para cualquier viajero. Este castillo medieval, que parece salido de un cuento, cuenta con una impresionante arquitectura gótica y renacentista, y ha sido testigo de numerosos acontecimientos. Ubicado en lo alto de una colina, ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad y sus alrededores. El recorrido por sus salas y torres permite descubrir la vida de los reyes y reinas que alguna vez habitaron en este imponente castillo, y su visita es ideal tanto para adultos como para niños, quienes pueden disfrutar de las actividades interactivas que ofrece el museo.
“Imagine despertar con la majestuosa vista del Alcázar y la Alameda del Parral pintando su ventana, mientras el aroma a historia y naturaleza se mezcla delicadamente en el aire que respira”, comentan en El Mirador del Alcázar.
Además de sus monumentos, el destino invita a explorar sus alrededores, donde se encuentran pequeños pueblos llenos de encanto y autenticidad. Pueblos como Pedraza, Sepúlveda o La Granja de San Ildefonso permiten conocer la vida tradicional de Castilla y León y ofrecen actividades para toda la familia. Pedraza, con sus calles empedradas y casas de piedra, es famoso por sus conciertos de las “Noches de las Velas”, donde miles de velas iluminan el pueblo creando una atmósfera mágica. Por su parte, La Granja de San Ildefonso, con su Palacio Real y sus jardines de estilo versallesco, invita a pasear y disfrutar de sus fuentes monumentales y esculturas que recuerdan a la grandeza del arte barroco.
También se destaca en el ámbito gastronómico, siendo el cochinillo asado el plato estrella de la región. Los restaurantes y asadores tradicionales permiten degustar esta delicia, preparada de manera artesanal en hornos de leña. Además, cuenta con opciones gastronómicas variadas que incluyen tapas y platos típicos de la zona, ideales para acompañar con los vinos de la región. El tapeo es una experiencia que complementa la visita, ya que permite descubrir rincones acogedores mientras se disfruta de su sabor auténtico.
Para aquellos que disfrutan del turismo cultural, ofrece una amplia programación de actividades, desde exposiciones y festivales de música hasta ferias y eventos literarios. La ciudad organiza recorridos temáticos y visitas guiadas que permiten conocerla en profundidad. Además, en lugares como la Casa-Museo de Antonio Machado, se puede descubrir la vida y obra de este importante poeta, quien vivió varios años y dejó una huella en su vida cultural.