Los más de 50 psicólogos integrantes del colectivo “Psicólogos por la salud y la verdad”, formados, conviene resaltarlo, en diferentes áreas incluyendo conocimientos sobre psicología clínica, psicología de la salud, estadística, metodología experimental, teorías del aprendizaje, comunicación eficaz, psicología social y grupal, entre otros.
Expresamos nuestro rechazo y malestar ante los actuales acontecimientos, las iatrogénicas y desproporcionadas medidas vigentes hacia personas sanas (dados los datos epidemiológicos actuales, siendo en septiembre de 2020 el síndrome denominado Covid-19 la quinta causa de muerte en España). Medidas como las restricciones de movimiento y actividad, los confinamientos, o la obligatoriedad del uso generalizado de mascarillas desde los 6 años de edad, se están aplicando de forma irresponsable, a lo que hay que añadir problemas de salud por patologías desatendidas, incremento de trastornos y problemas psicológicos, suicidios, violencia intrafamiliar y desempleo.
Por ello exigimos la intermediación de las asociaciones colegiales profesionales para instar a las autoridades al cese de las medidas restrictivas, y empezar a corregir con ello el rumbo de los nefastos acontecimientos.
De insistir en las medidas, consideramos inaceptable el prorrogarlas sin al menos realizar los siguientes cambios que deben ser considerados como requisitos mínimos necesarios:
• La pública disposición de los nombres y datos curriculares de las personas que conforman el comité o autoridades sanitarias responsables de las decisiones técnicas.
• La pública disposición de los informes técnicos que avalan las medidas actualmente vigentes, diferentes a las adoptadas por otros países miembros de la UE, y del mundo, con especial énfasis en las relacionadas con:
- Contagiosidad real de los llamados asintomáticos.
- La obligatoriedad del uso de mascarillas para personas asintomáticas, con su baremación riesgos / beneficios en distintos grupos poblacionales y para diferentes contextos / situaciones.
- A este respecto recomendamos consultar los numerosos estudios contradictorios con el paradigma actual reflejados en Swiss Policy Research (SPR) (https://swprs.org/hechos-sobre-covid-19/).
• La pública disposición de las conclusiones sobre las autopsias realizadas, especialmente las más recientes (septiembre/octubre 2020).
• Ante las dudas fundadas realizadas por diferentes médicos sobre la posible relación de la sintomatología Covid19 con intoxicación por cadmio, e intoxicación por exposición radiológica, solicitamos la pública disposición de informes al respecto, especialmente los relativos a la actividad de redes de comunicación del año 2020 y datos técnicos sobre la seguridad de las redes móviles, especialmente las de última generación.
• La pública disposición de los datos de las comunidades autónomas relacionados con esta nueva enfermedad, y la obligatoriedad para las administraciones de que queden adecuadamente reflejados los datos para poder valorar adecuadamente los niveles reales de alerta:
- Ingresos hospitalarios + UCI (sanidad pública y privada)
- Altas/Fallecimientos (sanidad pública y privada)
- Sintomatología por grupos de edad y comorbilidades.
- Tipo de tratamientos actualmente aplicados.
- Prevalencia de los llamados “covid persistente” y seguimiento de casos realizado, así como descripción del cuadro sintomático y tratamientos actuales.
- Justificación, a la luz de los datos aportados, de la necesidad de inversión en una vacuna rápida sin el tiempo adecuado para evaluar riesgos.
- Estudios de campo sobre la eficacia de los siguientes fármacos en diferentes fases de la enfermedad, incluyendo profilaxis:
hidroxicloroquina, ivermectina, dióxido de cloro, así como combinación con diferentes suplementaciones como Vitamina D, C y Zinc.
Consideramos que sin estos cambios en la gestión, resultará imposible conseguir una adecuada y necesaria colaboración de la población, generando de forma cada vez más grave situaciones de miedo, indefensión, incertidumbre, desconfianza, paranoia,
psicosis y violencia.
Como personal sanitario no podemos callar o inhibirnos ante esta situación creada. De lo contrario estaríamos siendo cómplices.
Todos somos responsables de denunciarlo: De hecho, nuestro código deontológico prácticamente nos lo exige en sus artículos 8, 6 y 5:
Artículo 8º. Todo/a psicólogo/a debe informar, al menos a los organismos colegiales, acerca de violaciones de los derechos humanos, malos tratos o condiciones de reclusión crueles, inhumanas o degradantes de que sea víctima cualquier persona y de los que tuviere conocimiento en el ejercicio de su profesión.
Artículo 6º. La profesión de psicólogo/a se rige por principios comunes a toda deontología profesional: respeto a la persona, protección de los derechos humanos, sentido de responsabilidad, honestidad, sinceridad con los/ as pacientes, prudencia en la aplicación de instrumentos y técnicas, competencia profesional, solidez de la fundamentación objetiva y científica de sus intervenciones profesionales.
Artículo 5º. El ejercicio de la Psicología se ordena a una finalidad humana y social, que puede expresarse en objetivos tales como: el bienestar, la salud, la calidad de vida, la plenitud del desarrollo de las personas y de los grupos, en los distintos ámbitos de la vida individual y social.
Comunicado de Psicólogos por la Salud y la Verdad España