El pasado 29 de abril China anunció a la comunidad internacional que enviaría al espacio su primer módulo, el cual formaría parte de lo que sería su Estación Espacial Armonía Celeste.
Al parecer, parte del cohete perdió su trayectoria y se salió de control, por lo que al reingresar a la atmósfera no se desintegro naturalmente, sino que vino a representar un riesgo para la población de la Tierra.
Todo lo que hay que saber sobre el reingreso en la Tierra del cohete chino Long March 5B
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Restos del cohete chino caen en el mar Arábigo
El cohete Long March 5B, afortunadamente, durante su regreso a la Tierra, cayó en un sector del mar Arábigo, específicamente, al norte del Archipiélago de Maldivas y, aproximadamente, a 600 kilómetros de la India.
Si bien es cierto que durante la etapa de reingreso la mayoría de los componentes del cohete se desintegraron, una gran cantidad de residuos de gran tamaño cayeron en el Océano Índico.
Científicos estadounidenses estimaron que la porción del cohete que impactó en el océano fue, aproximadamente, de 18 toneladas. Lo que se estima como uno de los artefactos de mayor tamaño que haya ingresado a la Tierra de forma no controlada en las últimas décadas.
Lo que causaba gran preocupación en la comunidad internacional, era que la gran mayoría de las partes que formaban el 5B estaban compuestas por materiales que no se desintegraban. Esto representaba un riesgo inminente, en el caso de que el cohete se saliera de control, como efectivamente sucedió.
Incluso el jefe del Departamento de Ingeniería e Innovación de la Agencia Espacial Europea, Nicolas Brobrinsky, dijo que los chinos, sabiendo que el cohete tenía materiales que no se desintegrarían, debieron haber tenido previsto un plan alternativo.
De esta manera, podrían controlar el regreso con la ayuda de un retrocohete, tal como hicieron en su momento los científicos rusos al desorbitar la Estación Espacial Mir.
La NASA acusa a Pekín de irresponsables
Portavoces de la NASA calificaron de irresponsables a los científicos chinos por haber enviado al espacio un cohete de las características del 5B, sin tomar en cuenta las previsiones en caso de un incidente.
Bill Nelson, astronauta que participó en el programa espacial de trasbordadores, puso en duda que Pekín tenga la capacidad suficiente para enviar al espacio misiones exitosas.
De igual manera, acusó a los chinos de incumplir con los requisitos mínimos indispensables, establecidos por los estándares internacionales para el control de la basura espacial.
Para la NASA esta situación es poco transparente, y el desmedido afán de China por finalizar la construcción de la estación espacial antes del 2023, los ha llevado a ser negligentes y a no tomar en consideración la seguridad del planeta.
Para reforzar las acusaciones hechas por la NASA, Lloyd Austin, secretario de defensa de los Estados Unidos, acusó a China tambien de negligente y de no contar con un plan alternativo que le permitiera controlar el ingreso a la Tierra de un objeto tan grande.
De igual manera, dijo que no se puede pretender explorar el espacio a costa de producir riesgo para las personas y los bienes en la Tierra, y que la reentrada de objetos espaciales debe tener máximos controles para que estos no representen ningún tipo de peligro para el planeta.
China se defiende
China rechazó todas las acusaciones emitidas por la NASA y también las hechas por el secretario de la defensa de los Estados Unidos. Dijo que dichas acusaciones son solo exageraciones.
Alegan que ya que nuestro planeta está conformado en un 70% por agua, era muy probable que el cohete cayera en el mar y, si bien es cierto existía algún riesgo con respecto a que los restos de la nave impactaran en un lugar habitado, era una posibilidad mínima.
Pekín expresó que sus científicos habían acertado en sus predicciones y que los desechos espaciales que cayeron en el océano habían sido de menor tamaño de los estimados.
También dijeron que estaban seguros que durante el reingreso a la Tierra, los metales se quemarían disminuyendo notablemente la masa del cohete.
China ha dejado claro que piensa seguir adelante con la construcción de su estación espacial y que durante los próximos 2 años va a realizar 11 lanzamientos para poder cumplir con la fecha prevista para la inauguración de dicha estación.
Según la Academia de Tecnología Espacial de China, la situación vivida con el cohete Long March 5B no es una razón para aplazar los otros lanzamientos, ya que estos se encuentran perfectamente planificados para no generar ningún riesgo a la Tierra.
De igual forma expresaron que la estación espacial estará abierta a sus socios extranjeros y que la misma solo tendrá fines académicos y no comerciales. Es por esta razón que su construcción debería ser de la aprobación de toda la humanidad.
¿Qué pudo haber sucedido?
El cohete tenía un peso inicial de 24 toneladas, pero los organismos espaciales internacionales no conocían los materiales con los que fue construido. Por esta razón era imposible saber cuál podría ser el punto de fusión de la nave, así como establecer que proporción se desintegraría al hacer el reingreso a la Tierra.
Long March se encontraba a una altitud de 250 kilometros, con una órbita inclinada de 41 grados respecto al Ecuador terrestre, por lo que se temía que pudiera caer sobre alguna zona poblada de América Latina, o incluso el sur de Europa.
Aunque los chinos restaron importancia a la velocidad del impacto, alegando que no sería mayor de 200 kilómetros por hora y que los restos del cohete no causarían ningún daño sobre las viviendas, no tomaron en consideración que este impacto podría ser fatal para una persona.
Pese a que Pekín expresó que las probabilidades de alcanzar a un ser humano con los trozos del cohete era de una en un millón, no tomó en consideración que una estructura de 18 toneladas de peso y aproximadamente 10 pisos de altura, podían causar graves daños si llegaba a caer en una zona poblada.
En el momento en el que se conoció que el cohete había caído en el océano Índico, la Administración Espacial China manifestó que ellos estaban seguros que la reentrada del aparato caería en pequeños trozos sobre el océano sin causar ningún tipo de daños.
Dijeron, además, que este incidente solo sirvió para demostrar las exageraciones de la comunidad internacional, quienes no desean que China avance en el estudio del espacio.