Tras el parón que tuvo la construcción hace casi una década, las obras han vuelto a llenar de grúas las zonas de nuevos desarrollos urbanísticos y, con ello, han vuelto a poner en marcha todo un sector que abastece a todos los profesionales implicados.
Uno de los más importantes, según ha ido avanzando además la tecnología, es la instalación eléctrica que se haga en obra. A las opciones habituales para dotar de puntos de luz a las viviendas hay que sumar ahora también cableados capaces de dar respuesta a la demanda de telecomunicaciones y domótica que está en crecimiento.
¿Qué tipo de características se tienen en cuenta para elegirlos?
Atendiendo a la demanda, la venta de cables eléctricos en Valencia y País Vasco, dos de las comunidades que más compran el producto, hay que tener en cuenta varias cosas.
En primer lugar, la corriente que puede llevar cada opción de cableado depende de su calibre. Cuanto mayor sea su carga, mayor el calibre. Esto es importante para entender que no es la misma demanda la que se hace para obra industrial que residencial. Y es algo a tener muy en cuenta a la hora también de definir qué tipo de material aislante se necesita para recubrir el cobre habitual.
“La resistencia al calor, la humedad, los entornos en los que se instalaría o las normativas locales y nacionales también se tienen en cuenta antes de definir cuáles serán los cables elegidos para evitar problemas y aprobaciones posteriores. Hoy en día es clave tomar en cuenta todo esto no solo para garantizar la seguridad y legalidad sino para que no quede obsoleta antes de tiempo” explican desde Rexon.
A esto también se suma la precaución si se van a instalar en zonas con riesgo de incendio o de exposición a productos químicos que necesiten de materiales más especiales y resistentes.
De hecho, a nivel europeo se legisla a través de la normativa CPR de hace escasos años para garantizar los mismos requisitos en toda la Unión Europea con la garantía de que los instalados en cualquier tipo de construcción atendían a la EN 50575 y cuyos requisitos se pueden resumir en la contribución del cable a evitar que se propaguen los fuegos por sus materiales (se busca que directamente se descompongan), su capacidad de mantener la continuidad del circuito eléctrico y que no tengan emisión de sustancias que sean peligrosas para la salud o seguridad de quienes se encuentren cerca.