Tras la alarma creada con las últimas noticias que se referían a cómo el iPhone 12 provocó una sobreexposición a las frecuencias de radio que emite, fue el organismo de control oficial francés (ANFR) el que llamó al orden a la multinacional Apple. Esto se hizo tras haber detectado en una prueba en 141 terminales de telefonía móvil, que este terminal proyectaba 5,72 W/kg de energía radioeléctrica en el brazo de quien lo sostenía, cuando el máximo permitido es 4,0 W/kg.
Con esta información, se desató una avalancha de noticias y alarmas donde se proponía la prohibición y paralización de la venta, así como la retirada del mercado de los teléfonos móviles de la marca estadounidense. Una vez más se ponía en duda la seguridad en el ámbito de las telecos pero, ¿hay motivo para ello?
Para dar respuesta, desde el Colegio Oficial de Enxeñeiros Técnicos de Telecomunicación de Galicia (en adelante, COETTGA) encargaron un análisis a uno de los mayores expertos en el sector.
Puesto que la base del miedo se encuentra en el desconocimiento, es más necesario que nunca el fomento de la educación en el ámbito tecnológico, no sólo para poder competir con otras economías internacionales, sino también, para poder poder valorar y entender de forma objetiva y razonada la situación en que nos encontramos.
Estudio encargado por COETTGA
Según hace referencia Santiago Moroño, Director Técnico en Strelia Electrotecnia y vocal del COETTGA, quien ha dirigido la elaboración de este estudio/informe cita que “las directivas de seguridad europeas limitan la exposición a las ondas de radio emitidas por dispositivos electrónicos (…) Lo que se monitorea es la energía emitida por el teléfono móvil que es absorbida de forma no deseada por nuestro cuerpo. Se miden los vatios de radiofrecuencia que penetran cada kilogramo de tejido biológico («carne») de nuestro cuerpo”
De esta forma, explica que hay tres situaciones en los que se debe medir la exposición:
a) el teléfono móvil junto a la oreja, provocando la exposición de nuestra frente,
b) el teléfono móvil en el bolsillo de la ropa, irradiando contra el tronco de nuestro cuerpo, y
c) el móvil sostenido con la mano emitiendo sobre nuestro brazo.
“En las dos primeras pruebas (cabeza y tronco) el límite SAR europeo es más restrictivo, 2 W/kg, y el iPhone 12 validó correctamente las pruebas en estas situaciones. Donde se detectó el problema fue en el test de extremidades, que permite un valor máximo de SAR de 4,0 W/kg, y que en el caso del iPhone 12 parece ser de 5,7 W/kg” explica el ingeniero.
Estos límites se establecieron en 1999, al igual que la intervención y protocolo a realizar en caso de que se superen estos límites, como ha recordado el decano del COITT, Luís Miguel Chapinal en una entrevista reciente.
La pregunta es entonces, ¿quien use un Iphone 12 debe preocuparse? “No. La respuesta corta es no, para nada”, explica José Manuel Martínez, Decano del COETTGA. “Para que afecte al cuerpo en esos niveles debería estar 50 veces por encima de las mediciones realizadas, según los datos e informes que tenemos”, concluye.
En lo que se refiere a los efectos de los citados niveles de exposición elevados, se hace referencia solamente al informe encargado al Director Técnico de Strelia Electrotecnia, junto con un informe que ha sacado para este caso el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS).
Este organismo, formado por expertos neurólogos, médicos, físicos, ingenieros y otros profesionales dice en su publicación que, para que afecte al cuerpo humano, estos niveles tienen que estar 50 veces por encima de los niveles que se han detectado. Por lo tanto, desde el punto de vista de la salud, parece que no hay ningún problema.
En la misma línea, el ingeniero técnico de telecomunicaciones, Santiago Moroño, coincide en que “la normativa marca un margen muy amplio, y la posibilidad de algún efecto en la salud comenzaría a partir de valores de SAR superiores a 40 W/kg. El iPhone 12 es perfectamente seguro a pesar de la infracción denunciable por parte de Apple”.
De hecho, termina su informe con una conclusión-reflexión capaz de tranquilizar. “Después de más de 30 años de intensas investigaciones científicas, básicas y epidemiológicas en todo el mundo, no se encuentran relaciones claras entre la exposición a las ondas de radio y enfermedades como el cáncer, afecciones cardíacas, deterioro funcional cognitivo, etc. que a veces escuchamos” explica.
¿Cuál es la situación en Galicia?
El personal facultativo que forma parte del COETTGA realiza cada año más de 4000 mediciones de exposición radioeléctrica en todo el territorio gallego para garantizar esta protección de la salud y el cumplimiento de la normativa por parte de los diferentes operadores de telecomunicación.
“El mejor consejo que podemos dar a los ciudadanos en esta materia es insistir en el mensaje que las directivas europeas establecen que deben acompañar a los terminales móviles: utilizar el terminal preferentemente alejado del cuerpo, y minimizar la exposición a señales de radiofrecuencia” explica Moroño en el informe disponible en la web de COETTGA, “además, en cuanto al iPhone 12, es necesario conocer que, técnicamente, el teléfono baja la potencia emitida de forma automática, igual que cuando se apaga la pantalla, para cumplir con el SAR”.