Puede que algunos todavía se sorprendan al saber que en España han aumentado significativamente el número de hogares que tienen una mascota, algo que a pesar de que a priori no debería estar directamente relacionado con el descenso de la natalidad, no deja de resultar curiosa su coincidencia en el tiempo.
Sin embargo, y pese a que cada vez son más los españoles que optan por ampliar la familia con una mascota, lo cierto es que España está a la cabeza de la Unión Europea en número de abandonos, motivo por el cual muchos de los que desean una mascota acaban proporcionando un hogar a alguno de los que previamente fueron abandonados.
En este sentido, los perros son los peor parados, pues el número de abandonos supera con creces al de abandono de gatos o cualquier otro tipo de mascota. Pero, tal y como indican desde el Hospital Veterinario La Salle, “antes de que una persona se lance corriendo a adoptar un perro y, fundamentalmente en el caso de los primerizos, es decir, de aquellos que van a tener un perro por primera vez en sus vidas, conviene que tengan presente que existen algunas enfermedades hereditarias que pueden llegar a afectarles. La displasia de cadera es una de ellas, y si bien antes era casi exclusiva de razas grandes o gigantes como Pastor Alemán o San Bernardo, lo cierto es que hoy también afecta a razas pequeñas e incluso a gatos”.
La displasia de cadera es una enfermedad hereditaria, crónica y progresiva. La malformación durante el desarrollo suele tener como resultado final la deformación de la articulación, así como la aparición de osteoartrosis.
“Como su propio nombre indica se trata de una malformación durante el desarrollo, por lo que la detección temprana es clave a la hora de hacer frente a la enfermedad, dado que las opciones quirúrgicas y el pronóstico varían mucho de una edad a otra. Afortunadamente, en la actualidad resulta mucho más sencillo que antes detectarla, en algunos casos es suficiente con realizar un simple análisis de sangre”.
Tener una mascota es sin duda una decisión que se debe meditar concienzudamente, el hecho de saber que pueden padecer alguna enfermedad hereditaria puede que eche a algunos hacia atrás, algo que probablemente sucedería de igual manera en el caso de que estuvieran pensando en tener descendencia.
Y es que, a veces los genes son caprichosos.