No existe una vacuna o tecnología más eficaz que tener las manos limpias para prevenir virus y enfermedades.
La higiene de manos, recomendada de forma unánime por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), se mantiene como la primera línea de defensa contra la propagación de infecciones tanto en entornos sanitarios, como en el trabajo, el colegio o la vida cotidiana.
Tanto es así que estima que, cada año, solo con este gestos, se salvan más de tres millones de vidas.
Pero, ¿cómo influye en el día a día?
Un gesto tan automático como abrir una puerta, usar el móvil o taparse la boca al toser puede bastar para diseminar microorganismos en todo aquello que se toque después.
Por eso, más allá de ser una medida de autoprotección, la higiene de manos es también una responsabilidad colectiva.
Solo con cada lavado, se reduce la probabilidad de transmitir enfermedades como la gripe, la diarrea, la hepatitis A o la conjuntivitis. En cifras, este simple gesto puede reducir hasta un 57 % el absentismo escolar por enfermedades gastrointestinales y un 31 % las bajas laborales por infecciones comunes..
Según la propia OMS, una buena higiene elimina hasta el 80% de los microorganismos en la piel, previniendo hasta el 50% de las infecciones asociadas a contextos clínicos
Pau Fornt, director general de PAPELMATIC, tiene claro que el punto clave es la creación de espacios que inviten a la práctica. «Para que este hábito se mantenga en el tiempo, debemos ponerlo fácil, con sistemas adecuados de higiene en los baños, en las entradas y salidas de los espacios comunes, en las cocinas, en todos aquellos lugares que sean necesarios y, además, con recordatorios visuales que nos ayuden a no olvidarlo. Trabajamos para que un gesto tan simple como lavarse las manos, se convierta en parte de nuestra cultura diaria.»
¿Cuáles son las recomendaciones para reforzar el hábito?
Los centros de trabajo y los centros escolares deberían tener claras las prioridades a la hora de desarrollar una estrategia higiénica que potencie el hábito y mejore las cifras de absentismo con un gesto sencillo.
En primer lugar, destacan el uso de jabones líquidos en los baños o cocinas en sistemas de carga sellada, que garantizan una dosificación correcta y evitan la contaminación cruzada al estar protegidos de cualquier manipulación externa. En el caso de los dispensadores sin contacto, la reducción del riesgo de transmisión en el punto de higiene disminuye significativamente.
Por otro lado, la propuesta pasa por, como ya ocurrió en el 2020, soluciones hidroalcohólicas, con al menos un 60% de alcohol, deberían estar siempre disponibles en zonas clave como entradas y salidas, facilitando la higiene rápida allí donde no hay acceso inmediato a agua y jabón.
Cómo lavarse las manos correctamente en 10 pasos
Un enjuague rápido o un uso superficial del jabón no bastan para eliminar los microorganismos que se acumulan en la piel.
Por eso, expertos del sector como PAPELMATIC han creado un decálogo con el que recomiendan seguir una técnica precisa, de entre 40 y 60 segundos.
- Mojarse las manos con agua, preferentemente templada para cuidar la piel, y aplicar una cantidad suficiente de jabón que cubra toda la superficie.
- Frotar palma con palma para generar espuma.
- Frotar la palma de una mano contra el dorso de la otra entrelazando los dedos y viceversa.
- Entrelazar los dedos palma con palma y frotar cuidadosamente.
- Frotar el dorso de los dedos contra la palma opuesta, manteniendo los dedos entrelazados.
- Frotar los pulgares, rodeándolos con la mano contraria mediante un movimiento rotatorio.
- Frotar las yemas de los dedos contra la palma contraria para limpiar bien la zona de las uñas.
- Enjuagar con agua abundante.
- Secar con papel desechable, a ser posible de dispensadores de autocorte.
- Usar el mismo papel para cerrar el grifo, si no es de cierre automático.
Colocar infografías visibles sobre la técnica correcta de lavado de manos es clave. La repetición y la visibilidad del mensaje ayudan a transformar una recomendación puntual en un comportamiento sostenido.