Cualquiera que ronde o supere la cuarentena y que se pare por un instante a analizar como eran ellos cuando eran adolescentes y como son los adolescentes de hoy en día, encontrará algunas similitudes e infinidad de diferencias. Y es que, las normas de educación dictadas hace medio siglo no son para nada las mismas por las que se rige hoy en día la sociedad, o eso es lo que pretenden dar entender. Las libertades han ido ganando terreno, hoy pueden hacer y decir todo lo que les plazca sin importar lo mucho o poco que sus palabras o sus actos puedan incomodar o, incluso molestar, a los demás. Y al prójimo y a los mayores no les queda otra que aguantar, pues a medida que se ganan libertades parece que se pierde respeto. Y es que, el mundo parece estar volviéndose loco, y mientras que aquellos adolescentes que hoy rondan el medio siglo se maravillaban ante inventos como el walkman o el discman que les permitía escuchar música en cualquier lugar y momento sin molestar a sus mayores, hoy los grupos de adolescentes caminan desafiantes por las calles con la música a tope y sin importarles lo más mínimo lo que pueda o no molestar al resto de personas. Imposible saber hacia dónde llevarán estas conductas, lo que sí está claro es una cosa, que el respeto por los demás se pierde a pasos agigantados, siendo quizás este el motivo por el cual han aumentado enormemente los proyectos de insonorización tanto en viviendas particulares, como en los distintos sectores industriales.
España es un país ruidoso, de eso no cabe duda, pero además, es un país en el que la mayoría de personas son egoístas y solo piensan en sí mismas.
Un taladro a la hora de la siesta el domingo, una lavadora centrifugando demasiado temprano, un bebé que no para de llorar, un niño que da golpes constantemente, solo en circunstancias similares uno se acuerda de sus vecinos, pues mientras no molestan, todos son fantásticos. Pero, ¿realmente estos que se quejan tanto son conscientes de lo que ellos pueden llegar a molestar? La respuesta es bien sencilla, rotundamente no.
Los proyectos de insonorización, tan habituales en lugares en los que el nivel de ruido es excesivo, caso por ejemplo de discotecas, pubs o gimnasios, han experimentado en la actualidad un incremento en el ámbito de las viviendas particulares. Sin embargo, la mayoría de los que se decantan por esta opción, no lo hacen por considerarse ruidosos y evitar molestias a sus vecinos, sino más bien por todo lo contrario, lo que buscan es que nadie les moleste.
Afortunadamente, de la insonorización se beneficiarán ambas partes.