Con las temperaturas al alza en pleno verano, nada como poder darse un chapuzón en la piscina por la mañana o tarde para cambiar la sensación térmica. Quien tiene una piscina en casa o en comunidad, tiene un verdadero tesoro estos días. Pero, por suerte, los ayuntamientos también están al tanto de esto y adelantan, cada vez más, la apertura de las municipales para dar servicio a sus vecinos.
Sin embargo, la clave para pasar un verano de piscina a salvo y tranquilo está en su mantenimiento.
¿Cuáles son los productos y recomendaciones de los expertos? Según explican desde Aguatec, la clave para garantizar la salubridad del agua es el uso de productos y seguir una serie de recomendaciones para poder abrir con tranquilidad.
- Desinfectantes: Los desinfectantes, como el cloro o el bromo, son esenciales para mantener el agua de la piscina libre de bacterias y otros microorganismos. Es necesario seguir las instrucciones del fabricante para mantener niveles adecuados en el agua.
- pH equilibrado: El pH del agua de la piscina debe estar en un rango óptimo, entre 7.2 y 7.6, para garantizar la comodidad de los bañistas y la eficacia de los productos químicos en la misma. Es necesario hacer regularmente controles para conocerlo.
- Limpieza regular: residuos y las hojas flotantes pueden degradar el agua con facilidad, por eso es necesario limpiar, desde la orilla, con una red de limpieza. Al menos una vez cada 10 días, sino más frecuentemente dependiendo del uso, es también vital aspirar el fondo para eliminar la suciedad y los escombros que se van depositando. “No es habitual porque con los productos químicos se consigue, pero cepillar los azulejos y paredes evita el moho y las algas” explican.
- Depuradora a pleno rendimiento: el sistema de filtración de la piscina debe estar funcionando correctamente, pasando el agua del vaso por el filtro al menos una vez al día para mantenerla limpia y clara.
Mantenimiento de invierno cuando cierra la temporada de piscina
Tan importante es mantenerla en verano como en los meses que está sin uso. Es clave una limpieza exhaustiva, drenar parte del agua para evitar heladas y congelación, utilizar un cobertor que proteja durante los meses invernales de la caída de elementos naturales y suciedad y realizar inspecciones regulares para que el mantenimiento anticipado acabe ahorrando tiempo y dinero.