No hay nada como querer agasajar a un ser querido. Sin embargo, en la sociedad que vivimos, con una velocidad de vértigo, pararse a buscar algo especial, hecho con mimo, que signifique algo y que perdure en el tiempo no siempre es sencillo.
La artesanía es la clave. Ofrecer como presente un objeto realizado con paciencia, arte y con destreza es un signo de dedicación y cariño a quien lo recibe. Es buscar eso que conecta con lo más primario, con actividades como el cuero, el arte, el dibujo o incluso la madera que se han ido pasando generación a generación.
Si no se tiene destreza para realizarlo uno mismo, hay tiendas de artesanía que tienen todo lo que se pueda imaginar.
“Nuestros artesanos siguen los oficios de toda la vida para crear piezas que son únicas. Regalar artesanía es un gesto de respeto, de cariño y valor. El detalle, el cuidado, la elección de cada pieza…todo es un mensaje para quien lo recibe” explican desde Arte y Cuero Artesanía.
¿Cómo diferenciar la artesanía?
El valor de un regalo artesanal puede variar según varios factores. Aquí hay algunos aspectos a considerar al determinar el valor de un regalo artesanal:
- Piezas creadas con tiempo: una pieza de artesanía requiere de un laborioso proceso de fabricación que encarece el valor sentimental. Se requiere paciencia y habilidad para que luzca perfecto.
- La elección y selección de materiales también habla del artesano. La calidad suele ser máxima porque cada pieza requiere mimo y, escatimar en ello, suele acabar siendo un desastre. La artesanía aporta valor añadido con materiales de primera calidad.
- Exclusividad: cada pieza es única. No hay dos iguales. Un artesano puede replicar una pieza, pero siempre tendrá algo distinto de la anterior haciendo de cada una algo irrepetible. Esa es la verdadera magia de cualquier producto de artesanía. Además, una de las características de este tipo de producto es la originalidad.
- Valor sentimental: regalar una pieza de artesanía requiere de pensar en la otra persona, en cómo usará el producto, para qué le servirá y cómo le lucirá puesto o situado en su domicilio. El valor emocional que se le da a esta selección traspasa el valor económico.