Para nadie es secreto que el año 2019 ha sido participe de una gran cantidad de eventos políticos impactantes en diferentes países de todo el mundo, movimiento que muchos han llamado la “Primavera Internacional”.
Uno de los países que se enfrentó a este proceso fue Irak, cuyas manifestaciones pusieron en jaque al gobierno en turno y crearon una crisis diplomática interna muy marcada.
Asimismo, esto ultima situación creo una brecha bastante significativa a nivel gubernamental, la cual produjo noticias como la dimisión del presidente iraquí el 26 de Diciembre.
Las protestas y su papel en la dimisión
Desde el año 2011, las protestas se concentran en una gran cantidad de ciudades de todo Irak. Estas últimas han sido seguidas de saqueos, daños a propiedad privada y la muerte de cientos de ciudadanos.
Sus causas eran simples, rechazar la corrupción que alojaba al país, eliminar la intervención extranjera que Irak ha sufrido desde la invasión del Estado Islámico y promover la renuncia de los principales representantes de Irak.
Asimismo, las protestas se reanudaron este 1 de octubre en Bagdad (Capital del país), y siguieron en los dias posteriores con la destrucción de casas de partidos políticos y el aumento de las presiones gubernamentales a canales de televisión que transmitían los hechos.
Igualmente, esta situación termino por provocar un toque de queda el 28 de octubre y a causa de las múltiples muertes contenidas en toda la nación, el 31 de diciembre se comenzó a rumorar que el primer ministro renunciaría.
Sin embargo, las manifestaciones siguieron y se profundizaron aún más, a términos de dejar alrededor de 485 personas muertas, 160 arrestados y 20.000 ciudadanos heridos.
Asimismo, fue el 1 de diciembre cuando el primer ministro del país Edil Abdul-Madi opto por renunciar ante su rechazo por parte de los manifestantes. No obstante, las protestas continuaron.
Cabe resaltar que algunas de estas muertes fueron (Según acusaciones de los lideres protestantes) ejecutadas por francotiradores de la milicia de Irán, que se encuentran trabajando en secreto con el gobierno de Irak.
¿Por qué renuncia el presidente de Irak?
Luego de la renuncia del primer ministro iraquí, el puesto quedo vacío, dejando al presidente como principal soberano de la nación. Esto provoco que se creara un grupo de colisión en el parlamento que estableciera un nuevo líder de esta sección.
Dicho aspecto dio como resultado la presencia del nombre Assad al Eidani, en las reuniones parlamentarias. De hecho, Al Biná (El grupo de coalición), lo designo como sucesor de Adil Abdul-Mahdi.
Sin embargo, para esta última acción se solicita apoyo del presidente del país, como búsqueda de garantizar una alianza política que permita acabar con la corrupción y el derramamiento de sangre vivido en Irak.
A pesar de ello, Salih ha comentado que no desea apoyar a este último personaje, principalmente porque este no presenta ningún tipo de apoyo popular en el país.
Asimismo, Salih ha expuesto que su colocación como primer ministro impulsaría aún más las manifestaciones, y crearía una crisis política y ciudadana peor a la vivida en la actualidad.
No obstante, la presión ante Salih ha crecido a tal punto que este opto por poner su cargo a la orden del “Consejo de diputados”, puesto a que no desea apoyar a Eidani.
Cabe destacar que el presidente iraquí ha expuesto que el único método existente para acabar con la crisis que está viviendo la nación, es crear un consenso que conlleve a nuevas elecciones.
Ya que, través de estas últimas es que se designaría la figura del primer ministro y por lo tanto las acusaciones de corrupción y la solicitud de renuncias de altos cargos políticos acabarían.
¿Por qué el presidente no cree en Asaad Al Eidani?
Eidani corresponde al actual gobernador de “Basra”, una provincia de Irak que se encuentra bajo su mandato desde el año 2017. Asimismo, pertenece al “Partido del Congreso Nacional Iraquí”.
Dicho personaje fue elegido por una coalición de personaje ganadores de las elecciones parlamentarias el pasado 2018. Sin embargo, Salih propone que aprobar su promulgación sería una violación a un texto constitucional.
Esto es básicamente por la falta de elecciones mencionadas anteriormente. Cabe destacar que Salih también ha expuesto que un censo entre los manifestantes ha promulgado el desapruebo a Al-Eidani.
En este último aspecto, el presidente iraquí comenta que las acciones políticas siempre deben reflejar el requerimiento de paz social, lo cual no sucede en este contexto.
No obstante, en caso de que Salih renuncie a la presidencia de forma totalitaria, no se crearía ningún cambio sobre la designación de Al-Eidani para el puesto de primer ministro en sí.
Esto se debe a que le correspondería a la mayor coalición del parlamento (Que fue la que postulo a Eidani), colocar un vacante para suplantar a Salih ante su salida en sí.
Posibles consecuencias de este suceso
Aunque ciertamente la crisis política iraquí se encuentra presente en el contexto situacional del país, es el aspecto social el que sufrirá las consecuencias de este último hecho.
Esto se debe a que la presencia de violaciones a los derechos humanos en las protestas, así como el rechazo de los altos cargos del gobierno a los anteriores líderes iraquíes, ha creado un sentimiento ultra nacionalista en los protestantes.
En este caso, la presencia de una guerra civil no se encuentra salida de contexto entre las posibles consecuencias de este suceso. Hay que recordar que Irak actualmente se encuentra desgastada gracias a un anterior conflicto de esta índole.
De hecho, este se dio entre 2014 y 2017 y provoco la muerte de más de mil civiles, además de ejecuciones múltiples de diferentes mujeres y niños en todo el territorio.
En este aspecto se puede designar que una nueva guerra civil no sería beneficiosa para Irak como país en recuperación, pues podría terminar de crear una brecha de su desarrollo económico y social.
No obstante, hay que observar cuáles serán los próximos pasos que tomara el gobierno de Irak en conjunto con los intereses de los manifestantes, para ver si un conflicto de esta magnitud podría presentarse o no.