Con la crisis económica que sufrió el mundo en 2008, la mayoría de personas se acostumbraron a escuchar unos términos, como inflación o Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que hoy forman parte de la jerga y vida de muchos.
La emergencia sanitaria declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha motivado la aparición de términos desconocidos hasta ahora para muchas personas y que afectarán a una buena parte de los trabajadores del país, entre ellos destaca sin duda, el Expediente de Regulación Temporal de Empleo, más conocido como ERTE.
Diferencias entre ERE y ERTE
Sin embargo, y tal y como indican desde una asesoría jurídica en Madrid, “no pocos confunden ERTE con ERE, y pese a que ambos vienen motivados por causas de fuerza mayor, económicas, técnicas, organizativas o de producción y que los procedimientos a seguir son parecidos, existe una gran diferencia entre ambos, y es que, mientras que un ERE conlleva la extinción del contrato de trabajo y el trabajador tiene derecho a una indemnización y pasa a situación de desempleo hasta su agotamiento; en un ERTE hay distintas modalidades:
- Suspensión del contrato de trabajo por el tiempo que se estime vayan a durar las causas que lo motivan, es decir, en este caso el estado de alarma; o
- Reducción de la jornada laboral de entre un 10% y un 70%, sin posibilidad de realización de horas extraordinarias, salvo causa de fuerza mayor, durante el período de reducción”.
Y ahora que los conceptos están claros, ¿sabes cuáles son las consecuencias de un ERTE?
Consecuencias del ERTE
Al no extinguirse el contrato de trabajo, el trabajador se incorporará a la plantilla una vez finalizado éste con las condiciones laborales previas al ERTE.
La segunda de las consecuencias es que el trabajador no tiene derecho a ningún tipo de indemnización, pasando directamente a situación de desempleo y consumiendo dicha prestación, salvo que alguna disposición normativa determine que no se consume el periodo en que se ha cobrado la prestación.
Durante la emergencia sanitaria y el estado de alarma se han disparado el número de ERTES solicitados por las empresas del país, tanto es así, que ya se ha puesto en duda que exista personal suficiente para tramitarlos a tiempo.
Sin duda, el estado de alarma a puesto a prueba no solo al sistema sanitario, sino también a muchos otros profesionales, además de a la población en general.