Parece que fue ayer cuando dio comienzo este 2021 y, sin embargo, en apenas unos cuantos días dará comienzo la primavera, la estación de las flores y también una de las preferidas, junto al verano, no solo de la mayoría de los españoles, sino también de buena parte de los turistas que tradicionalmente eligen España como destino.
No obstante, el invierno nos ha dejado contrastes térmicos antes inauditos en muchas zonas del país, pasando de temperaturas gélidas a primaverales en cuestión de horas. ¡Y cómo se agradecen esos adelantos primaverales!
Datos recientes muestran que durante este último año muchas personas decidieron migrar de las ciudades al campo, quizás en busca de un espacio que faltó durante las largas semanas de confinamiento o de una mejor calidad de vida. Asimismo, las reformas y mejoras de las viviendas aumentaron notablemente como consecuencia de ese mismo confinamiento.
Ahora, cuando las temperaturas comienzan a subir, comienza nuevamente la demanda de piscinas, toldos, cenadores, pérgolas y todo aquello que tiene que ver con la vida en el exterior de los hogares, pero dentro de sus lindes.
Y, pese a que las pérgolas son ampliamente conocidas, no lo son tanto las pérgolas bioclimáticas, una opción que sin duda conviene tener en cuenta cuando lo que se desea es instalar un sistema de sombreo que a la vez proteja contra las inclemencias meteorológicas.
“Las pérgolas bioclimáticas permiten controlar la temperatura, la iluminación, la humedad y el movimiento del aire con un simple mecanismo que permite abrir y cerrar las lamas de las que constan, siendo ideales también para proteger contra la lluvia” comentan desde MK Toldos.
“Su principal ventaja es que permite economizar la energía que se consume, logrando de este modo un doble ahorro, el energético y el económico”.
“Se trata de uno de los elementos más eficaces cuando lo que se desea es una protección eficaz durante cualquier época del año”.
Y es que, ¿quién dijo que solo se pueda disfrutar del jardín con buen tiempo?
