La búsqueda de una sonrisa hermosa y armoniosa sigue siendo una prioridad, al igual que la popularidad de la ortodoncia invisible. Tener una dentadura alineada no solo mejora la apariencia estética, sino que también brinda confianza y seguridad personal.
El avance en la aparatología dental ha traído consigo métodos más estéticos que no afectan la imagen de quienes se someten a estos procedimientos. Esta evolución responde a la demanda de pacientes que desean corregir sus problemas dentales de manera discreta y efectiva, sin comprometer su estética durante el proceso.
El tratamiento de ortodoncia invisible surge como una revolución en el mundo de la odontología, ofreciendo una alternativa discreta y efectiva para corregir problemas dentales sin la necesidad de utilizar aparatos visibles. Este enfoque ha ganado popularidad entre adultos y adolescentes que desean mejorar la alineación de sus dientes de manera más estética y cómoda.
¿Qué es la ortodoncia invisible?
También conocida como transparente, es un sistema que utiliza alineadores transparentes personalizados para mover los dientes gradualmente hacia su posición deseada. Estos alineadores prácticamente no se ven cuando se usan, lo que permite a los pacientes corregir sus problemas dentales sin llamar la atención sobre sus aparatos ortodónticos.
“Estos alineadores están fabricados con material de alta calidad y son prácticamente invisibles, lo que los convierte en una alternativa estética a los tradicionales brackets metálicos”, comentan en Leco Dental.
¿Por qué se realiza?
La principal razón por la que las personas optan por él, es su discreción. Muchos adultos y adolescentes desean mejorar la alineación de sus dientes pero prefieren evitar los brackets metálicos tradicionales, que pueden ser percibidos como poco estéticos o incómodos. Con esta intervención, estos pacientes pueden continuar con sus actividades diarias sin sentirse cohibidos.
Además de su aspecto estético, ofrece otras ventajas significativas. Los alineadores son removibles, lo que facilita la higiene bucal diaria y permite comer y beber sin restricciones. Esto contrasta con los brackets fijos, que pueden dificultar la limpieza y requerir evitar ciertos alimentos.